VALÈNCIA. Arreglado pero informal, con el mismo traje de embustero con el que el sastre de Meriton Holdings viste a todos sus ejecutivos, Kiat Lim se presentó en sociedad en una confortable entrevista en VCF Media, el 14 de diciembre de 2022, para reforzar la tesis principal de la propaganda 'meritoniana' de aquel momento. Su padre, Peter Lim, lo designaba como consejero y, con él, llegaban vientos de cambio. Una nueva etapa. Misma patraña.
Aquello, con el tiempo, se ha venido abajo como un decorado de cartón piedra frente a un temporal. Os he adjuntado el enlace en el párrafo anterior para que leáis su blablablá lleno de trolas. Meriton siempre te dice lo que quieres escuchar, pero nunca la verdad.
La penúltima mentira, porque detrás siempre viene otra, lo sabéis por experiencia, se ha destapado esta semana. Llevaba tiempo el bueno de Paco Polit recordando en 90 Minuts y El Matx desde la 99.9 Plazaradio que el club no respiraba respecto a la promesa de dejar sin efecto el requisito accionarial para asistir a la junta general. El miércoles, ¡tachán!, el Valencia, vía la Agencia EFE, explicó que bueno, que vale, que lo de volver al modelo anterior de las nueve acciones y dejarlo en una, lo dejaban para el 2024. Y prometieron que lo validarían, por supuesto, en la próxima junta del 14 de diciembre, donde para tener acceso se necesitan 'sólo' 5.786 títulos.
La patraña la soltó Kiat Lim hace once meses cuando llegó envuelto en fanfarria. "Con respeto a la historia y tradiciones del club, hemos decidido revertir al formato original para acceder a la Junta General. Esperamos que esto nos permita conectar con todos los accionistas, además de demostrar que sí que somos serios en cuanto al cambio y que queremos conectar de nuevo con los accionistas, con la afición y con los medios de comunicación", prometió el hijo del pescadero hecho a sí mismo.
Detrás de Kiat llegó Javier Solís, que en marzo insistió en el embuste: "Sí, evidentemente, el compromiso se mantiene. Convocaremos una junta general extraordinaria con un único punto en el orden del día y en ella se aprobará la vuelta al sistema accionarial anterior. No te puedo decir la fecha, pero si realizamos las juntas generales ordinarias en diciembre, pues esa será a lo largo del mes de noviembre". ¡Ay, Javier!
Llegados a ese momento en el tiempo, noviembre de 2023, el club quiere una junta sin estridencias ni ruido para difundir sus cuentos. Ya abrazarán la democracia en 2024. Supongo que ese punto estará en el orden del día de la asamblea y que, por supuesto, se aprobará. Pero... ¿por qué lo dejan para 2024 si, realmente, lo van a hacer?, ¿por qué no lo han hecho ya? Este es otro de los arcanos de Meriton.
Una explicación está en su forma de proceder. Una perversión del refrán "No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy". En Meriton son constantes los aplazamientos. Su jugada favorita es la conocida como “patada a seguir”, una acción habitual del rugby.
Donde sí van a acudir, como abejas a la miel, los del 'Local management', es al palco del Bernabéu este sábado, pese a que desde aquel incidente con Vinicius en Mestalla, Florentino Pérez y su corte de bufones, titiriteros y trompeteros, con más o menos caspa, han arrastrado la imagen del Valencia y han pateado el escudo. En lugar de negarse a sentarse en el palco se han limitado a tirar un tuit, a emitir un vídeo de Diakha en Paterna hablando con chavales de la Academia y a recomendar a los socios que vayan a Madrid que se porten bien.
Medidas contundentes todas ellas. Se llama complejo de inferioridad. ¡Cómo te echó de menos, Jaume Ortí!