VALÈNCIA. La evolución en cuanto al perfil futbolístico de Sergi Canós (Nules, 1997) constituye un fiel reflejo de su trayectoria personal y profesional a lo largo de sus 26 años. Formado en La Masía desde 2010, la habilidad del castellonense desde el extremo y su producción ofensiva con las inferiores del Barça despertaron en la categoría de cadete el interés de un grande de Europa como el Liverpool, que lo incorporó a su cantera en 2013.
La adaptación a un fútbol tan diferente como el británico, tan físico e intenso, fue lo que pulió a Sergi Canós como futbolista y lo que habla a las claras de qué tipo de jugador es. Acompañado por su familia desde el principio y con una cabeza muy bien amueblada, el de Nules supo adaptarse a una nueva manera de vivir, entre la lluvia y el té, y a un nuevo fútbol que impresionaba por su ritmo frenético, en la mítica ciudad de los Beatles.
El éxito y la continuidad mostradas a lo largo de varias temporadas en Brentford es el premio a un talentoso futbolista que ha sabido desarrollar capacidades dentro del terreno de juego que probablemente nunca llegó a imaginar. Conocido como un habilidoso extremo de clara vocación ofensiva, Sergi pasó a ser, con el paso de los años, un jugador de banda mucho más completo y difícil de descifrar que cuando llegó a Inglaterra e incluso que cuando aterrizó en la disciplina de los Bees procedente del Norwich, que lo había firmado poco después de debutar con el Liverpool de la mano de Jürgen Klopp.
Sin embargo, fue sobre todo bajo las órdenes del técnico danés Thomas Frank como el castellonense desarrolló virtudes imprescindibles para hacerse un hueco en la élite del fútbol inglés: además de conservar su talento para el uno contra uno como los extremos clásicos, ha disputado muchos partidos como carrilero convirtiéndose así en un jugador mucho más de ida y vuelta, mucho más solidario, con más despliegue y capacidad defensiva y con más conciencia táctica de lo colectivo.
Si juega en banda derecha recuerda mucho más a un extremo puro, a ese futbolista que debutó en las inferiores de la selección española y cuyo rol parecía ya definido desde bien joven. Sigue teniendo un enorme talento para interpretar ese rol, pero no deja de ser más previsible. En cambio, desde la izquierda, Canós traza diagonales hacia dentro que dinamitan los esquemas defensivos de los rivales dibujando espacios a explotar por el lateral, es más asociativo con los centrocampistas y delanteros y puede probar la opción de disparar a portería con su pierna buena: la derecha.
En cualquiera de los dos costados, se trata de un futbolista capaz de desequilibrar y tremendamente vertical que ha desarrollado una gran capacidad de trabajo y de despliegue a lo largo de sus años en Inglaterra. No solo es un futbolista de ida y vuelta y de mucha potencia de piernas, sino que se gira con mucha inteligencia, descifra con facilidad los aspectos tácticos del juego e incluso puede aparecer para recibir de espaldas en zona de creación.