VALÈNCIA. Mehdi Nafti es el nuevo entrenador del Levante y firma como bala en la recámara de Felipe Miñambres después de que varias primeras opciones del ejecutivo astorgano para su proyecto se hayan caído del proceso de selección. El franco-tunecino se presentará con el director deportivo a su vera en el mediodía de este lunes y cogerá al cuadro granota una temporada... en principio. Si logra el ascenso inmediato, gran objetivo deportivo de la entidad la campaña próxima, ampliará automáticamente su contrato por dos temporadas adicionales. Será, en el bendito caso de que el Levante logre el ascenso, su primera experiencia en Primera. Al contrario, precisamente, que las primeras alternativas exploradas para dirigir al equipo... y que Alessio Lisci.
Míchel Sánchez, a quien el astorgano conoce a la perfección, fue una de esas primeras espadas para el nuevo proyecto. Curtido en mil batallas -con éxito- en Segunda División, el madrileño conoce también la élite. Cierto es que sus aventuras no fueron demasiado fructíferas, pero sí dejó un gran sabor de boca tanto en el Rayo Vallecano como en el Huesca, cuando ambos consiguieron el ascenso con él en el banco. Sin embargo, la 'opción Míchel' se desvaneció relativamente pronto: el Girona renovó a su técnico hasta 2024 pasara lo que pasara en la pelea de la entidad catalana por regresar a La Liga -hoy se encuentra en plena final del playoff-. La situación de Míchel, en cualquier caso, era complicada de inicio: en Girona querían blindarle mientras su contrato solo contemplaba la ampliación en caso de ascenso. La baza era su experiencia en la cuerda de Miñambres.