VALÈNCIA. El Valencia abandonó Eibar confuso. Víctima de los elementos, el equipo se marchó de Ipurua con un sólo punto, convertido, de nuevo, en el rey del empate en Primera división con diez tablas en el marcador. Entre la nebulosa en la que rearbitra el VAR, la lesiones seguidas de Gabriel Paulista y Coquelin, y las ocasiones que el equipo no convierte, el Valencia sumó un punto insuficiente.
Ya en el aeropuerto de Bilbao, Marcelino y su cuerpo técnico, ordenaron sus ideas y tras analizar en frío el partido decidieron insistir en que la prioridad para el mercado de invierno tiene que ser reforzar la delantera. Sin ser el de Ipurua un partido de errores clamorosos como el de Getafe, por ejemplo, Marcelino considera que arriba hace falta otro jugador o jugadores. El presidente Anil Murthy y el director general Mateu Alemany recibieron el mensaje. De hecho, la reforma de la delantera ya estuvo sobre la mesa el lunes en el Hotel Balneario Las Arenas en el encuentro con Peter Lim.
El Valencia ya ha advertido a los agentes con los que trabaja habitualmente que necesita una reestructuración de su parcela ofensiva. La secretaría técnica ya se está moviendo. El mensaje al mercado es claro: ¡SOS delanteros! En el mercado del frío, el Valencia va a buscar uno o dos atacantes, o un punta y un futbolista de banda polivalente que también pueda jugar arriba.
Marcelino quiere modificaciones de nuevo. Según su análisis futbolístico de lo que le sucede al equipo, el principal defecto está en la punta de ataque. El técnico lo ha repetido miles de veces en rueda de prensa: el equipo genera ocasiones pero no las convierte y ha aludido en varias ocasiones a las estadísticas que maneja, que refuerzan esa teoría. La delantera es la línea más señalada por el entrenador en la decepcionante temporada del equipo. El equipo ha convertido sólo 13 goles en 16 jornadas de Liga, nadie anota menos en el campeonato que el conjunto de Marcelino, y el rendimiento de sus puntas es paupérrimo: Rodrigo (2), Santi Mina (2), Gameiro (2) y Batshayi (1).
Con esta decisión, Marcelino admite que se equivocó en la ventana de incorporaciones del verano cuando tomó la decisión de prescindir de Zaza y traer a Batshuayi y a Gameiro para sumarlos a Santi Mina y a Rodrigo. Aquella remodelación ha resultado fallida y el equipo anda cojo y sin puntería en ataque. Marcelino gastó 16 millones de euros en el francés, mientras que por el belga el Valencia invirtió, entre ficha y alquiler por una temporada, cerca de siete millones de euros netos. En la planta noble del club escuece aquella decisión que, de momento, no ha resultado y que, apenas tres meses después, el técnico ha decidido modificar. Pero Marcelino se ha cansado de esperarlos y se siente decepcionado con su rendimiento.
Sin mucho margen económico para firmar en un mercado tan difícil como el del invierno, el Valencia sigue adelante con las directrices que marcó Lim en su última visita a la ciudad. Consultado por Plazadeportiva.com, el club insiste: la consigna es la habitual en estos casos: sin salidas no habrá entradas. Está disponible un pequeño margen dentro del Fair play financiero de la temporada que tendrá que engordarse con las salidas que consiga colocar Mateu Alemany en este mercado. Murillo, Racic, Batshuayi e incluso Gameiro están en la rampa de lanzamiento para abandonar el club si, a cambio, el club hace negocio.
La salida del internacional belga no es tan conflictiva como la del punta francés. Batshuayi tiene mercado pero sacar a Gameiro será más complicado. El AC Milan ha mostrado interés en Batshuayi según la información de que dispone Plazadeportiva.com pero algunos medios en Italia apuntan a que el club rossonero también tendría agendado a Gameiro. Sacar a los dos será complicado pero la parcela técnica lo va a intentar. Marcelino le quiere dar un vuelco, de nuevo, a la delantera.