Se acabó


VALÈNCIA. Sí, se acabó. Dejo Plaza Deportiva y lo hago afirmando, con la cabeza bien alta, que ni una sola vez desde agosto de 2018 nadie de esta casa me insinuó siquiera que cambiara una coma de una columna. Me llevo, por tanto, un respeto absoluto al desempeño de mi trabajo como columnista. Y por supuesto, mi profundo agradecimiento a un medio que siempre me ofreció libertad absoluta. Aunque se dé por supuesto, no está de más recordarlo y aplaudirlo.

Hace catorce años que publico de forma continuada sobre el Llevant UD, un auténtico sueño hecho realidad gracias a las plataformas que confiaron en mí y, por supuesto, a los miles que me leyeron. Entre 2009 y 2012 escribí para l’Informatiu de Pitarch, Tur y Gómez las crónicas de aquel tiempo apasionante para el levantinismo. “Bombeja Agustinet!”, con este nombre, despegó en Superdeporte, en 2012, de la mano de Joan Carles Martí, el mismo que me telefoneó en enero de 2014 para trasladar la columna a Levante-EMV. El 5 de enero de 2014 había fallecido, a los 67 años, mi amigo y referente granota Salva Regües, que venía escribiendo la mítica columna “Granotes” desde 1995 en Levante-EMV. Cubrir el vacío que Regües era imposible, pero allí estuvimos el Bombeja y servidor seis años y medio, hasta junio de 2020, cuando la pandemia y un amplio plan de recortes se llevó por delante todas las columnas pagadas del periódico.

Para entonces, hacía tiempo que ya colaboraba en Cultur Plaza, donde Eugenio Viñas primero y Carlos Garsán después me brindaron la oportunidad de publicar 67 artículos desde que me estrené en julio de 2016. En agosto de 2018 había empezado a escribir en Plaza Deportiva la sección “Peleando a la contra”, contracrónicas de los partidos del Llevant, en el contexto de una apuesta por la información granota, impulsada por Miguel Miró. La temporada 20/21 ya empezó con el nuevo emplazamiento de “Bombeja Agustinet!” en Plaza Deportiva, donde acabé publicando cientos de columnas, con la complicidad de Salva Folgado, Vicent Fuster y sobre todo de Mario Lupión. Todos me hicieron sentir en casa. También Javier Alfonso, por supuesto, que siempre dio luz verde al puñado de columnas de opinión que le remití. 

Ahora he vuelto a sufrir en Plaza Deportiva la situación que ya viví en Levante-EMV: los recortes suelen empezar por los columnistas que cobran. Las columnas (las buenas columnas, lógicamente) son el alma de un periódico, le aportan el plus que precisamente tanto necesitan en estos tiempos de crisis. Valga esto como observación, más que como reproche, ya que me quedo con todo lo bueno de estos años felices y solo tengo palabras de agradecimiento para todas las personas que hacen y han hecho posible Valencia Plaza.

Habrá algunos que se regodearán con la suspensión de esta columna en Plaza Deportiva, porque odian a las personas libres, porque les caigo mal, porque sienten envidia o porque han sido víctimas de mi azote verbal, que de todo hay. En esta columna siempre hubo una única prioridad: el Llevant y el levantinismo, sin casarse con nadie. Por eso miles de lectores (incluso muchos que no son militantes levantinos) la han leído durante más de una década. Ellos son los que le dan sentido a todo, los auténticos protagonistas de esta historia. He pretendido que el Bombeja fuera siempre un poco más allá del balón, que pudiese interesar incluso a aquellos para los que el fútbol ni fu ni fa. Ya sabéis: “No nos gusta el fútbol, nos gusta el Llevant”. Y el Llevant, en realidad (será nuestro secreto), va más de la vida que del fútbol.

“Bombeja Agustinet!” seguirá publicándose como hasta ahora. Si hay fútbol, en la previa; si no lo hay, un día a la semana. Aún no sé dónde. Estoy barajando diversas opciones y hasta que cuaje alguna, la columna se mantendrá viva en mi web felipbens.com.

Gracias, gracias, gracias.

Matxo Llevant!, Força Llevant!, Vixca el Llevant!