VALÈNCIA. . Inaguantable. Insostenible. Así es la situación del Valencia CF de Rubén Baraja. Ahora mismo es complicado aventurar cuanto tiempo resistirá en el banquillo del club de Mestalla, aunque los números son incontestables. Una elevada penalización económica junto a la cuota responsabilidad que debería asumir la cúpula valencianista ante los ojos del máximo accionista son los únicos motivos que dejan a Baraja en el alambre jornada tras jornada.
Después de 16 jornadas de liga -aunque con dos partidos aplazados-, los números de Rubén Baraja son injustificables. La caída libre del Valencia CF en liga parece no tener fin y la reacción brilla por su ausencia, lo que ha propiciado más de una reprimenda por parte de aficionados valencianistas. A los incidentes en desplazamientos como Leganés o Getafe por la pobre imagen, ahora se añade un Mestalla que se ha caracterizado por una paciencia 'infinita' en comparación con cualquier otro momento de su historia.
Esta crisis de resultados en la liga, ha acabado por desesperar a una afición que cada semana se siente más despegada de un proyecto deportivo que necesita una reacción con urgencia porque en caso contrario, podría tocar fondo definitivamente a final de temporada. Un golpe en la mesa en forma de inversión que a día de hoy no se espera más allá de la llegada de un lateral derecho en calidad de cedido o con bajo coste.
Volviendo a Mestalla, la desesperación cada día está más latente. La confianza en Rubén Baraja se está dilapidando cada partido. “Pipo, vete ya” fue un cántico que se escuchó el pasado sábado en el estadio centenario en repetidas ocasiones, si bien fue solo un sector de la grada, si bien prácticamente todo el estadio mostró su descontento después de un partido en el que se notó un ambiente primero frío y luego incendiado, en el que se dejó sentir la desesperación de la afición en cada jugada.
Por primera vez en la temporada, el estadio de Mestalla hizo una ‘pañolada’ para mostrar su descontento, además de la habitual en cada partido contra el máximo accionista, Peter Lim, ahora dirigida a Rubén Baraja y la plantilla. Ante esta situación los jugadores valencianistas se dirigieron a la grada de animación para tratar de apaciguar los ánimos de una afición que ve como su equipo se hunde en la zona de descenso.
En definitiva, la situación es insostenible, pero parece que debe pasar por un técnico incapaz de dar con la tecla, pero que no está dispuesto a "abandonar" como explicó en rueda de prensa.