VALÈNCIA (EFE). El Valencia Basket, tocado por la dura derrota que cosechó el domingo en la Liga Femenina ante el Campus Promete, visitará este miércoles al WBC Enisey ruso en el partido de ida de la eliminatoria de octavos de final de la Eurocopa que cerrarán la semana que viene en La Fonteta.
El hecho de tener la ventaja de jugar la vuelta en casa condicionará el partido pero también lo hará el cansancio del largo viaje.
El equipo valenciano, tras pernoctar en Logroño, se desplazó a Barcelona por carretera para coger desde allí un vuelo a Moscú y una vez en la capital rusa, otro de cinco horas hasta Krasnodar, sede de su rival.
El conjunto valenciano firmó en La Rioja el peor partido de la temporada en el aspecto ofensivo y los problemas que ha tenido en los últimos encuentros para anotar se convirtieron en un bloqueo total y sólo anotó 40 puntos ante un equipo de la parte media-baja de la clasificación.
En el choque debutó con el conjunto valenciano la exterior catalana Rosó Buch, que se incorporó al equipo la pasada semana y aunque no cuajó una buena actuación (dos de diez en tiros de campo) se espera que progresivamente aporte más al equipo.
Para el choque y para lo que resta de temporada serán baja Leticia Romero, cuyo puesto en la rotación ocupa Buch y la alero María Pina, uno de los puntales ofensivos del equipo. Tampoco estará Julia Resingerová por un esguince en el tobillo izquierdo.
Con este choque en Rusia, el Valencia retoma la competición europea que dejó a principios de diciembre tras firmar una impecable primera fase que le permitió librarse de la eliminatoria previa al cruce actual.
El conjunto ruso, por su parte, sí que tuvo que disputar esa eliminatoria en la que tras perder por la mínima en el partido de ida en la cancha del Gorzow polaco le doblegó con facilidad en la vuelta al imponerse por 93-77.
La interior Kyara Linskens fue la gran referencia del equipo ruso como lo está siendo durante toda la temporada con un promedio de 13 puntos y 12 rebotes por encuentro. La austriaca Koizar, la rusa Tarasova y la estadounidense Danielle McCray conforman con ella la columna vertebral del equipo.