Se acabó la pesadilla de los campos de césped artificial para el Hércules

ALICANTE. La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) define la Primera Federación como una categoría no profesional, pero prémium. 

Si bien es cierto que sus características están a años luz de aquellas que el ínclito Luis Rubiales y el resto de su pandilla (nunca mejor dicho) vendió hace cuatro años cuando se la sacó de la manga, la Primera Federación apenas guarda relación con la extinta Segunda B, cuando esta era el tercer escalón de fútbol español y no el cuarto. 

Un buen ejemplo de lo anterior es que los equipos han de jugar sus encuentros como locales en una instalación que cuente con una superficie de césped natural, es decir, que no caben los terrenos de juego de verde artificial.

Las Normas y Bases de Competición 2024/25 así lo reflejan en "los requisitos específicos de inscripción". Entre los anteriores se recoge el "disponer de un terreno de juego de hierba natural para la disputa de todos los partidos oficiales". Eso sí, es una exigencia que no opera en la primera vuelta de la temporada o antes del 15 de enero de 2025, pero sí después. Ahora bien, teniendo en cuenta la composición del grupo 2, en el que ha quedado encuadrado el Hércules y en el que no hay ningún conjunto recién ascendido que cuente con terreno de juego de césped artificial a cambiar antes del 15 de enero, desde la primera jornada los blanquiazules jugarán a domicilio siempre sobre césped natural. No tendrán ese hándicap al que han tenido que enfrentarse, con desigual suerte, en las diez temporadas anteriores, aquellas que llevan compitiendo fuera del fútbol profesional, empezando por la 2014/15, la 2015/16, la 2016/17, la 2017/18, la 2018/19, la 2019/20 y la 2021/22 en la antigua Segunda B y siguiendo por la 2021/22, la 2022/23 y la 2023/24 en la nueva Segunda B y ahora conocida por Segunda Federación.