VALÈNCIA. El Levante retoma este viernes la Liga en el Ciutat de València ante el Athletic Club, el rival que precisamente le eliminó en las semifinales de la Copa del Rey en marzo de este año y que dejó al equipo valenciano hundido en una crisis de confianza y de resultados de la que ocho meses después todavía no se ha recuperado.
Tras el 1-1 de la ida, un gol en la prórroga de Álex Berenguer colocó el 1-2 para el Athletic Club y dejó al Levante a un paso de la que hubiera supuesto su primera final de la Copa del Rey. Aquel golpe, ocurrido el 4 de marzo, supuso un antes y un después en la etapa del entonces técnico, Paco López, y de la gran mayoría de los jugadores de la plantilla.
Pese a que en ningún momento pudo considerarse aquella eliminación como un fracaso, el hecho de verse tan cerca de la final y de la posibilidad de luchar por un título y clasificarse para Europa provocó que la derrota dejara una profunda herida en el equipo.
Desde aquel 4 de marzo, el Levante únicamente ha sido capaz de ganar dos partidos en la Liga. Venció ocho días después el derbi ante el Valencia en el Ciutat de València y el 10 de abril batió al Eibar en Ipurua en su último triunfo en más de siete meses.
Como el Levante estaba virtualmente salvado, la falta de urgencia por sumar puntos propició que la plantilla bajara las brazos en una mala dinámica que Paco López fue incapaz de corregir y el Levante cerró el curso con cinco derrotas y tres empates.
La crisis con la que arrancó el equipo la presente temporada se cobró la primera víctima en la figura de Paco López, que fue destituido en octubre después de encadenar las primeras ocho jornadas del campeonato sin ganar, aunque la llegada de Javier Pereira tampoco enderezó el rumbo y son ya tres los partidos del Levante en esta etapa sin conocer la victoria.
La salida de Paco López del equipo, sin embargo, impedirá su reencuentro con Marcelino García Toral, actual entrenador del conjunto vasco, con quien mantuvo un cruce de declaraciones antes de aquella eliminatoria de Copa del Rey y al que, tras el partido de vuelta, le reprochó su eufórica celebración delante del banquillo del Levante tras el gol decisivo de Berenguer.