VALÈNCIA. Marcelo Saracchi quiere alcanzar el nivel al que apuntó cuando, tras casi dos meses de final de recuperación en Buñol, reapareció en un terreno de juego tras su lesión de cruzado el verano anterior, cuando militaba en las filas del Leipzig. El uruguayo entró en el vestuario pisando fuerte y, cuando pudo ejercitarse al ritmo de sus compañeros, muchos en el Levante de Alessio Lisci se sorprendieron por su intensidad. Entró a cuentagotas, pero acabó la temporada dejando destellos positivos en los apenas cuatro encuentros en que pudo participar.
Hoy a Saracchi le toca recuperar el estatus. Volverá previsiblemente a ser titular ante el Eibar por la baja de Álex Muñoz, respecto al que el Levante se ha topado con el muro de Competición y Apelación a la hora de eliminar la tarjeta que le obliga a perderse una cita clave en el curso. El alicantino fue un invitado inesperado en la lucha por ser el dueño del lateral izquierdo de Orriols. Sin embargo, el permanente flirteo con las lesiones del charrúa le otorgó la oportunidad de, primero, hacerse grande como central durante el interinaje de Felipe Miñambres y, después, convencer a Javi Calleja para ser indiscutible en su posición de origen.
Saracchi se lesionó en el aductor en el primer partido de la actual campaña. Tras su paso por la enfermería, regresó a la titularidad sin aparentes problemas con Mehdi Nafti al volante, así que fue su lesión de hombro en octubre, ya sin el franco-tunecino en el banquillo, la que le costó la competencia en el carril. Calleja habrá de decidir entre él y Franquesa ante el Eibar, pero la lógica y los movimientos de fondo de armario del técnico madrileño en los últimos encuentros otorgan al de Paysandú todas las papeletas para formar de inicio este domingo.