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contracrónica valencia cf 3-1 alavés

A una victoria del objetivo

13/05/2019 - 

VALÈNCIA. No juega como los ángeles, no brilla con un estilo de juego atractivo, no es un equipo feroz en ataque, pero este Valencia cree más que nadie y sigue luchando contra viento y marea. A una sola victoria del objetivo. Difícil de creer después del vaivén de sensaciones vividos a lo largo de toda la temporada en liga. La capacidad de lucha del Valencia esta campaña ha quedado fuera de toda duda tras todo contra lo que ha tenido que remar este vestuario todo el curso. Nunca se ha rendido y tras una eliminación europea y 37 jornadas después, alcanza la cuarta posición de la clasificación. 

Tras una temporada plagada de sufrimientos, el Valencia está a solo un triunfo de alcanzar la meta fijada a principio de la temporada. Es cierto que el Barcelona, zarandeado tras el ridículo de Anfield, llegaba con la obligación moral de tumbar al Getafe para ganarse el 'perdón' del Camp Nou. Pero al igual que toda la temporada, las cosas nunca son fáciles para el Valencia de Marcelino. Ximo Navarro enmudeció Mestalla haciendo el  0-1 en el tramo inicial con un cabezazo.

Los fantasmas de la depresión del jueves azotaron a todo el valencianismo, a Marcelino y también a los jugadores. Había poca batería en las pilas y muchas emociones para venirse abajo. Pero el Valencia de Marcelino siempre se levanta, aunque se le pueda discutir el brillo. Carlos Soler, muy bajo de forma en los últimos meses, fue el más listo de la clase para aprovechar un fallo de Duarte e igualar el marcador. Un bálsamo para el Valencia, al que siempre le cuesta un mundo cuando tiene que llevar la iniciativa en Mestalla.

La remontada se culminó a los cuatro minutos. Fue obra de un gladiador, uno de esos hombres que compensa su falta de talento (fuera del área), con sus ganas en cada disputa de balón: Santi Mina. El gallego, que por primera vez esta temporada no firmó un 'doblete' tras ver puerta, se elevó más que nadie al primer palo. Giró el cuello y puso el balón al otro palo. Imparable para Pacheco. Un gol que dio oxígeno a los de Marcelino, que poco a poco fueron llevando el partido a su terreno.

La segunda parte no tuvo mucha historia. El Valencia obligó al Alaves a arriesgar y Marcelino optó por sacar al mejor 'revulsivo' posible: Kevin Gameiro. Mención especial merece el francés, al que le costó arrancar, pero ha conseguido recuperarse y ganarse su continuidad la próxima temporada. Interpreta bien los movimientos, asiste y también marca. Hizo el 3-1 con un cabezazo picado para tranquilizar a Mestalla y de paso, reivindicar su puesto en la final de Copa del Rey por delante de un Mina que viene pisando fuerte.

En definitiva, un triunfo que invita a soñar con la Champions. Quedan dos partidos, o bien dos victorias para firmar una temporada histórica, en el año del Centenario. Un escenario que el valencianismo no podía ni imaginar tras el discreto rendimiento ofrecido por el equipo en la primera vuelta. 

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