Los resultados de la cotizada de Peter Lim recogen unas pérdidas 36 millones de euros al cambio como consecuencia de la debilidad del mercado inmobiliario de Singapur. A lo largo de 2016 presentó números rojos por valor de 43 millones
VALÈNCIA. La empresa cotizada de Peter Lim en la Bolsa de Singapur, Rowsley, ha presentado sus resultados anuales de 2017, que arrojan unas pérdidas de 36 millones de euros al cambio. Pese a ello, el propietario del Valencia CF ha conseguido reducir los números rojos en un 17% respecto a sus cuentas del año 2016, donde registró una caída de 43 millones de euros.
La empresa informó al supervisor singapurense -a través del pertinente hecho relevante- de una disminución del 9% de los ingresos del holding que engloba Rowsley, que está en proceso de integración de sus participadas -y firmas que controla Lim- como son Thomson Medical y TMC Life Sciences-, en comparación con el año 2016. El descenso de los ingresos se debe principalmente al golpe que viene sufriendo el mercado inmobiliario del pequeño reino asiático.
No obstante, Rowsley argumenta que dicho impacto se ha visto equilibrado con una fuerte subida de ingresos en sus empresas en el extranjero, a la que hay que añadir una contribución de Squire Mech, la firma de ingeniería de Singapur -adquirida por Rowsley hace un año y medio-, y AC Consortium, empresa líder en diseño de industriales en Singapur, que también fue absorbida por Rowsley el pasado verano.
Asimismo, la pérdida neta cambiaria se disparó hasta el 92% al pasar de los 1,05 millones de euros -siempre según al cambio de dólares singapurenses- hasta los 86.000 euros como resultado del 'efecto Brexit. Conviene recordar las multimillonarias inversiones que tiene Peter Lim en el Reino Unido con la llamada 'Class of 92' (Gary y Phill Neville, Nicky Butt, Ryan Giggs y Paul Scholes) en sectores como el inmobiliario y el hotelero como ha venido contando este diario.
Una pérdida de valor -por aquello de la depreciación de la moneda británica frente al dólar de Singapur-, que ya advirtió este diario que iba a pasar a finales de junio de 2016, apenas unos días después del inesperado triunfo del 'sí' para que Reino Unido abandonara la Unión Europea.
Mientras tanto, el director ejecutivo de Rowsley, Tan Wee Tuck, reafirmó el cambio de negocio del holding -potenciando el sanitario y dejando a un lado o invirtiendo menos en el ladrillo- a través de la operación a tres bandas anunciada el pasado mes de junio -la integración de Thomson Medical y TMC Life Sciences Berhade- que deberá ser aprobada por los accionistas en la junta del próximo 23 de marzo. Una vez se cierre la operación dará lugar a una de las compañías más potente del sector sanitario del sudeste asiático. Todo ello aprovechando la punta de lanza de Iskandar Malaysia, donde participa Peter Lim desde sus inicio en 2006 para poner en marcha una 'ciudad sanitaria' que sea la envidia de la zona.
"Una vez completado, nos convertiremos en un líder en atención médica en el sudeste asiático. Esto nos ayudará a captar la creciente demanda de atención médica de calidad en esta región", según ha explicado el director ejecutivo Tan Wee Tuck. Un mensaje que deja patente las intenciones de Peter Lim de dar un giro a sus inversiones dejando a un lado el ladrillo y potenciar la alta demanda por todo lo que rodea a los servicios de salud.
Pero lo que es un hecho es que el mercado sigue castigando a Rowsley en bolsa a la espera de que se cierre la operación a tres bandas. Así, y solo en lo que va de ejercicio, las acciones del holding controlado por Peter Lim han perdido casi un 10% de su valor, reduciendo su capitalización hasta los 350 millones de euros. O lo que es lo mismo: lo que vale en la bolsa española uno de los históricos chicharros -cotizada de escaso valor- como es la química Ercros.