VALÈNCIA. El entrenador Miguel Grau Piles (Yátova, 22/04/1984) ), que ahora no está entrenando "para priorizar su familia y sus dos hijas", ya que acaba de ser padre de una niña de 10 meses, desempeña actualmente su profesión de profesor como licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Atiende la llamada de Plaza Deportiva desde el Instituto de Educación Secundaria 8 de Marzo de Alicante durante una pausa en su cometido mientras de fondo se escucha el alboroto del patío. "Ahora que mi hija es pequeñita, he decidido parar un tiempo antes de volver a gestionar mi carrera como entrenador", dice el técnico de Yátova, que después de formarse en las canteras de Valencia CF y Levante UD viene de entrenar en Chipre y en Finlandia.
No ha trascendido en exceso pero en la campaña 2019-2020, como técnico del VCF Mestalla, Grau fue el primer entrenador que trabajó con Hugo Guillamón en la demarcación de mediocentro, aunque el mérito se achaque a Pepe Bordalás. "Hugo venía por las tardes a entrenar a Paterna, fuera de horario, para aprender a desenvolverse en ese rol y ahí jugó con nosotros en el Mestalla", comenta el valenciano.
En Finlandia dirigiendo al FC Inter Turku acarició el título de Copa en 2022, pero cayó ante el potente KuPS por la mínima. "El jugador finlandés tiene una preparación muy metódica, muy concienzuda. Son futbolistas muy mecánicos. Es un perfil que necesita mucha guía, que le digas en cada fase del juego lo que tiene que hacer", detalla Grau sobre el futbolista con el que trabajó en el país más feliz del mundo, según la ONU.
- ¿Siendo un nómada del fútbol, de momento, has entrenado en Chipre y en Finlandia a la espera de lo que llegue en un futuro?
- Así es. Mi primera salida fue a Chipre. Les comenté a los responsables de mi agencia de representación, Wasserman, que me gustaría salir a entrenar y probar suerte en el extranjero. Ellos se mueven y promueven una reunión con Roman Duvov, el presidente del Pafos FC. Me entrevisté con él en Londres y me propuso como segundo entrenador para el equipo. Entendí que las condiciones eran muy buenas; me gustó la ambición y el proyecto del club y acepté.
- Su rol era de segundo entrenador
- Como me contrató el club estuve trabajando con dos entrenadores. El primero era Dmytro Mykhaylenko, un técnico ucraniano, y el segundo fue Stephen Constantine, que ahora dirige a la selección de Pakistán. El preparador físico era otro valenciano, Miguel Herrera, que ahora está en Ecuador.
- A diferencia de otros entrenadores no tuvo reparos en llevarse a la familia
- Viajé con mi mujer y mi hija que tenía cuatro años. Ahora tengo otra niña. Todas las opciones de trabajo para mí intento que sean buenas para la familia. De hecho hemos rechazado opciones para ir a países donde tenía que irme yo sólo. Chipre es una isla supersegura. El manejo del inglés es importante y ambas, mi mujer y mi hija, se relacionaban en inglés cuando estuvimos allí. Ayudó, claro, que la niña fuera pequeña porque no planteo problemas por temas de cole o de compañeros de cole. En aquel momento se adaptó a todos los cambios de contexto superbien.
- ¿Qué se encontró en Chipre?
- El club tiene el mismo nombre que la ciudad. Pafos es una ciudad chipriota capital del distrito de Pafos en la costa suroeste de la isla. Chipre es un país como Grecia; muy parecido a todos los niveles. Hablan griego. El clima, claro, es mediterráneo y la isla es parecida, en mi opinión, a Mallorca. La liga se disputa en la zona chipriota de la isla. Los desplazamientos son cómodos porque, por las distancias cortas, vas y vuelves en el día. El fútbol lo viven muchísimo. A sus gentes les encanta el fútbol. Es tema habitual de tertulia, su liga y la liga griega, que también se sigue mucho en el país, son religión.
- Me contó Óscar Suárez recientemente que la isla está partida en dos.
- Tiene la peculiaridad que el norte de la isla es de Turquía después de la invasión turca de 1974. Desde entonces, la isla de Chipre está dividida en la parte norte y la parte sur, que es el país de Chipre. Por ese motivo, la población chipriota no va al norte. No hay relación. Los chipriotas no hablan de eso porque sienten que los invadieron y les arrebataron parte del país. La frontera está gestionada por la ONU. No van a esa zona y consideran, incluso, que ya no es parte del país.
- ¿Qué nivel tiene la liga chipriota?
- La liga en Chipre es una liga donde los jugadores de perfil de segunda división en España tienen buena aceptación. Tiene menos nivel que la segunda división española, pero más que la mayoría de clubes de primera federación. Los equipos punteros, cuando han salido a Europa, no llegan a rondas finales, pero no lo hacen mal. Buscan entrenadores españoles. Ahora en el Pafos está Juan Carlos Carcedo y a principio de temporada estuvo Oltra en el AEK Larnaca. Óscar Suárez acaba de salir del Anorthosis.
- ¿Una temporada duró aquella experiencia?
- Me fui con la familia y estuve una temporada, la 2020/21 en Chipre. Nos quedamos fuera del Top 6, que son los equipos que compiten por el título de liga tras la temporada digamos regular, pero ganamos la ronda descenso. Es un club que cada año ha ido a más. La inversión ha sido exponencial y van a más. En junio cuando concluyó la temporada volví a Valencia
- Y de Pafos a Turku en Finlandia.
- Al poco de venir a Valencia, firmé en Finlandia con el FC Inter Turku. El club buscaba un perfil de un técnico español en el que yo encajaba. Se entrevistaron conmigo y viajé a Finlandia con mi mujer. A ella le gustó el país a nivel de experiencia de vida y acepté.
- Pasó de segundo entrenador en Chipre a primero en Finlandia
Era lo que quería, más responsabilidad. Firmé como primer entrenador en verano, pero no me incorporé hasta enero por el calendario de la liga. Allí la liga se disputa desde abril a octubre. En ese periodo entre la firma y el inicio de la pretemporada me informe sobre el campeonato, el país, viajé a conocer el club y el staff. Lo hice con respeto con el entrenador al que sustituí porque todavía estaban compitiendo. El 6 de enero de 2022 me incorporé definitivamente como entrenador para empezar a trabajar.
- Y se adaptó al frío y a una competición con fechas que no tienen nada que ver con las de las ligas importantes de Europa
- Estuvimos en Turku, que es una ciudad que está al sur de Finlandia, que es la parte, entre comillas, más cálida, pero bueno, aún así hace muchísimo frío. Yo llegué en enero y mi mujer y mi hija llegaron a principios de febrero. En ese mes trabajé en el equipo porque había muchas cosas que gestionar. Sí que es verdad que tienes que cambiar totalmente la mentalidad porque porque al principio la competición se organiza de abril hasta octubre, pero antes hay una especie de competición amistosa que se juega en centros cerrados, en indoor. Los finlandeses tienen muchísimos pabellones y campos cerrados, son curiosos la verdad, son artificiales, casi todo es artificial. Nuestro campo era natural, pero casi todo es artificial porque por el frío no se puede mantener, los campos naturales son... es muy complejo, muy costoso.
- ¿Cómo son las sesiones de entrenamiento?
- Te tienes que planificar muy bien; tienes que analizar muy bien el tiempo que va a hacer a las horas que vas a entrenar porque te afecta, sobre todo la sensación térmica. Los meses de enero, febrero y principios y mitad de marzo son complejos porque hay días que pasas de menos 10 grados, pero encima el viento es potente y la sensación térmica es muy baja. Eso te obliga a entrenar encerrado. Nuestro club no tenía pabellón cerrado y tenías que solicitarlo, con lo cual lo tienes que planificar todo muy bien. Las sesiones de entrenamiento tienen que ser, cuando sales al campo, muy intensas e intentar no parar porque las temperaturas son muy frías y enseguida los jugadores cogen frío y pierden el ritmo.
- ¿Así hasta cuándo?
- Una vez llega el mes de abril, a partir del momento en que empieza la liga, llega la primavera, que sería como un invierno en Valencia. Y entonces ya entrenas con normalidad. Luego el verano es como primavera aquí y ya es mucho más normal. Y se entrena muy bien. De hecho, el verano con el calor que hace en España, en Finlandia se está muy bien. Sobre todo los primeros meses de pretemporada son meses donde tienes que ajustarte muy bien y planificarlo todo muy bien para poder entender esta situación. Te fichan a ti porque consideran que tienes cosas importantes que aportar, por tu forma de trabajar y trayectoria, pero aún así tienes que entenderlos a ellos, entender la idiosincrasia y la historia de dónde estás para intentar hacer las cosas con el máximo rigor y el máximo respeto a la vez.
- En Chipre la competición penaliza económicamente a los clubes que no alineen un mínimo de dos jugadores del país, ¿en Finlandia sucede lo mismo?
- La penalización es diferente a la de Chipre. Allí era económica si no alineabas un mínimo de dos jugadores chipriotas. El club, el Pafos, pagaba los 8.000 euros todos los partidos, pero no había penalización en puntos. En Finlandia, el castigo era en puntos. Cuidan mucho que juegue el jugador finés por temas de selección. Tenía que jugar con ocho nacionales o futbolistas con doble nacionalidad y si no lo hacías te restaban tres puntos. A los futbolistas con siete u ocho años en el país, a nivel de competición se consideran como locales, no sabría decirte si sucede lo mismo a nivel de pasaporte.
- ¿A nivel deportivo qué tal resultó la temporada?
- La liga sería como una Primera RFEF de España. Aunque hay algunos equipos con algo más de nivel como el HJK Helsinki y el Kuopion Palloseura, más conocido como KuPS, el resto son más flojos. El Inter Turku cuando llegamos venía de hacer un proceso de reconversión y pasó de gastarse mucho dinero a reducir presupuesto y meter gente joven en la plantilla. Quedaron cuartos al llegar nosotros. Cuando cogemos el equipo teníamos el octavo presupuesto de la liga y una plantilla entera que reconfigurar. Cuando concluyó la competición quedamos quintos, pero llegamos a la final de Copa. Perdimos 1-0 contra el KuPS y jugamos una ronda de Conference League. Tuvimos problemas con varios jugadores a mitad de temporada.
- ¿Qué tipo de problemas?
- Muchos jugadores de la plantilla terminaban contrato en junio, justo a mitad de temporada en Finlandia. Sus agentes habían cerrado periodos de contratación habituales en Europa, pero no aquí que hay otro calendario. Así que tres jugadores titulares, importante, se marcharon porque se lo permitía su contrato y porque tenían ofertas mejores. Nos dejaron a mitad de temporada y eso fue complejo para nosotros.
- ¿Qué recuerdas de la final de Copa?
- Perdimos 1-0 en el minuto 88 contra el KuPS. Ellos nos superaban en muchas facetas del juego, tenían diez veces más presupuesto y estuvieron peleando por la liga hasta el final. Además compitieron en Europa League. En la final competimos, estuvimos bien en fase defensiva y en el descuento le dimos al palo. Fue un éxito muy grande para nosotros y para la ciudad llegar a la final de Copa.
- ¿Qué perfil de jugador entrenabas? ¿Cómo es el futbolista finlandés?
- El jugador finlandés tiene una preparación muy metódica, muy concienzuda. Son futbolistas muy mecánicos y poco creativos. Necesitábamos meter talento extranjero para tener mayor creatividad. Es un perfil que necesita mucha guía, que le digas en cada fase del juego lo que tiene que hacer. Veníamos de una metodología diferente donde la libertad en los futbolistas en la toma de decisiones es importante y aquí tuvimos que adaptarnos. Teníamos una plantilla de 14 o 15 jugadores. Era corta, claro, pero metimos gente joven de la base.
- Te formaste como entrenador en el Valencia CF, donde estuviste nueve temporadas en dos etapas, y en el Levante UD, donde trabajaste dos campañas. Y, antes que Bordalás, fuiste el primero que pusiste a Hugo Guillamón como mediocentro.
- Fue en la temporada 2028-19. Nos dimos cuenta de que podía jugar en esa posición. Lo subimos al Mestalla ese curso e hicimos lo mismo con Kang In. Al principió Hugo no entendía la decisión y sufrió, porque el perfil al que tenía que acostumbrarse era diferente. Era una decisión arriesgada. Dirigía el banquillo de un filial con todos los riesgos que eso comporta y esa decisión era un riesgo más. A fin de que ganara en confianza y se adaptase a su nuevo rol, Hugo venía por las tardes a Paterna para trabajar en ese rol, así que doblaba sesión muchos días en Paterna. Hoy juega de mediocentro. Tengo una buena relación con él.