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El técnico, que empezó dialogante, ha pasado a la fase de recortarles minutos de juego para ver si provoca una reacción

Marcelino está irritado con sus delanteros y toma medidas

1/11/2018 - 

VALÈNCIA. Cansado de que su discurso, primero protector, luego revelador y algo más exigente, suene a vacío y apenas haya tenido incidencia en su caro paquete de delanteros, el técnico del Valencia CF, Marcelino, ha decidido arremangarse y buscar una cura. El técnico, máximo responsable de la contratación de Kevin Gameiro y de Michy Batshuayi, así como del resto de incorporaciones, en su calidad de mánager general, ha empezado a disciplinar a sus atacantes en vista de su paupérrimo rendimiento una vez consumido un cuarto de campeonato. Marcelino empezó defendiéndolos, luego cuestionando su puntería en varias ruedas de prensa para, finalmente, enviarlos al vestuario después de dejarlos actuar durante sólo 45 minutos. Su paciencia, de puertas adentro del vestuario, se está agotando.

Irritado ante sus protestas, su bajo rendimiento, su pasividad o su egoísmo, Marcelino, que empezó dialogante, ha pasado a otra fase. La de la sanción deportiva, la de recortar minutos de juego.

RODRIGO.- Rodrigo Moreno, su favorito, fue el primero en ser disciplinado. El jugador estuvo en el banquillo en los duelos ante Real Sociedad y Barcelona. Según desveló el programa Deportes Cope Valencia, el delantero hispano brasileño entró en el vestuario tras el empate ante el Celta pegando golpes en puertas y en paredes, enrabietado por el marcador y por, según su opinión, el individualismo de algún compañero que no le dio el balón cuando él estaba mejor posicionado ante la meta contraria. Ese jugador era Batshuayi.

En la jugada anterior al gol de Iago Aspas, Rodrigo le recriminó a Batshuayi que el belga no le pasara el balón en un contragolpe y que decidiera jugársela él solo. En la acción siguiente, Rodrigo, enfadado, no presionó la salida de balón del Celta y la jugada acabó en el gol del empate.

Marcelino habló con el jugador para dejarle claro que no debe dar esa imagen de furia delante del grupo y que debe respetar el vestuario y a sus compañeros aunque interprete que alguno de ellos ha sido egoísta. El técnico le dijo que su comportamiento fue exagerado y que no se puede volver a repetir. Los dos partidos siguientes de Liga contra la Real Sociedad y el Barcelona, Rodrigo fue suplente. El internacional es el delantero del Valencia que más juega. Lleva acumulados 929 entre Liga y Liga de Campeones.

BATSHUAYI.- En el grupo ya conocen el carácter "chupón" del internacional belga, poco dado a asociarse con sus compañeros excepto cuando juega de espaldas. Marcelino ha trabajado con él en Paterna pero el jugador sigue sin interpretar del todo lo que le pide el técnico. Tardó tanto en perder peso y en coger la forma que no fue titular hasta el 19 de septiembre ante la Juventus en Liga de Campeones, competición en la que junto a Rodrigo es uno de los dos delanteros titulares. En liga ha alternado titularidad con Gameiro o Rodrigo.

Descontento con la actitud del belga, Marcelino le aplicó en San Mamés el primer correctivo de la temporada. Argumentando que fue porque el futbolista ya tenía una amarilla pero admitiendo su bajo rendimiento, el asturiano, que le dio el peto de titular, lo sustituyó al descanso. "Es una suma de factores todo lo que nos llevó a hacer el cambio, pero vimos que con la tarjeta amarilla había perdido la concentración en el partido y que podía hacer una falta a destiempo y luego su rendimiento no estaba siendo bueno", dijo el técnico preguntado por su sustitución en la rueda de prensa previa del partido ante el CD Ebro.

El cambio de Batshuayi en el descanso no es habitual en Marcelino, que, excepto por lesión, no suele cambiar jugadores hasta pasado el minuto 60 de partido. Fue una cuestión de disciplina. Un correctivo. El belga lo sabe y el vestuario también. Ha jugado 703 minutos en las tres competiciones que disputa el Valencia.

GAMEIRO.- Batshuayi fue el primero y Gameiro fue el segundo en la nueva política de mano dura de Marcelino para picar e incentivar a sus puntas. El francés, apático y sin incidencia en el duelo ante el Athletic cuando entró en San Mamés para sustituir al belga, participó, no obstante, en el bloque titular ante el CD Ebro pero fue sustituido en el minuto 45 ante su nula incidencia en el juego.

A Marcelino le molestó la respuesta del francés en Bilbao porque su entrada en el campo por Batshuayi no tuvo ningún efecto. Pero el martes ante una defensa de Segunda B, Gameiro tampoco generó peligro y su intervención pasó inadvertida. Excepto en Anoeta, donde marcó y jugó su mejor partido, en el resto de compromisos ha sido, en rendimiento, el peor delantero y el más fallón. En minutos está a la par con Batshuayi. Ha jugado 669 minutos entre Liga, Champions y Copa del Rey.

SANTI MINA.- El delantero gallego es el que más difícil lo tenía en el arranque de temporada. El fichaje de Gameiro y el de Batshuayi, y la permanencia de Rodrigo en el bloque lo relegaban, como sucedió en la temporada pasada, al último lugar en la rotación de delanteros. Mina empezó jugando pero el jugador era consciente de que en el momento el francés y el belga estuvieran listos su estatus cambiaría y pasaría a ser el de siempre, es decir, el del último de la fila. Así fue. Ante la Juventus en Mestalla, en el primer partido gordo de la temporada, se quedó en el banquillo. Esa noche salió del estadio cabreado y decepcionado. Encima, una lesión en el campo de La Cerámica le hizo perderse seis partidos. Ha jugado 297 minutos en las tres competiciones.

Su situación podría dar un vuelco. El gallego dio una lección de compromiso y de actitud al resto de delanteros -y compañeros- de la plantilla en La Romareda. Sin descuidarse ante la categoría del rival y motivado como si jugara Liga de Campeones, Santi Mina hizo los dos goles que le dieron la victoria al equipo en un bochornoso espectáculo grupal donde, por talante, fue uno de los poquitos que se salvó de las críticas.

Ante el Ebro hizo en 90 minutos dos goles e igualó a Batshuayi en la cabeza del triste capítulo de escasos goleadores de la plantilla. El sábado llega el Girona y, de nuevo, pese al discurso tranquilizador de Mateu Alemany y lleno de paños calientes, la necesidad de ganar es máxima. El gallego ya ha llamado la puerta. Y da la impresión de que Marcelino se la abrirá de par en par. Es cuestión de aprovechar su conducta, su dinámica y su racha. Todo a Mina en el ataque del Valencia. 

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