Los colaboradores de Plaza Deportiva Vicent Molins, Vicente Bau, Desmemoriats y José Marís Peris muestran su visión del encuentro en Rusia y de la situación actual del Valencia
VALENCIA. El Valencia se quedó congelado en su visita a San Petersburgo y no fue capaz de levantar cabeza tras la mala imagen ante Las Palmas y volvió a perder en Liga de Campeones lo que le deja al borde de la eliminación.
Los colaboradores de Plaza Deportiva Vicent Molins, Vicente Bau, Desmemoriats y José Marís Peris muestran su visión del encuentro en Rusia y de la situación actual del Valencia.
VICENT MOLINS
Qué fácil es jugar contra el Valencia. Y otra vez el Zenit le dio el balón al equipo y le dijo "apáñate con él". Y otra vez el equipo no supo lo que hacer porque es difícil improvisar un ataque no preparado. Y otra vez el Zenit, con calculada letalidad, remató con pocos arreones. Ni faltaba implicación ni faltaba intensidad. Se trata, otra vez, de todo lo demás. Haber desperdiciado cerca de un tercio de temporada y seguir con vida es señal suficiente como para dejar de desperdiciarla. Todo son señales pidiendo lo mismo: este equipo necesita otro entrenador. ¿O es que alguien cree que haciendo lo mismo un día brotará el milagro?
VICENTE BAU
FACILONGO (para ellos)
El Valencia actual es así... facilongo. Él se jugaba la vida contra un equipo que antes había hecho bien los deberes: el Zenit. Y sí, pasó lo que todos ustedes ya saben. Ganó el Zenit sin excesivas complicaciones y el Valencia volvió a dejar una imagen bochornosa. En ningún momento el equipo de Nuno -¿es de Nuno?- plantó cara a un rival que jugó solo a medio gas. El Zenit ganó con absoluta normalidad -y comodidad- el encuentro e incluso se permitió el lujo de darle el balón al rival. Y sí, pasó lo que todos ustedes ya saben. El Valencia es un equipo mal organizado y muy lento en sus acciones. Previsible. Y así esperó el cuadro ruso a que se desgranasen los minutos. Y se desgranaron. El Valencia 'coleccionó' una nueva derrota que deja en evidencia la pobre preparación del equipo. Y lo que resulta todavía más grave: el descrédito como equipo. Supongo, opino, intuyo que Peter Lim debería empezar ya a tomar cartas en el asunto. ¿O decir 'ya' es decir tarde?
DESMEMORIATS
Llegamos al punto en el que se sobrepasó el límite de lo tolerable. Es inadmisible que el Valencia salga a jugar los partidos sin prepararlos. Hablemos claro de una santísima vez y dejemos de tratar el fútbol como si estuviéramos en los 80. Esto ya no es toque y apoyo, y nada más. No se conocen a los rivales, no se sabe cómo actuar ante determinadas situaciones, se sale a jugar a ciegas. Desapareció la estrategia. ¿Qué jugada a balón parado del repertorio que había el año pasado se vio este curso? Ninguna. Saques de banda, faltas laterales, córners... todo eso se trabajaba, ahora nada de eso hay trabajado. Claro que es importante. No saber dónde hacer la presión para infligir mayor daño te cuesta partidos. Que el equipo se parta en dos te cuesta partidos. No saber cómo entrarle al lateral derecho rival te cuesta partidos. La situación de Nuno, por resultados, juego, ambiente, y mil cosas más, es insostenible. Alargar esto es alargar la agonía, es conseguir que la animadversión viaje del banquillo al palco, que se pudra todo y arrastre al proyecto, que está perdiendo fieles a pasos agigantados. Seguramente pasará, porque viendo la poca inteligencia con la que se ha gestionado todo desde 'la crisis' estival, conseguirán que esto vaya a peor. El triunfo del Gent en Lyon te deja con pie y medio fuera. Ir a Sevilla a buscar la estocada final es innecesario. Pongamos fin a esto de una vez.
JOSÉ MARÍA PERIS
Seguimos con el frío del pasado sábado. Pero este frío tiene visos de haberse quedado calado en nuestros huesos y articulaciones de tal manera que se está convirtiendo en miedo por momentos. Seguimos con la ausencia de carácter, seguimos sin jugar a nada, la defensa es una barra libre para cualquier delantero con un mínimo de conceptos y Jaume, aunque a veces no lo parezca, es humano y no puede pararlo todo.
Conviene entrar en los jugadores, que muestran una dejadez, como arrastrándose por la marea nociva de los cánticos folklóricos de Mestalla y etiquetas en las redes sociales pidiendo la cabeza del entrenador. Pero es que trasladan la sensación que no pueden o no saben como hacer, porque no les dicen cómo. Un 'pica aquí', o un 'rompe al lateral por fuera'. El fútbol, ese deporte teledirigido donde un entrenador grita 'cuerpo a tierra' y se tiran mínimo siete, necesita de liderazgo. Un liderazgo desde el banco que, de puertas hacía afuera, tiene un corporativismo de lo más sospechoso.
Corporativismo que, por otra parte no es entendible. Con un entrenador que maltrata al grupo, con decisiones propias de una personalidad deportiva bipolar, defenestrando a consagrados, apartando a jugones y dando galones de estreno a un juvenil del que todavía no sabemos su mérito dentro de la cancha y que demostró más desparpajo que algunos tribuneros que buscan, o no, la renovación.
Frío. Mucho frío. Y más después del gol en el descuento de los belgas. Ahora es cuando debemos ver cual es el servicio que Mendes le ofrece a Lim con el Zenit, cortijo ruso de Gestifute, como actor principal en esta tragedia que es el pase a octavos.
¿Alguien sabe como se dice 'biscotto' en ruso?