VALÈNCIA. Ayer hizo un año justo de que pocos minutos para llegar a las dos de la tarde el Valencia CF hiciera un comunicado público en el que ponía fin a la etapa de Anil Murthy como presidente del Valencia CF "El Consejo considera que se requiere un cambio en el liderazgo para recuperar la credibilidad de los aficionados y la comunidad a fin de posicionar al Valencia CF en la senda hacia el éxito. Con efecto inmediato, Anil Murthy dejará de ser presidente y empleado del Valencia CF".
Murthy caía tras un año convulso con movilizaciones en la calle y una protesta que vació Mestalla en el último encuentro de la temporada pasada ante el Celta de Vigo. Sin embargo, lo que puso a Murthy en el disparadero fueron los audios filtrados por el diario "Superdeporte" en los que el entonces presidente valencianista descalificaba en varias ocasiones la figura del máximo accionista del club. Frases como "Lim es un aficionado. Ese es mi problema. Es un aficionado. Está senil" fueron determinantes para que un presidente que tuvo un sinfín polémicas en Valencia fuera relevado inmediatamente de su cargo.
Algunas fuentes apuntan a que tampoco sentó nada bien en Singapur que desvelara las intenciones de Lim de demandar a la Generalitat "prefiero ir, que me digan lo que quieren, siempre con la sonrisa. ‘Gracias, gracias, gracias’. Luego cuando Germán Cabrera (abogado del club): ‘pum’, vamos a llevar a la Generalitat a juicio". El tiempo ha demostrado que aquellas intenciones eran totalmente ciertas. La semana pasada se formalizó la denuncia contra la Generalitat por la caducidad de la ATE.
Pese a que Meriton lo ha intentado vender en varias ocasiones como una dimisión, la realidad es que nadie en el club estaba avisado de tal circunstancia, y el viaje que realizó Murthy a Singapur en compañía de Gattuso era en principio para planificar la siguiente temporada.
El periodo interino fue cubierto por Sean Bai como ejecutivo en el día a día y con una presidencia 'fantasma' de Khojama Khalimuddin. A mediados del mes de agosto, ambos fueron relevados (Bai fue despedido junto a Teo Swee Wei y a Joey Lim) para devolver a la silla presidencial a Layhoon Chan.
Pese a la campaña de lavado de imagen que Meriton puso en marcha el verano pasado, nada ha cambiado en su esencia. "El Consejo valora la importancia de una estrecha relación entre el Club, la sociedad, la afición, las autoridades gubernamentales, los medios de comunicación y demás actores vinculados al Valencia CF”, decía el comunicado de hace un año, y la realidad es que las cosas no han hecho más que empeorar.
La economía del club continúa bajo mínimos y Lim debe volver a inyectar capital. El nuevo estadio sigue parado y la Generalitat demandada por Meriton. El descontento en la calle es cada vez mayor con muestras constantes de desprecio por parte del máximo accionista (aquella foto sonriente con Cristiano Ronaldo), el estado de absoluto abandono de Mestalla o el desguace y abandono del antiguo escudo de la fachada del estadio.
A nivel de funcionamiento diario Layhoon se apoya en el "stablishment local" con una guardia de corps formada por Javier Solís, Inma Ibáñez, Cristian Schneider o Jorge García que no han mostrado nada diferente en el funcionamiento de la entidad de lo marcado por la propiedad años atrás. Más allá de los golpes de efecto de abrir las redes sociales que Murthy cerró, los publi reportajes a Kiat Lim (el hijo de Peter al que presentaron como símbolo del cambio) y de la promesa (de momento en el aire) de volver a permitir a los accionistas con 9 ó más acciones acudir a las juntas, no hay diferencias entre este año y el pasado.
Incluso a nivel deportivo las cosas han ido a peor. La temporada pasada el equipo quedó noveno en liga y jugó una final de la Copa del Rey. Pese a ello, Bordalás fue despedido y en su lugar Lim colocó a un recomendado de Mendes como Gennaro Gattuso. Pese a las buenas palabras del italiano hacia el máximo accionista, en enero se marchó harto de pedir refuerzos y que sus palabras fueran desoídas. Tras Gattuso se apostó una vez más por Voro, pero el de L'Alcudia esta vez no estaba por la labor y además no le cogió el aire al equipo, por lo que finalmente se apostó por Baraja. Pese a que el club aseguró varias veces el verano pasado que buscaban un nuevo director deportivo, al final le dieron el cargo de director técnico a Míguel Ángel Corona (responsable ya los dos años anteriores del desastre deportivo).
Las cuatro veces en las que Corona ha hablado públicamente los efectos han sido catastróficos además de demostrar una nula capacidad en sus quehaceres. A día de hoy, el Valencia CF aún no está totalmente salvado (sí cerca de seguir en Primera división), y nadie alberga esperanzas sobre un cambio en la parcela deportiva; es decir otro verano con ventas y con ínfima inversión para una plantilla que este año lleva rozando la catástrofe desde el mes de febrero.