VALÈNCIA. Probablemente más de un futbolista y de dos se sorprendieron el lunes cuando Voro llegó al vestuario para hacerse cargo de la primera sesión de entrenamiento tras la destitución de Javi Gracia.
Fuera de la imagen afable y de perfil bajo que suele ofrecer, el de l´Alcúdia recordó a la plantilla en qué situación se encontraba el equipo y por tanto que se habían acabado las actitudes egoístas. Voro fue más allá e instó a toda la plantilla a un esfuerzo máximo para honrar el escudo en estos 4 partidos que quedan. Incluso no dudó en asegurar que no le temblaría el pulso a la hora de dejar de contar con quien no tuviera una actitud comprometida.
El entrenador recalcó que no sería bueno para el currículum de nadie un descenso de categoría y que él iba a poner todo de su parte para que ello no ocurriera, ya que lleva toda su vida en el club y no está dispuesto a una situación como la que ya vivió en el temporada 85/86. Del mismo modo, apuntó -refiriéndose a aquellos que estén pensando en marcharse- que para acceder a buenas ofertas hay que mostrar un rendimiento que hasta ahora no se ha visto.
Por tanto Voro ha entrado elevando un nivel de exigencia que con Javi Gracia parecía perdido desde hace ya muchas semanas. El domingo comienza su séptima etapa al frente del banquillo y parece que el de l´Alcúdia no ha querido comenzar con medias tintas dada la comprometida situación del equipo.