VALÈNCIA. Jornada 16 de la presente liga. Juegan en el Coliseum Alfonso Pérez Muñoz el Getafe y el Valencia CF. El partido es bronco y se está decidiendo por la mínima. La inferioridad del Valencia desde el minuto 50 (doble amarilla para Gabriel Paulista), la ha aprovechado Borja Mayoral cazando dentro del área una pelota en el minuto 87 para marcar el 1-0.
Ya en inferioridad hay un ataque del Valencia CF cortado cerca de la frontal en una clara falta que el colegiado Cuadra Fernández ignora. Entonces Javi Guerra estalla y le dice "¡Eres malísimo, malísimo!". Las palabras del de Gilet acarrean una cartulina roja directa y una sanción de 2 encuentros.
Durante estos dos encuentros el Valencia CF empata a un gol en Mestalla ante el FC Barcelona, y vence por cero goles a uno en cancha del Rayo Vallecano. Guillamón, quien marca ante el Barça, comienza a asentarse en el once y eso propicia un problema; Javi Guerra comienza a quedarse sin sitio en el once.
Desde que el de Gilet cumpliera su sanción el equipo ha jugado 7 encuentros de los cuales el centrocampista sólo ha sido titular en 3. De esos 3 sólo en uno ha completado los 90 minutos. El resto de titularidades fueron de 70 minutos ante el Almería y de 74 ante Las Palmas. En los 4 partidos que salió desde el banquillo sumó 21 minutos ante el Villarreal, 15 ante el Cádiz, 8 ante el Athletic y 17 ante el Sevilla. Especialmente ante los hispalenses se vio a un Javi Guerra impreciso y fallón, lejos de la mejor versión del mediocampista.
¿Qué le esta pasando a Guerra? El propio Baraja antes del encuentro ante los sevillistas ya quiso quitarle toda la presión al jugador y atribuirse él la responsabilidad del momento de forma del giletano: "Si no juega seguramente será culpa mía, y tengo que recuperar su mejor nivel".
El primer hándicap al que deben enfrentarse jugador y entrenador es el de los fríos números. Con Javi Guerra de titular en el once el Valencia CF consiguió 15 puntos en 17 partidos en los que el mediocampista consiguió 3 dianas. Con Hugo Guillamón como titular (un gol anotado) en 9 encuentros el equipo consiguió 17 puntos. Sin embargo, hay otros muchos factores a tener en cuenta...
Javi Guerra salió del equipo en Getafe y desde entonces ha actuado de manera muy esporádica en la posición en la que brilló al comienzo de la campaña, en el doble pivote al lado de Pepelu. La mayor parte de sus actuaciones le han situado como segunda punta detrás de Hugo Duro y tras la lesión de Diego López ha tenido que jugar pegado a la banda izquierda, como le ocurrió el día de Las Palmas.
Ese baile de posiciones tampoco ha ayudado a que el futbolista recupere su mejor nivel: "Puede jugar en ambos costados por su velocidad. Puede jugar de fuera hacia dentro, de doble pivote de diez... Nos da variedad y cuando hemos tenido lesionados lo hemos utilizado en varios sitios. Él también entiende que el equipo está por encima de cualquier situación individual y eso también supone un aprendizaje para él" destacó de nuevo el entrenador dándole valor al esfuerzo que está realizando Guerra.
El reto de Baraja es recuperar la figura de Javi Guerra y volver a hacerlo brillar al nivel del final de la temporada pasada y al nivel de esta. Incluso, la juventud del mediocampista es un factor a tener en cuenta y con la que Baraja sabe que hay que contar en futbolistas todavía en proceso de formación: "Los jóvenes tienen esos picos de sierra y es normal. Lo importante al final es que se vayan estabilizando y esto al final define su trayectoria".
La posición de Guerra es actualmente uno de los grandes debates alrededor del jugador. Baraja parece satisfecho del equilibrio que ofrece la pareja Guillamón-Pepelu, y ahí parece complicado que el de Gilet pueda volver a tener cabida. Sin embargo, la realidad es que jugando por detrás del punta no acaba de ofrecer su mejor versión que además mengua cuando por las obligaciones del equipo le han llevado a actuar pegado a la banda izquierda.
No es el primer nudo de este calibre que desmadeja el entrenador desde que aterrizara hace algo más de un año en el banquillo de Mestalla. El caso más significativo es el de Hugo Guillamón con el que tuvo la paciencia necesaria como para ir poco a poco metiendo en la dinámica de equipo y recuperar un nivel suficiente como para no haber abandonado la titularidad desde su vuelta al once ante el Barça. No es el único caso, la milagrosa transformación de Hugo (1 gol la pasada campaña y 10 en esta) también lleva el sello del entrenador, igual que el asentamiento de un Mosquera en el ostracismo toda la pasada campaña.
Ahora el desafío es triple: encajar a Javi Guerra en una posición en la que pueda rendir, que el futbolista supere el mal momento, y que pueda volver a ser el futbolista que puso de pie no hace mucho a Mestalla.