VALÈNCIA. Cinco capitanes y solo puede quedar uno. Del repóker de portadores del brazalete granota anunciados hace poco más de un año, antes del inicio de la competición 23/24 y en la ofrenda floral a la Virgen de los Desamparados, ya son tres los que se han desvinculado del Levante, uno que puede abandonar la entidad en los próximos días y otro, sin contrato, está pendiente de activar su renovación por una temporada más. Es el panorama que le queda al cuadro de Orriols después de otra temporada sin conseguir el ascenso de categoría. Una situación que arroja la necesidad imperiosa de continuar vendiendo y deshacerse de las piezas más codiciadas del vestuario, entre ellas uno de los mejores futbolistas de Segunda División este curso, como Pablo Martínez.
También Álex Muñoz, visto el no ascenso que desactivó de cuajo la posibilidad de ampliarle el contrato de manera automática, jugará en Primera la próxima temporada después de concluir su contrato en Valencia. El lateral alicantino también se transformó en uno de los futbolistas con más mercado de la división de plata y ha acabado en Las Palmas, uno de los clubes que le tenían anotado en la agenda.
Mientras, Vezo, a quien el anterior entrenador también bautizó como uno de los centrales más potentes de la categoría, hubo de abandonar el Levante rumbo a Grecia en invierno, con el ahorro de ficha que ello conllevó. El traspaso del portugués había escalado posiciones en las prioridades de venta del club por el margen salarial que liberaba -ostentaba una de las fichas más improtantes del vestuario- y un rendimiento deportivo racheado.
Entre esos capitanes anunciados el pasado agosto, solo la marcha de Joan Femenías se puede atribuir a un motivo estrictamente deportivo, de decisión interna, independiente de la marcha económica del club, el no ascenso y las ajustadas cuentas levantinistas. El meta balear, que jugará en el Zaragoza, perdió rápidamente la titularidad en favor de Andrés Fernández, y el regreso de cesión de Pablo Cuñat, uno de los porteros con mayor proyección de la escuela granota de los últimos años, han facilitado que Felipe Miñambres haya 'dejado morir' su contrato.
Y, al final... solo queda Postigo. En algunos estamentos de la entidad se da por hecho que las posibilidades de que Pablo cogerá la carretera de salida son crecientes. Solo el hecho de que Postigo acepte la reducción salarial que, como ya informó este diario, le puso el club hace semanas sobre su mesa, dejaría a uno de los capitanes de la pasada temporada todavía en casa. Ya con Cabello, Dela y Elgezabal como centrales confirmados para el próximo curso -al menos, ese es el plan inicial-, la búsqueda de otro central es una prioridad porque no está claro que el madrileño acepte la oferta de ampliación por una campaña. Al menos, de momento. El club sigue a la espera y no se despidió de él en el comunicado oficial de adiós a los jugadores con fin de contrato.