Una generación de deportistas de barro y acero

8/11/2024 - 

VALÈNCIA. Una generación de cristal, decían. Una comunidad de jóvenes incapaces de luchar por nada. Un mito, solo eso. La marea de imberbes que, desde la pasada semana, se han echado a las calles de su tierra para intentar amortiguar los efectos del mayor desastre natural peor gestionado de la historia reciente de España, se han empeñado en cambiar el cristal por el acero y el barro. Muchos, los más bisoños pero a la par deportistas profesionales, han sustituido las botas de fútbol, los tacos de atletismo, los quimonos de taekwondo o los tapices de gimnasia, por la pala, las botas de agua y el fango. 

La solidaridad y el compromiso de la sociedad deportiva de la Comunitat Valenciana ha dado el callo. Son muchos los que se han sentido encerrados en un pabellón o perturbados en una pista, y se han desplazado a la zona cero para arrimar el hombro. Unos, porque el desastre les ha pillado en primera persona; otros, porque, aunque no les haya cogido el temporal, sí a familiares y allegados; y otros muchos porque les han sido inferentes un puñado de kilómetros para desplazarse y dejar sus exigentes entrenamientos para ayudar de manera altruista. 

Al atleta del Playas de Castellón, Víctor Ruiz, la Dana le tocó de lleno. Vive en Utiel, una de las primeras localidades en divisar la catástrofe por el desbordamiento del río Magro. Cerca de su paso por el pueblo, vive el atleta de obstáculos, que hoy se afana por sacar barro de su domicilio y el de sus vecinos. En la última semana, sguramente no haya seguido la dieta que le toca, ni tampoco haya descansado lo suficiente, pero sí se ha enfrentado a un obstáculo mucho más duro que una valla sobre el tartán.

Para el gimnasta olímpico Néstor Abad tampoco han sido demasiado relevantes los 90 minutos por carretera que separan Alcoy de Aldaia, el municipio donde se desplazó para ayudar a su familia. Néstor, un tipo que las ha vivido de todos los colores -desde operaciones de rodilla hasta un susto por miocarditis, pasando por un accidente de tráfico en Portugal en que vio su vida pasar cuando se disponía a disputar una competición internacional-, tampoco olvidará lo que lo vio en el sur de la capital del Turia durante el pasado fin de semana. El deportista alcoyano, miembro del Proyecto FER -inciativa de la Fundación Trinidad Alfonso para la promoción de deportistas-, no quiso ni oir hablar de fotografías. Solo grabó un vídeo en sus redes sociales donde reclamó un auxilio tardío e insuficiente por parte de las autoridades.

No es el único ejemplo. Estela Carbonell, jugadora del Levante UD Femenino, se manchó de barro en Paiporta para asistir a su padre, que tiene en la localidad una clínica dental. Toda una familia al completo limpió el negocio, pero también se dividió para apoyar a los vecinos. Otros, como el triatleta olímpico Roberto Sánchez Mantecón, el primero valenciano en participar en unos Juegos -lo hizo en París este pasado mes de agosto- recogió todo lo que pudo para partir desde Alicante y llegar este mismo jueves en Valencia. Y así, casos incontables de jóvenes deportistas de la Comunitat que pasarán a la historia. Por sus resultados... o por las toneladas de barro y escombros que recogieron para ayudar a su pueblo.

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