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LEVANTE UD
José Danvila
VALÈNCIA. El Levante está estancado. Golpea con la misma pared, con resultado dispar, a pesar del arsenal de cambios que Mehdi Nafti introdujo en su once inicial. La falta de conexión y fluidez a la hora de crear peligro sobre la portería contraria fue similar a la del resto de ocasiones en que el equipo granota se ha empantanado en las mismas lides. Sí hubo victoria ante el Villarreal, pero el mal endémico persistió hasta que alguien no reabrió la lata en un latigazo, como perfectamente pudo llegar el gol de la victoria en El Plantío. La tuvo De Frutos, también Róber Ibáñez, incluso Wesley se topó con el palo en un cabezazo tras centro lateral. El gol no llegó y, aunque Nafti dijo que lo hará "algún día", de momento parece estar demasiado lejos.
El franco-tunecino buscó algo parecido a lo que mostró fente al Villarreal B hace dos semanas, al menos en torno a la relación de nombres en la alineación de arranque. La gran sorpresa: Pepelu se quedó fuera del once e Iborra inició solo en el pivote. El hombre encargado de arroparle, un Montiel que se pierde cuando habita en sala de máquinas y aparece como un destello cuando pisa tres cuartos de cancha. Ese 'vacío' de la medular, con motivos -no respondió a ningún castigo fuera del entorno de la pelota, confirmó el entrenador-, chocó con el repoblamiento de la zona ancha a medida que se acercó el final del encuentro. Entró Pepelu por Róber Ibáñez y, ya en la recta finalísima, Pablo Martínez en lugar de Montiel.
La modificación en el centro del campo fue simplemente una más del preparador levantinista. Bouldini parecía pedir a gritos una titularidad y el marroquí no respondió en óptimas condiciones; Postigo tuvo problemas y dejó su lugar a Róber Pier, y Brugui regresó al once en detrimento de un Soldado que había actuado de auténtico imán de ocasiones claras en anteriores encuentros y que se quedó sin la oportunidad. Nafti cambió la delantera al completo a sabiendas de que la generación de ocasiones casi por castigo no es un problema tan grave para su grupo como la falta de continuidad en ellas. El Levante no domina y ese se está alzando como la gran preocupación del cuerpo técnico que comanda la plantilla más valiosa de la Segunda División.
Nafti: "Estaría preocupado en verano en mi casa, ahora estoy tranquilo"
A todas luces, el último bandazo de ideas no le salió bien a Nafti. El técnico quiso volantear de repente y chocó contra la farola. El territorio y el oponente se las traían, es cierto -el Burgos firmó un récord de siete jornadas consecutivas sin encajar un solo gol, aunque tan solo ha anotado dos en este tramo de temporada-, pero la permuta de piezas llevó al Levante, otra vez, a ninguna parte. Para redondear el cúmulo de interrogantes, Nafti dio entrada a Álex Muñoz para retirar a Saracchi del césped. El alicantino rompió su racha de partidos inédito después de un inicio de temporada como titular, pero lo hizo para actuar en una demarcación que todavía no había tocado en partido oficial con el club: directo al carril izquierdo en defensa de cuatro. El ex del Tenerife saltó al rectángulo de juego en un momento en que el cuadro de Orriols debía buscar con mayor ahínco el campo contrario... mientras Franquesa, que precisamente había sido el carrilero en el que el míster había confiado mientras Saracchi saboreaba el dique seco -siempre que hubo cuatro hombres en retaguardia-, calentó pero no tuvo minutos.