VALÈNCIA. Están por ver los partidos que finalmente se pierde Morales tras la lesión que dejó de piedra al levantinismo el pasado lunes. El capitán del Levante ha de recuperarse bien del edema óseo en la meseta tibial de su rodilla izquierda para poder regresar en condiciones óptimas y, sobre todo, con mínimo riesgo de recaída. Mientras el coágulo continúe en la zona, y aunque el jugador se encontraba mejor ya en Bilbao, puede ser tan doloroso como peligroso que Morales fuerce este próximo sábado ante el Espanyol. Una posible fecha de vuelta puede ser una semana después, en Pamplona, aunque todo depende de cómo evolucione la rodilla de un futbolista que nunca se ha perdido dos partidos consecutivos por lesión.
Tanto es así que Morales lleva desde 2017 sin ausentarse en dos citas consecutivas. Fue tras una explusión en la segunda jornada de aquel campeonato de Liga, recién ascendido el conjunto de Muñiz, ante el Deportivo de la Coruña. El Levante empató a dos en el Ciutat y, tras ser enviado a la caseta en el minuto 76, el madrileño protagonizó lo que Alberola Rojas entendió como un menosprecio al cuarto árbitro: "La puta madre, vaya tela, vaya tela...", exclamó el Comandante al retirarse a vestuarios. Competición resolvió y el club recurrió a Apelación, pero nadie evitó la sanción mínima de dos partidos por el mismo motivo que Campaña, que esta temporada también pasó por esa suspensión: desconsideración al colegiado, tal y como recoge el artículo 117 del Código Disciplinario de la RFEF. Real Madrid y Valencia fueron los choques en los que Morales no pudo participar. Desde entonces, un no parar.
Aquel curso, de hecho, se perdió esos dos encuentros y la visita al Camp Nou por acumulación de tarjetas. El siguiente, solo uno, en Huesca y por esa misma razón. Mientras, en las dos últimas campañas no se ausentado en ni una sola cita, ni en La Liga ni en Copa del Rey. Eso sí, los partidos que se pierda Morales por su dolencia actual en la rodilla en la presente temporada se unirán a los dos en los que ya no ha podido estar: uno, en Villarreal y por causa de fuerza mayor de última hora -positivo en covid-19-; y el otro, en Getafe también por colección de amonestaciones.
Con todo, en las últimas tres temporadas han existido momentos de incertidumbre acerca de su llegada a ciertos choques. Por ejemplo, el pasado mes de enero ante el Mallorca, después de toda una semana de parón por el contagio. Finalmente, no solo se coló en la lista sino que mojó en aquel partido. También estuvo en tela de juicio su participación en la primera fecha liguera de 2019 en Mendizorroza, pero acabó entrando desde el banquillo. En otros momentos ha estado mucho más cerca de quedarse fuera de una lista. Sin embargo, el compromiso del capitán ha estado fuera de toda duda cuando las lesiones le han metido en apuros. La pasada temporada estuvo a punto de no jugar contra el Granada tras un encontronazo con Murillo que hizo saltar las alarmas en Balaídos.
El deseo del jugador fue, entonces también, el de llegar a la siguiente cita en medio de otra situación deportiva delicada en la entidad -fue en medio de un carrusel de empates a 1 que dejó al Levante colista durante varias jornadas antes de la reacción que terminó permitiendo al cuadro de Paco López olisquear incluso plazas europeas-. Y es que hay que remontarse hasta 2014 para encontrar una muestra de partidos consecutivos que Morales se haya perdido por causas físicas. No fue en el Ciutat, sino en su cesión al Eibar. Un esguince también de tobillo sufrido hace ahora ocho años en Alcorcón le obligó a perderse tres partidos, contra Hércules, Mirandés y Barça B. Fue una lesión, según el parte médico emitido entonces por el cuadro eibarrés, de tercer grado. El único paso prolongado por el dique seco en la carrera profesional del Comandante.