ALICANTE. Rubén Torrecilla rompía este domingo la tónica habitual de sus últimas comparecencias de prensa al hacer gala en ella de autocrítica. Sacó a relucir eso tan necesario, que se supone que sí preside el día a día del vestuario, pero que de puertas a fuera el técnico del Hércules hacía tiempo que no mostraba.
A diferencia de lo ocurrido tras el envite ante La Nucía, este viernes Torrecilla fue el primero en reconocer que han de mejorar cosas, pero también que ni todo se reduce a una cuestión psicológica (aunque en este tema se sigue trabajando y lo considera la principal) ni el único problema es la falta de acierto: "Hay cosas que hacemos mal, pero estamos corriendo incluso más de lo que debemos por querer agradar. El aspecto mental es importante. Diría que en el fútbol lo táctico supone un 30% y lo psicológico un 70%", decía.
Eso sí, el preparador blanquiazul sí que reiteró su disconformidad con los insultos que algunos aficionados desplazados le profirieron a él y a sus jugadores el pasado sábado en el Olímpic Camilo La Nucía: "Fue una parte minoritaria, pero no es plato de buen gusto, me pareció una falta de respeto y no lo tolero. El carné no da derecho a todo y se pueden reclamar las cosas de otra manera", decía después de haber participado el jueves con aficionados en un espacio en la red social Equis en el que, además de lo anterior y de responder sus preguntas, mostró su conformidad con la posibilidad de que los aficionados reciban al autobús el domingo de manera bien distinta a cómo lo despidieron el sábado anterior, claro.
Torrecilla también volvió a hacer un llamamiento a la unidad, a que es el momento de "estar todos juntos" porque siguen "con opciones de todo": "Estos jugadores nos han ilusionado a todos hasta hace bien poco. Ahora no quieren fallar porque les afecta más, buscan pases de seguridad. Estamos incidiendo en el aspecto psicológico, que saquen a relucir su personalidad, recuperen el atrevimiento, el jugar hacia adelante, el encarar, para volver a ser ese equipo dominador y que busca la portería contraria, lo que no llevará a recuperar el plus que representa nuestra afición", señalaba.
Volviendo con lo futbolístico, Torrecilla se mostró convencido de que ante el Terrassa (que viene de endosarle un 4-1 al Europa) podrán fin a la racha de cinco jornadas sin conocer la victoria. "No tengo ninguna duda de que va a ser así; vamos a volver a ganar, ya toca, nos lo meremos y así veremos el futuro de otra manera", señalaba antes de anunciar cambios, aunque sin entrar en detalles.
Además de con el lesionado José Artiles, Torrecilla no podrá contar este domingo con el sancionado Josema, por lo que uno de los cambios será en el eje de la zaga, en el que formarán Nolan y Juanmi. Parece claro que en la sala de máquinas repetirá Mangada, en principio acompañado por Colomina, salvo que este avance su posición en detrimento de Marí o el alicantino pase al banquillo en beneficio de De la Nava, quien se quedó la última jornada fuera de la convocatoria por decisión técnica, o no ocurrirá nada de lo anterior y sí un cambio de esquema, que lleve al Hércules a jugar por fin con dos puntas, con Coscia y Marcos Mendes.
"Hay que mejorar en ataque; va a haber cambios, aunque es algo que hago todas las semanas en todos los partidos, pero va a haber rotaciones. Entrará gente fresca, nueva porque cuando algo no funciona hay que modificar cosas", explicaba, puntualizando a continuación que tiene plena confianza tanto en los que entren nuevos como en aquellos que repitan.
Además de la falta de ideas, de chispa, de la circulación de balón lenta y la consiguiente posesión estéril que viene protagonizando en los partidos su equipo, otro de los principales reproches que se le hacen al técnico del Hércules en las última semanas es que sus soluciones para revertir lo anterior resultan muy previsibles y casi siempre tienen categoría de conservadora: sus cambios a lo largo de los encuentros acostumbran a ser de jugador por jugador y rehúsa apostar por el 1-4-4-2 como sistema. Lo anterior por no hablar de las entradas y salidas del once, con paso incluido por la grada, de jugadores como De la Nava.
