VALÈNCIA. Si algo tienen los partidos contra el Madrid, es lo que cansan. Y no refiero a los jugadores, que entiendo que deben correr lo suyo para doblegar a un gran equipo y en multitud de ocasiones al VAR. El problema de los partidos contra el susodicho equipo es todo lo que arrastran, antes y después. Cansinismo del bueno.
Que empiecen con el show de que Vinicius vuelve a Mestalla es cuestión de horas (si cuando usted lee este artículo, no lo han hecho ya, y Ferreras se ha sacado algún especial de la manga). Y si por alguna de aquellas no ganan el partido, el bombardeo a quien planta cara es de época; bien lo sabemos en esta ciudad.
Venía hasta Netflix para hacer un documental al mártir brasileño y a pintar lo malos que somos en Valencia, que somos la cuna del racismo, y que el santo debe ser objeto de adoración y culto. Porque si se te ocurre decir algo en su contra, eso es racismo.
El club ha conseguido frenar la entrada al equipo que venía a realizar semejante bodrio y les ha denegado las acreditaciones para el partido. Y pese a ser del pensamiento de que no se debe vetar nunca a un medio de comunicación, esto es completamente distinto; me explico. Esto es una plataforma que hace un producto de consumo sin importarle la veracidad de los hechos. Un documental sobre una sola sola versión y visión que no buscaba en ningún momento la objetividad, sólo la gloria del susodicho futbolista. Es decir, buena maniobra por parte del Valencia CF.
El show de Florentino Media no conoce límites. Les gusta exhibir músculo, demostrar que siguen dominando el relato ante los periodistas de provincias les hace felices. Ser 100 veces más parcial que el punto de vista de cualquiera que no pertenezca a su esfera y justificarlo, además de darle cabida a diario y reírles las gracias, ya es el pan de nuestro de cada día en ciertos canales de difusión.
Por eso me encantaría que el sábado olvídáramos quién viene y que la protesta se focalizara en el dueño y en la propiedad. Sé que es casi una utopía porque el ambiente es el que es y porque ya se van a encargar de recordarlo. Pero no habría una mayor caja de resonancia que focalizarse el sábado en las protestas hacia Lim y los suyos; y sería un triunfo por doble motivo.
Sería un triunfo porque dejaría sin argumentos el show que vienen predispuestos a montar el sábado (aunque ya le darían la vuelta, no se preocupen, el Valencia ya ha sido juzgado por una parte y condenado), pero al menos ante el resto del país -que aunque no domine el relato, es mayoritario- volvería a quedar de manifiesto la falta de argumentos de una descripción parcial, retorcida y manoseada hasta el infinito.
Y lo sería porque no habría mayor caja de resonancia de la lucha de una afición ante el tirano que está acabando con su club a sangre fría. Se vería y escucharía en todo el mundo, y sólo por la afrenta que supondría para el amado líder singapurense ya valdría la pena el esfuerzo.
Aún así, soy consciente del machaque inmisericorde que nos espera. Estamos a martes, y ya estoy harto del partido contra el Madrid.
PD: esta semana se volverá a poner de manifiesto la importancia de los medios de comunicación locales, de hecho fue mi compañero y amigo Paco Polit quien levantó la liebre. Honor, gratitud y respeto para él.