VALÈNCIA. Mala época para los levantinstas que, tras el descenso de la pasada temporada, mantuvieron sus carreras a flote en Primera División. Roger y Malsa encabezan la lista de dificultades después de que el mercado de enero haya dictado sentencia, sobre todo para el delantero. Después de jugar solo 823 minutos en la primera vuelta del campeonato sin anotar ningún gol en Liga, ha aterrizado esta semana en el Cádiz para sustituir a Lucas Pérez y con la esperanza de convencer a Sergio González como no hizo con Francisco, ni con Almirón. A las órdenes de Pablo Machín sí ha tenido continuidad, pero la aportación del valenciano ha sido pobre en su primer medio año como franjiverde después del pago de unos 3 millones de euros por su fichaje -un fijo de 2 millones de euros más otro en variables asequibles-.
Y es que Roger aterrizó en el Martínez Valero como fichaje de relumbrón para el cuadro alicantino. Sus temporadas goleadoras en el Levante despertaron intereses de élite en el ariete, que ha acabado por no responder. Su feliz situación personal -va a ser padre- han contrastado con el rendimiento sobre la hierba hasta el punto de que el Cádiz se ha hecho con sus servicios con una obligación de compra futura en función de objetivos, entre los que se encuentra la permanencia del conjunto amarillo, hoy en la penúltima posición.
Mientras tanto, Malsa es el que puede llegar al Elche, que tiene un principio de acuerdo con el Real Valladolid para otra llegada a préstamo, aunque en este caso está por ver si obligaría al club de Christian Bragarnik a adquirirle en propiedad a final de temporada. A Malsa también se le ha abierto este enero la opción de regresar a Segunda División, curiosamente a las órdenes de Paco López en Granada, aunque el francés siempre dio su negativa -también en el Levante- a jugar de vuelta en la categoría de plata. Un traspaso del internacional por Martinica podría comportar, además, algún tipo de beneficio al club de Orriols, que posee el 50% de sus derechos económicos.
Más allá de los dos casos sonados por sus cambios de aires ya en el mercado de invierno, también saltan a la vista otros ejemplos como el de Dani Gómez. Es el único futbolista cedido del Levante en Primera División y tampoco está gozando de oportunidades en el Espanyol. De hecho, lo que terminó de lastrar al madrileño fue una expulsión en el partido de la primera ronda de Copa del Rey que, por exactamente el mismo motivo que se castigó a Vicente Iborra recientemente, le hizo perderse también cuatro partidos. El gran freno para Dani Gómez fue que su sanción cayó justo antes del arranque del Mundial y, con el parón de La Liga, quedó casi dos meses inédito en una convocatoria. Entró en la de la pasada jornada, pero no jugó. Lleva sin hacerlo desde el 9 de noviembre -van ya casi tres meses sin un solo minuto-.
En este caso, el Espanyol tiene un asterisco añadido en caso de que el jugador acelerara en los últimos coletazos del mercado por una salida: el club perico habría de romper la cesión con el Levante, pues el acuerdo alcanzado en verano llevó al delantero a Cornellà a préstamo con una opción de tanteo antes del 30 de junio.
Dani Gómez completa el podio de los más tapados en la continuación de sus carreras en la máxima categoría. Otros como Morales y Clerc, aunque sin suerte, sí han tenido minutos. El lateral es, de hecho, titular en el Elche de Machín, si bien es cierto que el catalán protagoniza un récord triste y anecdótico: completa un campeonato entero -39 partidos- sin ganar un partido en Primera. Su último triunfo data de la jornada 30 de la 20/21, ante el Eibar. Fue justo el final del buen rumbo del Levante de Paco López: a partir de ahí, la cuesta abajo y sin frenos que desembocó en el descenso granota que le ha llevado a completar tal racha de encuentros. Y es que la polémica lesión del pasado curso le dejó sin participación en las citas que sí ganó el elenco de Alessio Lisci.
Mientras, Morales, si bien no es titular ni bajo la batuta de Quique Setién ni con la de Unai Emery, sí ha anotado 9 goles (solo uno de ellos en Liga) y es un recurso habitual desde el banquillo.