VALÈNCIA. Este lunes arranca el mercado de invierno más importante del siglo para el Levante. Una ventana en la que, sin un director deportivo al uso y con un papel especialmente relevante en el propio cuerpo técnico encabezado por Alessio Lisci, el club tiene la obligación de mejorar su plantilla para obrar el milagro de mantenrse en Primera División. La ausencia de una figura jefe en el Área Deportiva complica las cosas, sobre todo ante el hecho irrefutable de que en Orriols hay que sacar mucha tierra antes de ponerse a construir con nuevos ladrillos.
El Levante tiene ahora mismo 27 jugadores en plantilla, 25 con ficha de primer equipo y dos fuera de esos límites. Cantero y Cárdenas -el portero, titular y en su último año de posibilidad de vestir dorsal por encima del '25'- son los jugadores que otorgan oxígeno a la hora de mantenerlos en dinámica de primer equipo sin que su ficha ocupe tal disposición. A ellos hay que añadir al último jugador en entrar en los planes de Alessio para el día a día: Marc Pubill.
Es precisamente el lateral catalán del Atlético Levante una de las piezas que hace remover las ideas en cuanto a lo que le hace falta al equipo este invierno. Ahora mismo es posible afirmar que el club tiene cuatro carrileros diestros (Son, Miramón, Pubill y un Coke que acaba contrato y que no cuenta) y, aunque es una posición con necesidad de refuerzo, el overbooking y la alternativa del canterano termina de llenar de alguna forma el cupo. Sin embargo, hay dos demarcaciones prioritarias a reforzar este enero: una con otro lleno total -la zaga- y otra ávida de opciones -un futbolista de banda-.
En el caso de los centrales, la lesión de Mustafi y los dos meses y medio que restan para que regrese al grupo -que no para que esté listo para volver a jugar- hacen que la necesidad de fichajes en su hueco sea aún más imperiosa. Postigo ha completado casi tres meses de baja por su sóleo y el madrileño, que cabe recordar es uno de los capitanes, ha perdido ubicaciones respecto a la titularidad. Quedan Duarte -el que ha cogido el hueco de Mustafi- y un Róber Pier que no ha disputado un solo minuto en Liga con Alessio. Mientras, en el extremo aparece la opción de Álex Blanco porque acaba contrato el próximo junio y las rebajas post-Navidad lo ponen a tiro... pero hay otras alternativas que pueden estar por delante del valencianista en las agendas del Ciutat. Ya lo dijo Alessio en PlazaDeportiva.com: no quiere firmar por firmar, si se hace será porque se mejora lo que hay y si tiene que hacer cero fichajes, esa será la cifra final.
En cualquier caso, ninguna incorporación es una prioridad, porque sin salidas no puede haber entradas. Y no solo es una cuestión económica, sino también legal. A no ser que el Levante firme un futbolista al que inscriba con ficha de filial para después incluirlo en dinámica de primera plantilla y que ni pase por las manos de Adrián Esteve, el club no puede abrir un alta más. Solo si se deshace de alguna pieza. El problema, además, no solo nace del hecho de no tener un director deportivo que abarque todo este enero, sino de que varios de los jugadores a sacar acaban contrato este verano y las posibilidades de sacar cash por ellos son más que reducidas. Las cesiones, por otro lado, también abren otros posibles escenarios: Pablo Martínez y Álex Blesa están dentro de ese sobre.