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¿Es viable el "Bryan, quédate"? 

4/03/2022 - 

VALÈNCIA. "Bryan, quédate" fue uno de los gritos que atronó en la noche mágica del miércoles después de que el Valencia accediera a la final de la Copa del Rey tras tumbar al Athletic Club. Se sucedieron las imágenes de futbolistas celebrando con la afición a sus pies en la avenida de Suecia, escenario clásico para festejar noches de éxtasis como esa. Circulan miles de vídeos en redes sociales con tracas y el humo de la pólvora de fondo. Uno de ellos hacía referencia al duende de Barbate, Bryan Gil, el futbolista diferencial que ha contratado el Valencia por cuatro meses para su vestuario.

Bryan Gil se asomó al balcón con sus compañeros para gritar junto a los aficionados el acceso a la gran final de La Cartuja. El extremo, cedido por el Tottenham, volverá a su querida Sevilla con la camiseta del murciélago para disputar un gran partido. No quiso perderse la fiesta, pero fue uno de los últimos en aparecer en el balcón y uno de los primeros en marcharse, a diferencia, por ejemplo, de Hugo Duro, el jugador más desinhibido, el que más disfrutó de las celebraciones. La de Gil fue una noche más discreta. Cuestión de carácter. 

Fue moderado incluso en sus redes sociales. En su perfil de tuiter no publicó nada, mientras que en Instagram posteó una foto de espaldas sacando un córner ante el Athletic que acompañó con la frase: "Estamos en la final de la Copa del Rey. Amunt Valencia!".

La gente, que repartió vítores y cánticos para el grupo, se centró en Hugo Duro, Mamardashvili, Bryan Gil y José Bordalás, que respondieron desde arriba con gestos y algún baile. Gil se fotografió en el balcón del primer anillo de Mestalla, con miembros del cuerpo técnico y médico, y se marchó a descansar mientras bajo, en la calle, apenas se movía ni un sólo aficionado.

Diferentes empleados le cantaron lo mismo que atronaba en la calle: "Bryan, quédate", mientras él sonreía. El Valencia lo trajo a su vestuario a préstamo desde Londres en el final del mercado. Apenas cuatro meses lo disfrutará Mestalla antes de volver con los 'Spurs' y el duro Antonio Conte.

Para que Bryan Gil se quede, el Valencia tendría que pactar un segundo año de cesión con la dirigencia del Tottenham. El programa Ser Deportivos Valencia contó a mitad de febrero que Meriton se plantea negociar con los ingleses otra temporada más de préstamo tras observar las cosas que le aporta al equipo y cómo se ha acoplado al grupo. La operación no se ha puesto en marcha, según ha podido conocer Plaza Deportiva y depende del jugador, del Tottenham -y, concretamente de su entrenador, Antonio Conte- y de... Peter Lim.

Bryan Gil está a gusto en el Valencia. Todo lo que le expuso Bordalás, cuando contactó con él este verano para convencerlo de jugar en Mestalla, se está cumpliendo. El técnico le dijo le dijo que iba a ser referente en ataque y que iba a tener protagonismo, y así es. El de Barbate, que necesitaba minutos para colarse en la expedición de Luis Enrique rumbo al Mundial de Catar, está cómodo con el equipo y el rol que le ha dado Bordalás. En el Valencia se siente importante. Es un referente con apenas un mes en el equipo y acaba de clasificar para la final de Copa. Su vida en el Valencia es perfecta.

Negociar con el Tottenham sería complicado. En un buen movimiento de mercado, el Valencia consiguió que Bryan jugase cedido sin pagar ninguna cantidad por el alquiler más allá, claro, de la mitad de la ficha anual de temporada que el jugador percibe en los 'Spurs'. La cesión de una temporada es más gravosa, primero, porque Bryan cuenta con un salario elevado y segundo, porque el Tottenham demandaría una cantidad adicional por el alquiler del jugador para un curso completo. Si Conte decidiese que no es interesante para su proyecto, la cantidad podría negociarse, aunque siempre se fijaría un precio.

El tercer agente implicado en esta operación es Peter Lim, que tiene que validar cualquier movimiento de mercado. El Valencia tiene poco dinero y muchos frentes que cerrar este verano. Trabaja en las renovaciones de José Luis Gayà, Carlos Soler y Hugo Guillamón; valora comprar a Hugo Duro y está obligado a hacer lo mismo con Alderete. Conseguir la cesión de un jugador que ya se ha revalorizado como Bryan Gil, a coste cero, no será fácil. 

En la última junta de accionistas, el club explicó que tenía que recaudar 37 millones de euros en venta de activos para cuadrar números. Lleva siete, cinco de Ferran Torres y dos de Wass. Restan por llegar 30 kilos, y con esa pesada mochila en la espalda tiene ante sí el muro económico de renovar a Gayà, Soler y Guillamón, y comprar a Alderete y a Hugo Duro, más una nueva cesión de Bryan Gil. 

Para llevar a cabo todas estas cuestiones debe vender o que el máximo accionista inyecte más dinero si el equipo consigue la Copa y juega en Europa la próxima temporada. Hoy, está última cuestión, que el empresario singapurense aporte dinero, es una utopia. Entrar en Europa el próximo curso, si el equipo gana en La Cartuja, ayudaría para combatir en este frente.

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