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Quién viene y quién se queda

26/07/2020 - 

Por respeto a la fuente más fiable que tengo dentro del Valencia CF, no revelaré el nombre del primer entrenador al que Peter Lim le ofreció el banquillo la próxima temporada. Sí puedo decir que ese técnico era español, que tenía el visto bueno de la propiedad y que, muy a su pesar por la categoría del club y por lo que significa dirigir a un grande de Europa, dijo "no". No fue el único. Después del "no" del técnico del que no revelaré su nombre, llegaron otras dos negativas más. Luego llegó el carrusel de filtraciones interesadas, nombres y quinielas particulares. Sonaron decenas de posibilidades y al final, Javi Gracia, propuesto desde Valencia y elegido desde Singapur es el elegido.

A bote pronto, el navarro no es un experimento con gaseosa: no es ningún novato, ha hecho carrera, nadie le ha regalado nada en este negocio, conoce el campeonato, conoce su oficio y sabe gestionar vestuarios. Eso sí, el VCF será su primera experiencia en un grande. Veremos si el desafío le va justo o si le termina quedando grande. El campo dirá. De entrada, tiene tres asignaturas pendientes por resolver: primero, asumir que el club recortará el presupuesto de manera drástica; segundo, procesar que tendrá que renovar la plantilla son la mitad de dinero del que dispondrán sus competidores: y tercero, tendrá que posicionarse, públicamente, sobre la famosa 'lista negra' que maneja el club, que ya comunicó a los agentes de Parejo, Coquelin y Kondogbia que no cuenta con ellos. Esa será una de sus primeras decisiones y dirá mucho sobre la línea que va a seguir en el futuro. La propiedad no esconde qué entrenador quiere. Un funcionario que siga las instrucciones del dueño, que le recomiende buenas inversiones, que siga sus parámetros y que le ayude a ganar más dinero.

A la afición sí le importa quién es el entrenador. A Meriton, no. Su concepción de ese trabajo es el de un cargo de cartón piedra, un relleno necesario, una silla que calentar, un ejecutivo de capacidad limitada y supeditada a una jerarquía superior que exige un espíritu gregario y funcionario, cuyo único deber es cuidar del negocio. No importa si gana o pierde, importa si sigue la pauta que marca el todavía dueño. Después de varios proyectos desastrosos que han acabado en el contenedor de la basura y de sufrir los caprichos de un propietario que empieza a seguir los pasos del finado Jesús Gil y Gil, la afición ya no cree en nada ni nadie. Seguirá sintiendo un amor incondicional por su equipo, apoyará al entrenador y jamás deseará que su VCF pierda. Eso sí, la gente ya sabe que, visto lo visto, resulta imposible blanquear a Meriton. Suerte para Javi Gracia. La va a necesitar. Entre otras cosas, porque la gente sabe que el problema del Valencia CF no es quién viene, sino quién se queda. Gracia viene, Meriton se queda.

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