VALÈNCIA. Las fórmulas para reanudar la competición. Eso es lo que debate este miércoles la UEFA con las 55 federaciones miembro vía telemática, en busca de una solución para el fútbol totalmente subordinada al avance del coronavirus en Europa. Y es que, ante la incertidumbre del panorama socio-económico mundial, el deportivo queda en un segundo plano: no se reanudará la competición -al menos la europea- hasta que haya vuelto la normalidad sanitaria en el continente.
En cualquier caso, la UEFA ha de estar preparada para un hipotético regreso cuando sea posible y este mediodía escuchará a las federaciones, que trasladarán los datos de sus respectivos países en materia deportiva: clubes sometidos a ERTEs, competiciones en la nevera y propuestas de escenarios posibles para cuando cese la pandemia.
Por ahora, son tres las hipótesis sobre las que trabaja tanto la UEFA como las federaciones: terminar la temporada en verano, hacerlo en fechas del curso 20/21 o la opción de la que nadie quiere hablar, declarar nula la campaña actual.
Sin ir más lejos, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ya estudia la posibilidad de acabar el curso en septembre u ocutbre de 2020, dejando así otros debates en el horizonte sobre los límites de la temporada prevista para acabar en mayo de 2021. Porque también habría que alargar esa campaña o, en su defecto, plantear un cambio circunstancial de formato.
Sin embargo, el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, ya admitió que tenía en la mente un "plan A, B y C" para evitar recurrir a esa tercera vía de nulidad, un punto en el que incluso RFEF y La Liga están de acuerdo. Declarar no válida la temporada actual supondría un gran impacto para muchos clubes al perder el procentaje de ingresos televisivos, elevado en los presupuestos de la gran mayoría de equipos españoles. De hecho, el presidente del Valencia, Anil Murthy, ya advirtió de que esa pérdida sería "muy grave" para la economía del club.
Las tres vías alternativas a la finalización de las competiciones que planteaba Ceferin el pasado sábado -esos planes A, B y C- radican todas en el regreso de las ligas europeas en el curso presente. El primer escenario posible es reanudar el fútbol a mediados de mayo -la opción más optimista-; el segundo, hacerlo ya en junio; y el tercero, volver al ruedo a finales de ese mismo mes.
Es decir, si el primer partido post-coronavirus se lleva hasta más allá de junio, el fútbol tiene un problema. Y si se ha de recurrir a ese plan C, entonces el problema residiría en dónde colocar las finales de Champions League y Europa League, por el momento repensadas para el 27 y 24 de junio.
Eso sí, todas las opciones sobre la mesa del organismo están supeditadas a las decisiones de los gobiernos en materia sanitaria y, como ya anunció el presidente de La Liga, Javier Tebas, las ligas tratarían de retomarse al mismo tiempo o sobre los mismos pasos, dentro de lo posible. Pues bien, el fútbol holandés anunció este lunes que no volverá hasta el 1 de junio, ya han explorado la opción B de Ceferin.
Ese desaguisado entre las competiciones nacionales del continente es otro de los asuntos a ordenar en la reunión. Según se entiende por ahora en la UEFA, no es lógico que las federaciones clasifiquen clubes para la Liga de Campeones de distintos modos: unas terminando sus competiciones, otras dándolas por finalizadas como están, otras declarando su curso nulo.
Además, no se descarta que haya que reabrir los estadios para reanudar los torneos... sin gente. De hecho, jugar los partidos a puerta cerrada una vez vuelva el fútbol es un escenario que cobra mucha fuerza, hasta el punto de ser el más cuerdo. Aunque, por otro lado, Ceferin advierte de que no quiere jugar las finales europeas sin público, por lo que también se contemplaría un nuevo aplazamiento.
Además, tanto si el fútbol retorna en el próximo mes de mayo para extenderse hasta más allá de junio, como si lo hace para terminar en fechas de la 20/21, habría que estudiar el asunto de la apertura del mercado de fichajes o las vinculaciones contractuales de futbolistas que acaban contrato el 30 de junio y/o ya tienen pactados sus traspasos. Es el caso, sin ir más lejos, de jugadores del Valencia o del Levante: Garay aún no está renovado y la parálisis en el club en este aspecto es evidente; y Borja Mayoral tiene que estar el 1 de julio en Valdebebas.
En la reunión telemática de este miércoles cada federación actualizará el estado de su fútbol. El presidente de la RFEF, Luis Rubiales, ya ha admitido en más de una ocasión que no entra en sus planes dar por acabada la temporada: bien llevar La Liga a julio o bien acabarla en septiembre, pero nunca anular lo disputado hasta ahora.
Por su parte, en Alemania ya se plantean iniciar la temporada que viene en invierno. El presidente del Consejo Directivo del Bayern Múnich, Karlheinz Rummenigge, cree que hay que evitar "a toda costa" acabar con la competición que hay en marcha "por motivos de justicia deportiva y para aminorar los efectos económicos". La propuesta se basa en acabar esta campaña el septiembre próximo y reubicar la pretemporada para los dos meses siguientes antes de iniciar el curso siguiente. Un cambio de tiempos sin precedentes y que reordenaría la competición como nunca antes se ha conocido.
Y entre las propuestas de las 55 federaciones, se cuela un tema farragoso: la superposición de calendarios. Es evidente que cuando el fútbol vuelva, y si se quiere finiquitar la actual temporada, tendrá que alcanzarse un acuerdo entre las ligas y UEFA en relación a las fechas finales de sus respectivas competiciones. Usar los fines de semana para la Champions y la Europa League ya es un terreno que se está abonando, del mismo modo que la reformulación del formato de los torneos europeos -ya empezados-. Cabe recordar en este sentido que todavía queda por jugarse la vuelta de cuatro eliminatorias de octavos de final.
El caso es que las federaciones y las competiciones ligueras de los distintos países están sujetas a las decisiones del máximo organismo del fútbol europeo, como así lo han dejado ver tanto Rubiales como Tebas en distintas comparecencias. Hoy la UEFA escucha a las asociaciones y debate con ellas sobre el futuro para caminar de la mano en la toma de decisiones.