VALÈNCIA. El fútbol perdió interés; ganó el poderío de las gradas del Ciutat para dictar sentencias sobre la temporada del Levante. El partido ante el Alavés revivió a un equipo que quiso despedirse de su afición y de Primera con buen sabor de boca tras la caída del Bernabéu, pero la verdadera cita estuvo con la gente. En las butacas. En Orriols se celebró un juicio que tuvo división de opiniones en torno a los culpables del curso.
El gran vitoreado de la noche fue el Comandante. Marcó y en la celebración prácticamente se echó a llorar mientras se abrazaba con Campaña, que le había asistido. Pidió perdón a la afición mientras miraba al tendido y, al terminar, dio la cara de nuevo ante las cámaras. El barco se ha hundido, pero, como los buenos capitanes, Morales es el último en bajar. Su imagen solo, en el centro del campo, mientras los hinchas que restaban en el Ciutat coreaban su nombre, quedará ya para la historia del club. Se va a Segunda una entidad con un capitán de Champions League.
Ese saludo en soledad hizo a más de uno en Orriols temerse una salida cercana de su pastor. Una realidad es que Morales se quiere quedar, pero la otra es que el descenso le desvincula del club de sus amores. Y la dirección deportiva también tendrá que hablar para llegar a una entente con su máximo referente. La buena noticia es que la base es buena y el '11' no pierde oportunidad de responder cada vez que le preguntan: "Esta es mi casa y nunca se me ocurriría abandonarla", dijo a los medios oficiales del club. El gran veredicto de la noche del coliseo granota fue para su líder: absuelto. Morales tiene mil oportunidades más de los suyos.
Una y otra vez. En el minuto 8, a su salida en el terreno de juego, una vez concluido el choque... La grada también quiere a Pepelu. Quiere que el dianense sea su próximo capitán. El sucesor de Morales. Dijo Alessio en la previa que había que entender el caso en que Pepelu decidiera marcharse. Con 24 años, el centrocampista tiene demasiadas novias de Primera y coqueteando con Europa como para que su futuro esté claro a mes y medio de acabar contrato. Sin embargo, también hay buenas noticias con el valenciano y las partes son positivas con llegar a un posible acuerdo. Sobre la mesa está la propuesta económica, que no será una barrera. Falta el proyecto que Miñambres monte para convecer a Pepelu de que, un año después, ondeará la bandera del Levante en la élite. Otro de los grandes aclamados. Veredicto del Ciutat: inocente.
Si algo dejó claro el coliseo de Orriols fue que está con los suyos. Y Alessio es, desde hace casi once años, un granota de pro. 'Uno di noi', que diría el técnico en su idioma natal. Los vítores y aplausos al entrenador dejan a las claras que, si por el levantinismo fuera, sería el entrenador encargado de devolver el club a su hábitat en Primera, pero para eso restan todavía varios partidos por disputar. El primero, uno con la pelota de por medio: el fin de semana que viene en Vallecas. Para el romano la victoria de ayer es importante porque refuerza su figura y su buen hacer desde que cogió las riendas del equipo. Otro triunfo en Vallecas añadiría una capa de acero más a su periplo a la vera de la primera plantilla.
El resto de partidos por el futuro del técnico se jugarán en las oficinas del Ciutat. Sin embargo, el mismo Alessio tiene claro, como trasladó públicamente, que su meta era la permanencia y no sentarse en el primer banquillo "para hacerlo bien". No para calentar la silla. De nada sirve, en boca del preparador italiano, completar la semana próxima una de las mejores segundas vueltas de la historia del Levante en la élite del balompié nacional. El veredicto del respetable es claro, Alessio queda exculpado.
Quizá el papel de culpable en la especie de Cluedo que jugó este domingo el Ciutat de València fue Quico Catalán. Pero no para todo el mundo. Durante la previa la plataforma 'Levante Somos Todos' organizó una protesta en la que se pidieron soluciones y decisiones inmediatas que impacten en el mal momento deportivo, económico y social que vive la entidad. También en el campo se aprovechó para trasladar el sentir de la hinchada al palco de autoridades. La grada de animación, Levante Fans, ocupó su lugar una vez Cuadra Fernández había decretado el inicio del partido y el FROG, horas antes del inicio del encuentro, anunció la solicitud formal de una reunión con la Fundación, máxima accionista del club, para tratar el futuro del Consejo y, en caso de ser considerado necesario, convocar una Junta Extraordinaria de Accionistas.
Sea como fuere, el Ciutat cantó el 'Quico, vete ya' por tercera vez este curso. La primera intentona fue tímida y poco extendida entre el resto de la grada. En la segunda, sí se contagió parte de la tribuna. Algún aficionado giró cara al palco para mostrar al Consejo su descontento, pero la realidad es que no fue un clamor. Mientras tanto, los distintos colectivos levantinistas demandan las explicaciones necesarias al presidente, las reuniones que quedaron en el tintero y el "examen" del que habló, que ha de ser cuanto antes. Cada hora cuenta.