VALÈNCIA. El Valencia visitará este sábado al Elche por primera vez desde que en la pasada temporada un empate del equipo de Mestalla en Huesca (0-0) contribuye de forma definitiva a que el conjunto ilicitano continuara en Primera División.
Tras lo sucedido en el último encuentro del pasado campeonato las relaciones entre ambos clubes, que siempre han sido buenas, mejoraron exponencialmente.
El Elche llegó a la última jornada del campeonato pasado con 33 puntos y sin la posibilidad de depender de sí mismo. Necesitaba ganar al Athletic Club, que no se jugaba nada, y que el Huesca, rival directo, también con 33 puntos, no venciera como local al Valencia, que tampoco tenía ningún objetivo clasificatorio.
El conjunto ilicitano encarriló el partido en el primer tiempo y pudo poner ojo y medio en lo que sucedía en Huesca, donde el Valencia, que ya llevaba varias jornadas con la mente puesta en el futuro, resistió el acoso local.
Tras el segundo tanto del Elche, obra de Raúl Guti en el minuto 72, los 5.000 espectadores presentes en el estadio, en el primer partido de la temporada en el que se permitió la asistencia limitada de aficionados, dedicaron toda su atención a lo que sucedía en Huesca.
El Valencia, ayudado por los postes, no solo aguantó el tipo sino que, además, llegó a marcar un gol en los últimos minutos, posteriormente anulado, que se celebró en el estadio ilicitano tanto como los anotados por el Elche.
Tras el pitido final en Elche, los jugadores y aficionados aguardaron el final en Huesca, que provocó una explosión de júbilo y gritos y cánticos a favor del Valencia.
Este sábado, diez meses después de aquella jornada de infarto, el conjunto de Mestalla sentirá en Elche, de forma espontánea y natural, el agradecimiento de la afición ilicitana hasta que el balón comience a rodar en el Martínez Valero.