Teoría aplicada a la vida laboral y profesional de Peris. Si en mis manos estuviera, hoy le otorgaría el noble título de " Ilustre ciudadano de la Bajada de San Francisco" . Premio Nobel merecido por su gestión al frente de la institución valencianista. Su visión más allá de lo comercial le hizo ser un abanderado de la mercadotencia. El Valencia de los sesenta arrancaba un proceso de internacionalización...
VALÈNCIA. Hoy 9 de abril se celebra la festividad de San Vicent Ferrer, patrón de todos los valencianos. Según el santoral católico, celebramos la onomástica del santo en honor a la persona que recibe su nombre. Escribía Manuel Mandianes que "El fútbol es una máscara que oculta otra realidad de marcado religioso, pero para los aficionados es también un rito con himnos, cánticos, banderas y procesiones". La recuperación días atrás de la bandera fundacional del "fecé", tan de moda estos días y custodiada por la Asociación de Jugadores del Valencia, no se debió a un "milagro ", sino más bien un acto de buena fé a los devotos del fecé. La bandera, patrimonio del club, así como los trofeos conseguidos por el Valencia (a secas) a lo largo de su historia, permanecieron varios lustros en el setentero pabellón social, u oficinas del Valencia situadas en la avenida de Aragón.
Se preguntarán por lo de "a secas", tiene fácil razonamiento y modesta respuesta al debate generado por un grupo de socios para la " rehabilitación " del nombre fundacional a puertas del centenario, que me hace posicionarme, en el a secas. Si le preguntas a un niño,¿ de qué equipo eres ?, te responderá que es del Valencia. Si te encuentras a un amigo dirección a Mestalla y le preguntas ¿a dónde vas ? , te responderá, al fútbol, a ver al Valencia. Un lanzamiento de moneda al aire disiparía cualquier duda como método apropiado para la selección de la nueva nomenclatura centenaria, obteniendo un gran respaldo de las almas franciscanas.
El pabellón social, junto al nuevo Ayuntamiento, formó parte de la fachada norte de dicha vía, la avenida de Aragon. Sendos edificios perecieron en un alarde de gigantismo. Una herida en la ciudad. El primero, derribado por la ampliación de Mestalla, el segundo, el consistorial, sacrificado por una permuta. Rescato con cariño una pancarta colgada por los hinchas del Gol Gran en clara alusión al tema " El ciment dels jesuites per a fer un "gran Mestalla", Salvem el Botánic ". Su escalinata recordaba la puesta en escena de cualquier "Mostra" o Festival de cine. Puro aroma a celuloide. Sólo se le echaba en falta una alfombra roja. Aquel pabellón o depósito de la memoria, vivero de recuerdos del pasado, fue diseñado por Peris y ejecutado por el arquitecto Salvador Pascual.
Me declaro ferviente seguidor del "trellat" (palabra rescatada del diccionario personal del Molt Honorable Don Juan Martin Queralt ). Parafraseando al escritor Albert Camus, "lo qué sé con mayor certeza respecto a la moral y las obligaciones con los hombres se lo debo al fútbol. Teoría aplicada a la vida laboral y profesional de Peris. Si en mis manos estuviera, hoy le otorgaría el noble título de " Ilustre ciudadano de la Bajada de San Francisco" . Premio Nobel merecido por su gestión al frente de la institución valencianista. Su visión más allá de lo comercial le hizo ser un abanderado de la mercadotencia. El Valencia de los sesenta arrancaba un proceso de internacionalización. La participación en giras europeas o en la prestigiosa Copa de Ferias le catapultó a la gloria. Peris creó un alfabeto de sílabas- V-A-L-E-N-C-I-A-C.F personalizado en una vasta gama de objetos diversos en forma de obsequio o gratitud con destino a dirigentes o jugadores de equipos rivales, árbitros, socios y empleados del equipo ché. Gorros, pitos, portamonedas, llaveros, cajas de cerillas, discos, confetti, mecheros, banderines, ceniceros, camisetas, insiginas, calendarios, figuras de cerámica etc.. parte del universo publicitario valencianista. Peris apradinó el término de merchandaising en Mestalla. Peris no fue prisionero del selecto club mercantilista. No le importaba el beneficio, más bien lo contrario, ejerció de profesor de la mercadotencia blanquinegra con un claro objetivo, la evangelización del seguidor valencianista, como bien me cuenta su hija Merchina Peris, testimonio de su legado.
Un cálido y respetuoso homenaje le brindó la sociedad deportiva española en la temporada 1967-68. En el restaurante los Viveros se congregaron más de seiscientas personas. Hasta la fecha no se había visto nada igual. Sentían devoción por aquel gran hombre. "Se leyeron adhesiones, entre otros, de Sir Stanley, presidente de la FIFA, de la BBC de Londres, Cadena de emisoras de México, que dío cuenta de la concesión del Quijote de plata por considerar a Peris, el hombre que más y mejor laboró en el acercamiento entre España y México. Inclusive Peris recibió de Juan Antonio Samaranch la medalla de plata al mérito deportivo". Pessoa escribía " Yo soy del tamaño de lo que veo, no del tamaño de mi estatura." Gracias a Peris, el Valencia creaba una marca visible en el planeta fútbol. Gracias a Peris hoy podemos encontrar en mercados, rastros o sitios web un vivero de objetos de culto para cualquier fetichista. Peris, el título del master en mercadotecnia deportiva se lo debió al fútbol. Eternamente agradecido a mi ilustre ciudadano.
Autores:
Pedro Nebot Rodrigo en colaboración con Merchina Peris y Javier Iranzo.