VALÈNCIA. Mickael Malsa nunca se ha caracterizado por ser un centrocampista goleador. Sus datos en este apartado desde que llegó a España así lo acreditan. Ningún tanto con el Albacete, tampoco en el Mirandés. Su primer gol con la camiseta del Levante -el que puso a los granotas por delante en Pucela al borde del descanso para encarar de una manera muy distinta el segundo acto- también es su primera diana en el fútbol español. El último, cuando militaba en las filas del Fortuna Sittard, también en Copa holandesa, en la 17/18.
El internacional por Martinica adelantó su posición en varios tramos del encuentro y anduvo atento al regalo de Vilarrasa para desempaquetarlo y darle uso. Aún así, y pese a su poca oportunidad de ver puerta en cada choque -11 veces ha chutado en sus 20 partidos de granota-, Malsa no tuvo dudas en 'apostar' por su acierto en los prolegómenos del encuentro: "Antes del partido, estuve hablando con Duarte y Son, y le aposté a Óscar que si marcaba un gol me invitaría a comer donde yo quisiera. Lo marqué y se lo dediqué en una celebración con Son, haciendo el gesto de 'a comer'", ha comentado el centrocampista a los medios oficiales del club mientras, asegura, espera su comida.
Más allá de la anécdota, el parisino ha repasado la situación de un Levante que tendrá la oportunidad de tocar unas semifinales de Copa del Rey 84 años después y que el viernes esperará rival en el bombo de un sorteo que ya será puro. "No pasa nada si jugamos contra equipos como, por ejemplo, el Barcelona, Sevilla, Valencia... Podemos sacar cosas. Es una competición en la que nunca sabes", asegura, al tiempo que recuerda a su Mirandés como ejemplo de gesta: "Jugamos contra el Sevilla, el Villarreal y el Celta. Y dimos la sorpresa".
"Ahora la Copa es pasado. Tenemos que centrar los esfuerzos en La Liga. Vamos a ver qué pasa en Madrid, vamos con ganas de hacer las cosas bien. Sabemos que será difícil, pero en el fútbol hay sorpresas", ha insistido un Malsa que había bajado su rendimiento en las últimas citas. De hecho, ayer no arrancó bien el duelo en Pucela, pero fue mejorando sus prestaciones con el paso de los minutos y cuajó una buena segunda mitad.