ALICANTE. La jornada cuarta en LaLiga Hypermotion se cerraba este lunes con las victorias a domicilio del Eibar (en Albacete por 0-1) y del Cádiz (en Castellón por 1-4), resultados que no hacían variar la distancia del Elche con respecto a las posiciones de 'play-off' (cuatro puntos) y de ascenso directo (seis y siete puntos en relación a la segunda y la primera plaza, respectivamente), pero sí devolvían al conjunto franjiverde a la zona de descenso.
Tras cuatro jornadas, el Elche es cuarto por la cola con tres puntos, después de una victoria y tres derrotas, la última de ellas este domingo en La Romareda en un encuentro que los franjiverdes perdieron por 3-0 y en el que en no pocos momentos adolecieron de lo mínimo exigible a un futbolista profesional: actitud.
Por lo acontecido a orillas del río Ebro no solo quedaron señalados los jugadores, también el entrenador y el propietario, pero son los primeros los que saltaron al césped a defender la elástica franjiverde y no estuvieron a la altura. Dituro, Diaby, 'Nico' Castro, Salinas u Óscar Plano salieron para mal en la foto por uno u otro motivo, pero también Barzic o Gerard pudieron hacer más en el primer gol y Afrengrubber y John en el tercero e incluso uno de los mejores en Zaragoza como Josan, quien tuvo el empate al borde del descanso, firmó una segunda mitad para olvidar.
Otro de los señalados por el batacazo franjiverde fue el técnico Eder Sarabia, quien estuvo bien en la sala de prensa tras el encuentro, poniéndose el primero en la lista de responsables, pero no así durante el mismo. Hasta el minuto 63, nueve después de la expulsión de Plano, no movió ficha y solo en el tramo final (en el minuto 82, cuando dio entrada a Rashani por Diaby) pasó a jugar con defensa de tres (y solo un '9'), en un momento en el que su equipo ya iba perdiendo por dos a cero. Dio la sensación de que el entrenador bilbaíno no tenía la menor intención de encontrar soluciones distintas (ahí están los cambios de central por central, de mediocentro por mediocentro y de delantero por delantero que ordenó en dos de las tres ventanas) de aquellas que cabían dentro del traje que le pone a su equipo (el de salir tocando desde atrás y ganar metros gracias a los espacios que han de crear sus futbolistas) y con el que solo ha lucido hasta la fecha cuando el rival no le presiona con decisión, le espera. La aparente ausencia de plan b volvió a sobrevolar a la figura de Sarabia: está bien que esté dispuesto a morir (en sentido figurado) por sus ideas, convencido de que ese es el camino para llegar al éxito, pero si ese convencimiento no es compartido por sus jugadores o, simplemente, estos no tienen el día hay que demostrar cintura y buscar otro tipo de soluciones.
Los resultados mandan en el fútbol y más aún en LaLiga Hypermotion y en un club como el Elche, cuyo primer equipo ha de pelear sí o sí el ascenso. Lo importante es el qué y no el cómo, especialmente a estas alturas de curso y teniendo en cuenta las bajas que tenía el equipo este domingo y el estado físico de varios de los que jugaron (Affengruber, John o Rashani alcanzarán antes su estado óptimo si tienen minutos, eso está claro, pero hay momentos y momentos para que los tengan).
El tercer señalado es el propietario Christian Bragarnik, porque si Affengruber, Gerard, Rashani o Sory Kaba llevan dos tardes y media entrenando a las órdenes de Sarabia no es culpa de este, es de que sus fichajes se cerraron cuando se cerraron. Sí, el mercado es así y hay futbolistas que solo van a llegar al club franjiverde dentro de unas determinadas condiciones si no lo hacen sobre la bocina; es de todos conocido, como también lo que pasa muchas veces luego y para muestra la temporada 2023/24 del Elche.
Tras haber logrado su primer triunfo, la cita con el Real Zaragoza se presentaba como la primera prueba del algodón para el conjunto de Sarabia... y salió francamente mal. El conjunto blanquillo no es el Córdoba, eso quedó muy claro, pero el franjiverde tampoco es el que jugó en La Romareda. El encuentro con el Granada del próximo domingo es la primera oportunidad para demostrarlo.