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bombeja agustinet! / OPINIÓN

Sin mirar la clasificación 

7/03/2022 - 

VALÈNCIA. Después de aquel balón rebotado en la espalda de Vukcevic que acabó en la red, del maldito baile de Marcelino delante del banquillo blaugrana y de una eliminación injusta que dio el pase a la final de Copa al Athletic, el Llevant cayó en picado. Nunca hay sólo una razón para explicar algo tan complejo como la peor racha de partidos sin ganar de la historia de la Liga. Y tampoco vamos a insistir en ello. Afortunadamente el Llevant ya está en otro plano de la realidad. Tampoco hay sólo una razón que permita entender la resurrección del equipo. Es obvio que para ganar en San Mamés habrá que poner en valor todas las virtudes que han permitido ganar siete de los últimos nueve puntos. Vamos a hacer caso a Alessio y no miraremos ni la clasificación ni más allá del próximo partido. ¿Para qué? Compartimos ese punto de vista, en paralelo a él, desde al menos el fiasco de Getafe. Queda el escudoEl míster ha machacado el concepto. “El camino es no mirar la clasificación”. Otra perla: “Las dinámicas marcan mucho más que el calendario”. Sin duda. Porque si sigue mostrando esta actitud el Llevant puede ganar a cualquiera. Alessio es un enorme comunicador. Lo ha demostrado desde que tomó las riendas. Las palabras son decisivas. Siempre. En todo. Él lo sabe. Así se explican sus ruedas de prensa.

Alessio Lisci es un obsesivo del fútbol que ha conseguido truncar al fin aquella imagen levantina de equipo moribundo y apático desde la semifinal de Copa y que recuerda al que cogió Paco López tras la destitución de Muñiz. Cuando algo se emponzoña es muy difícil enderezarlo sin decisiones drásticas. Sin embargo el italiano ha reparado el tren en marcha. Y eso permite soñar, cuando todo parecía perdido. Él convenció a Cáceres y el uruguayo ha sido decisivo para imprimir carácter a una defensa que estaba hundida. Le ha ayudado Miñambres, claro. Lo cual no resta mérito a Alessio. El maragato tiene toda la experiencia que le falta al romano. Ha conseguido que un vestuario con muchas dinámicas viciadas, con futbolistas que cobran diez o quince veces más que el entrenador, obedeciera al bisoño Lisci. En su debut frente a Osasuna el míster ya mostró cuál iba a ser la hoja de ruta: portería a cero y verticalidad. Aunque le ha costado de conseguir más de lo esperado. En los tres últimos partidos el Llevant encajó un gol y marcó cinco para sacar 7 puntos de 9. Lo cierto es que defendimos con saña los brotes verdes pese a los malos resultados de los ocho partidos anteriores, excepto en los infames de Vila-real y Getafe, donde quedó patente que el problema real eran las piezas del once que no tenían el compromiso ni la actitud necesarios. 

A algunos les pareció exagerado el optimismo que supuraba 'Resurrección', pero lo cierto es que el Llevant juega hoy idéntico al filial, pero con una plantilla con mucho potencial y una acusada tendencia a la pereza. Supongo que Miñambres habrá sido capaz de deslizar otro discurso dentro del vestuario: ningún futbolista sale beneficiado de una campaña como la que estaba firmando el Llevant.

Que nadie se lleve a engaño: aún consiguiendo la machada de sacar los tres puntos de Bilbao, ante un rival instalado en la depresión, seguiría siendo pronto para hablar de cualquier cosa que no fuese: a) pensar en el Espanyol; b) defender el escudo como si fuese la última frontera del mundo libre, y c) que todos los que salten al césped den el 110% de su capacidad.

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