VALÈNCIA. Aunque Felipe Miñambres admitió que la lista de técnicos que tiene entre manos es limitada, no cerró la puerta a nuevas invitaciones al casting de técnicos que esta semana ha ido tomando forma en el Levante. Mientras el director deportivo no descartó, por su parte, la opción de Alessio Lisci como próximo entrenador, Miñambres no tiene claro que el italiano sea el pilar de su próximo proyecto y por eso inició un proceso de selección entre preparadores del perfil que él rastrea y otros que se han ofrecido para comandar el barco granota.
Tal y como informó PlazaDeportiva.com, una de las opciones preferenciales del astorgano era Míchel Sánchez, con quien compartió un periplo importante de su carrera en los despachos, en este caso en las oficinas del Rayo Vallecano. Trabajaron mano a mano en un mismo cometido. Mientras el madrileño dirigía la cantera franjirroja nada más colgar las botas, Miñambres comenzaba sus pasos como director del área deportiva rayista, antes de elevarse a proyectos más ambiciosos como el del Celta. Es decir, se conocen a la perfección y, aunque en caso de no lograr el ascenso el Girona continuaría siendo uno de los clubes punteros de Segunda, el hoy director deportivo levantinista es un valor añadido para Míchel.
Sin embargo, su compromiso con el Girona hasta 2024 pase lo que pase este domingo en la última jornada de la categoría de plata y próximamente en los playoffs -si es que el conjunto catalán no decepciona a última hora- imposibilita su llegada a Valencia. En cualquier caso, formó parte y tuvo una posición privilegiada en la mente de Miñambres para hacerse con los mandos del equipo. Es un perfil deseado por el astorgano -"un técnico que vaya a por los partidos, que sea protagonista", dijo en su última comparecencia pública- y además cumple con requisitos de experiencia en una Segunda División siempre complicada. Es algo en lo que Miñambres incidió cuando se refirió a la exclusividad histórica de aquel Levante de 2017 que arrasó, con Tito al timón del plan deportivo del club.
Y es que Míchel va camino de su tercer ascenso. Primero con el Rayo y, más tarde, con el Huesca. La élite se le ha atragantado al madrileño hasta la fecha, aunque en su etapa en El Alcoraz dejó buen sabor de boca aún con un periplo de resultados negativos en el último ascenso aragonés a Primera. Fue una situación similar a la que hoy vive Alessio. El romano, a pesar de no haber logrado consumar el milagro, ha dejado buenas sensaciones en afición y plantilla. Si bien podría haber sido una víctima más de la vorágine de tropiezos del Levante a su llegada en noviembre, fue capaz de levantar al equipo tras un inicio también complicado. Su inexperiencia en la segunda categoría nacional arroja dudas, aunque en general convence la gran reacción granota.
Mientras tanto, Miñambres no cesa en su casting. Vicente Moreno es una opción incluida en la terna, pero para el valenciano existen posibilidades de Primera División de cara al próximo curso. Tampoco puede esperar eternamente y ahí entra el Levante como una de las alternativas más potentes de Primera. El de Massanassa alberga en su currículum dos ascensos, con Mallorca (en aquel caso, doble desde Segunda B) y con el Espanyol (entonces en una tesitura de necesidad de ascenso inmeditato como la que hoy vive el elenco de Orriols). Eso y su perfil, del gusto del director deportivo levantinista, le hace iniciar la carrera con ventaja.
El último en salir a la palestra es el nombre de Jon Pérez Bolo. Aunque no es el nombre más experimentado que en algún momento ha aparecido en la lista de Miñambres, sí es una opción interesante, sobre todo por su situación contractual. Bolo no seguirá en una Ponferradina a la que, en tres años en Segunda, ha llevado a olfatear las posiciones de promoción. Algo impensable en El Bierzo hace muy poco tiempo. El bilbaíno ya se ha despedido de jugadores y trabajadores de la entidad, aunque este sábado dirigirá su último partido al frente del conjunto leonés. Además, admitió en su última rueda de prensa que no ha negociado con nadie antes de trasladar oficialmente su decisión, pero advirtió de que sus agentes han hecho su trabajo y no cerró la puerta a continuar entrenando el año que viene.
Bolo puso una razón clara encima de la mesa: no estar al 200% para seguir en la Ponfe. Nada más. A partir de ahí, hay nuevos proyectos que pueden interesar al técnico vasco. El Rayo lo tuvo apuntado como posibilidad en caso de que Iraola abandonara Vallecas. El de Usúrbil ha renovado, pero Marcelino no sigue en el Athletic y eso puede encender todas las alarmas en el sur de Madrid. Son los posibles huecos de Primera División para Bolo, adelantado por Onda Deportiva Valencia, quien también estuvo en agendas de Mendizorroza antes del fichaje de Luis García. El Levante sería un puntero de Segunda para él.