VALÈNCIA. En febrero de 2023 y con el equipo cuesta abajo y sin frenos en la liga, tras la huida de Gattuso y la renuncia implícita en las palabras de Voro, el Valencia CF se lanza a la desesperada a buscar un técnico para su banquillo.
De todos los ofrecimientos al final el elegido es Vicente Moreno. El técnico de Silla tenía ya experiencia en primera división y en la lucha por salvar equipos de la quema. Sin embargo había un hándicap que acabó truncando el fichaje, Moreno se encontraba encontrando en el Al Sa-Shabab de Arabia Saudita, equipo que pedía una cantidad económica para liberarlo. Era previsible el "no" de Peter Lim a todo lo que significara un gasto, así que se fue a por el siguiente nombre de la lista: Rubén Baraja.
Además de no tener que gastar cantidad alguna en su fichaje, Baraja aceptó entrar para coger al equipo sólo hasta final de la temporada, cobrando un sueldo discreto y con una única petición: tener a su lado a su excompañero de equipo Carlos Marchena.
Pese a las voces que apuntaban a la inexperiencia de Baraja en Primera división y de su discreto currículum en los banquillos de Segunda, el 15 de febrero, con su presentación en la sala de prensa del estadio de Mestalla, comenzaba la "era Baraja" en el banquillo del Valencia CF. Con un equipo en descenso y sin fichajes en invierno, la tarea iba a ser muy complicada.
Baraja llega con el tiempo justo para afrontar el debut el lunes 19 en el Coliseum Alfonso Pérez contra el Getafe. Sobre la marcha conforma el resto de su equipo de trabajo, compuesto por Toni Seligrat (petición de Voro en su breve periplo), Juan Monar (preparador físico) y Ochotorena en la preparación de los porteros.
Pero en su primera rueda de prensa, Baraja suma un factor extra: Mestalla. Desde el primer instante, el entrenador quiere involucrar al estadio en la ayuda al equipo porque sabe que va a ser fundamental: "a mí me gustaría que la gente estuviera con el equipo, nosotros necesitamos a la gente, me siento aquí y hoy soy entrenador pero soy un valencianista más. He venido como público a ver al equipo con mi pase desde que me retiré y he disfrutado los momentos buenos, estuve en Sevilla en la final... quiero que mis jugadores sientan lo que yo sentí siendo jugador del Valencia CF. Desde el día de mi despedida, yo sentí que era el momento de irme en un Valencia grande y bonito, quiero que los aficionados apoyen al Valencia. Quiero jugarme este reto con mi Mestalla detrás, el que quiero y el que recuerdo, que te alienta, te empuja y te hace ganar partidos, yo ya lo viví en 2008, que nos hicieron salvar la categoría".
A la llamada de una leyenda de tal calibre, Mestalla no hizo oídos sordos y en los dos primeros triunfos agónicos de su era (ante Real Sociedad y Osasuna), el empuje de la grada fue fundamental. De igual manera, en el resto de partidos desde que el pucelano es entrenador la conexión entre grada y equipo ha sido una constante que ha ayudado mucho a crecer al equipo.
Pronto se dan cuenta Baraja y Marchena que hay varios problemas, más allá de los futbolísticos, en ese vestuario y que la salvación del equipo va a ser muy complicada. El exceso de futbolistas cedidos, y otros de vuelta con escasa implicación, hace que el equipo salga a varios partidos vitales desconectado y que eso le suponga la derrota contra rivales directos: empate contra el Rayo en Mestalla y derrotas ante Almería y Sevilla. El equipo salva la situación en Elche, pero ahí Baraja ya comienza a dar algo de continuidad a un chico que dispuso de minutos en el tramo final ante el Sevilla, Javi Guerra, Además, también saca al campo a dos chicos más: Diego López y Alberto Marí.
Javi Guerra, precisamente, logra una victoria final que sería definitiva para mantener la categoría; el inolvidable zapatazo en el descuento ante el Valladolid significó el comienzo del nacimiento de la Quinta del Pipo. Porque el siguiente encuentro fue la ultima oportunidad para los "en teoría" titulares que volvieron a naufragar en Cádiz; derrota 2-1 y el convencimiento en el cuerpo técnico que había que tocar cosas.
Ante el Villarreal en Mestalla, Javi Guerra ya es titular, Diego López juega toda la segunda parte y a Alberto Marí (que entra en el tramo final) le acaban anulando un gol por un milimétrico fuera de juego. Los chicos habían dado el paso adelante que se necesitaba para activar aquel vestuario, mientras que jugadores como Ilaix, Yunus, Castillejo o Cavani comenzaban a desaparecer de los onces.
Al final la 'quinta del Pipo' fue fundamental para salvar al equipo. Jornada 34 triunfo vital el Vigo con partidazo y asistencia de Diego López y gol de Alberto Marí en el minuto 89. Jornada 36, el polémico triunfo ante el Real Madrid con gol de Diego López. Jornada 38, gol de Diego López para sumar en Mestalla contra el Espanyol y en la última jornada ante el Betis en el Villamarín, nueva diana definitiva de Diego López. Baraja había sido muy valiente en la apuesta y los chavales habían respondido.
Al finalizar el citado encuentro del Villamarín, Baraja está satisfecho por haber llevado el barco a puerto, pero no quiere dejar pasar la oportunidad de enviar un mensaje claro y directo sobre la exigencia que debe de inundar todas la áreas del club: "Hay que hacer reflexiones desde la calma y analizar porque hemos llegado a la jornada 38 en esta situación. Ser críticos y buscar las causas. La temporada es muy mala. Esto nos tiene que servir de lección para cambiar la mentalidad y ser un club potente como éramos antes. Un club con las cosas claras, exigencia máxima y un proyecto de futuro. Todos tenemos que saber lo que representa este club. Buscando las causas, podremos avanzar. Lo más importante es que esto nos sirva para el futuro". El mensaje no quedó ahí, si no que siguió profundizando en la misma línea argumental: "Lo que está claro que hay que cambiar cosas: la mentalidad, las aspiraciones, pero eso no quiere decir que el año que viene aspiremos a clasificarnos a la Champions, pero en ese proceso de crecimiento hay que tener un camino, un plan y un proyecto que el Valencia CF merece y debe de tener. El Valencia CF es un club centenario, histórico y su afición lo merece". Faltaba por ver que estaba el club dispuesto a ofrecer.
Con la renovación del contrato de Baraja por delante (recordemos que sólo había firmado a su llegada hasta el fin de la temporada), el club pone recoge el mensaje de Baraja para intentar darse un nuevo baño de populismo y saca al día siguiente del partido ante el Betis la famosa nota del reset. El tiempo ha demostrado la credibilidad de aquella promesa.
Los primeros días tras la liga son frenéticos en cuanto a actividad: Baraja renueva por dos años (sin la presidenta en las negociaciones ya que se marchó dos meses a Singapur), pero pierde a por el camino a Marchena, quien da por acabada su etapa en el banquillo valencianista. Corona es ascendido a director deportivo y su primera acción es pagar los 5 millones al Olympique de Lyon por Cenk Ozkaçar, pese a que el turco despareció de las alineaciones con Baraja en el tramo final de la temporada. Se completa también el fichaje de Pepelu... y a partir de ahí, el clásico inmovilismo de todos los veranos sujetos al "no" de Singapur. Los días, van pasando...
Durante el trayecto de verano, no llegan más incorporaciones que las dos ya referidas, pero a cambio Baraja (además de aceptar la sugerencia del club de incorporar a Chema Sanz como segundo entrenador) consigue que le vacíen el vestuario de elementos que no consideraba válidos para su proyecto: los Yunus (traspasado por un buen dinero al Milán), Ilaix, Castillejo o Cavani (este último rescindido, pero cobrando parte de la ficha del segundo año). Tampoco se consigue la continuidad de dos cedidos con los que al Pipo le hubiera gustado seguir contando: Samu Lino y Justin Kluivert.
En pretemporada, la mala noticia es la grave lesión de Alberto Marí antes de ello, Baraja ya ha puesto un nombre sobre la mesa para la delantera: Rafa Mir. El murciano acaba quedándose en el Sevilla al no aceptar los hispalenses la insuficiente oferta del Valencia. En su lugar aparece un ucraniano a préstamo desde el Brujas; su nombre es Roman Yaremchuk.
Lim tarda dos meses en autorizar el pago de 250.000 euros para comprar a Sergi Canós y de 150.000 por la cesión de Selim Amallah. Y con eso, a competir el 12 de agosto al Pizjuán para comenzar la liga. Como dato, baste recordar que el equipo se presenta en Mestalla ante su público una semana antes de comenzar la liga sin una sola cara nueva.
Pese a decir por activa y por pasiva capitán y entrenador que la plantilla se queda corta de efectivos, comienza la liga con un sorprendente triunfo en Sevilla 1-2 y con una victoria 1-0 ante Las Palmas. A los Guerra y López (Marí está lesionado), Baraja incluye a Pablo Gozálbez y Hugo González y poco a poco va consolidando a otro chico de la cantera "olvidado" durante un año: Cristian Mosquera.
El mercado (con la liga empezada) finaliza y vuelve a ser insuficiente. Pero Baraja es listo y sabe el terreno que pisa: "las explicaciones sobre el mercado y los objetivos del equipo, los debe marcar la propiedad, no yo". Así que días después de cerrarse el mercado Layhoon se autoentrevista en un vídeo de los medios oficiales del club y fija el objetivo de la temporada: "No quiero hablar de una posición concreta en la tabla de clasificación. Para ser realistas, nuestro objetivo para esta temporada es trabajar duro y mejorar con el propósito de permanecer en Primera División y asegurarnos de no volver a sufrir como la temporada pasada”; Roma locuta, causa finita.
Ajenos a los negros nubarrones que parecen cernirse sobre el equipo, Baraja y los suyos comienzan a sorprender, bastante lejos de las posiciones de descenso. Pese a dos revolcones serios como el del Villamarín (3-0) o el del Bernabeu (5-1), victorias brillantes ante el Atlético de Madrid 3-0, partidazo en San Mamés cuya victoria se escapa en el descuento (2-2), buen empate ante el Barça en Mestalla con un Valencia plagado de bajas y a partir de ahí una racha de 6 victorias y 2 derrotas en 8 partidos que le encubran a la zona media alta de la tabla clasificatoria. A los chavales del Mestalla se suma un descomunal Pepelu en el centro del campo y un transformado Hugo Duro que lleva ya diez goles en la liga. Baraja sigue sumando y mete en dinámica a Fran Pérez (quien estuvo a punto de irse cedido en verano al Elche) y recupera a Hugo Guillamón para dar equilibrio en la zona ancha. Poco a poco otro joven comienza a asomar cabeza como Yarek Gasiorowski.
Parecía que el equipo había logrado la paz que la propiedad no buscaba. Pero sólo lo parecía...
Y llegó el mercado de fichajes de enero con el equipo y el entrenador cumpliendo con creces lo previsto desde el inicio y situándose más cerca de Europa que de las posiciones de descenso. Aún así, Layhoon ya avisó el día de la junta de accionistas que no había presupuesto para fichar en enero, pero que por contra: "No creo que vaya a haber ventas principales en este mercado de invierno. Si no podemos reforzar la plantilla, lo último que queremos es traspasar a jugadores claves. Lo que digo es que igual que tendremos que buscar soluciones como un traspaso o algo así para jugadores que no son tan necesarios ahora mismo en la plantilla".
La última semana del mercado de invierno es esperpéntica, en la más pura línea "Meriton". Pese a asegurar que no saldrían jugadores importantes, el Valencia CF regala a Gabriel Paulista (segundo central con más minutos jugados de la plantilla y octavo jugador en ese apartado) al Atlético de Madrid, trae a Peter Federico y el último día de mercado protagoniza un vergonzoso vodevil para hacer creer que va a contentar al entrenador por la pérdida de Gabriel y que le va a traer a Rafa Mir del Sevilla. Sin embargo, Rafa Mir se queda en el Sevilla y al día siguiente Orta (director deportivo del Sevilla) desnuda al local management al explicar los motivos del fracaso de la negociación: "El Valencia no ha querido a Rafa Mir porque si el Valencia quisiera a Rafa Mir, tendría a Rafa Mir. El jugador y su asesor me piden que reactivemos la operación, ellos nos transmiten que ya han dado la operación por cerrada (...) Ellos dicen que no nos pueden decir nada, que no tienen firmas, que solo hay una persona que tiene firma, que es la presidenta. Luego estamos con las situaciones horarias, para ellos las 8 o las 7 ya es prácticamente cierre de mercado, por una situación de su máximo accionista que reside en un país donde la diferencia horaria es importante y a las 7 ellos dijeron nuestro mercado está cerrado, no se puede echar marcha atrás".
Al final Baraja vuelve a ver como el club le debilita la plantilla y no es ajeno a ello. Pese a que vuelve a remitir a la prensa a las explicaciones de Corona, deja caer dos frases demoledoras, que sin alzar la voz dibujan al actual Valencia de Meriton: "El club prioriza lo económico sobre lo deportivo; hay cosas que no puedo controlar" y "La salida de Paulista nos resta más que nos suma".
Por contra, días después el propio Corona se jactó de haber debilitado la plantilla en verano y en enero: "Este año se supone que hemos empeorado la plantilla y llevamos 35 puntos".
En resumen, y tras un año de Baraja en el banquillo, el pucelano ha aumentado la leyenda que ya tenía cuando era futbolista. Ha revalorizado el equipo, los jugadores, está muy por encima del objetivo marcado. A cambio es ninguneado por el máximo accionista quien no se ha dignado a hablar con él desde que llegó, y tampoco recibe apoyo en forma de refuerzos para poder seguir compitiendo, al contrario. Cada vez le desmantelan más la plantilla pese a sus mensajes de ambición deportiva.
A nivel contractual, Baraja tiene todavía firmado un segundo año de contrato y que -pese a los incumplimientos de Meriton- es un entrenador que ha disipado dudas y conoce el terreno que pisa. Su buen rendimiento, su huida de las situaciones polémicas y su progresión le convierten, en las circunstancias actuales, en el entrenador ideal para el Valencia CF.