VALÈNCIA. Dos Levantes: uno antes de encontrarse el penalti de Luis Suárez y otro después. El Ciutat, que como siempre que puede jugó su papel, arengó a los suyos hasta el punto de que, con el empate a uno, casi todo cambió. Tanto es así que al segundo tiempo saltó otro equipo: un Levante que encerró al Atlético de Madrid en campo propio aunque fuese sin disponer de ocasiones claras. No ensució los guantes de Oblak, pero sí enseñó los dientes y el camino del cuadro que Javi Pereira quiere pulir. Y entre un buen abanico de futbolistas con buenas versiones, sobresalió un Pepelu por el que ya hay algún club que se frota las manos ante su testitura en el club de Orriols.
El centrocampista de Denia, que jugó por delante de la función de pivote puro que desempeñó Malsa, acaba contrato el próximo mes de junio, y el pasado verano estuvo más que cerca de salir rumbo a Francia e incluso en dirección a Getafe. El overbooking en la medular granota es claro, pero Pepelu ha aprovechado las lesiones y se ha impuesto a una situación de plantilla no demasiado esperanzadora para sus intereses. Vukcevic está muy por detrás del '8' para Paco López y para Javi Pereira, que, como bien mostró en su once, lo ve para más tareas que las de echar el ancla. Pidió marcharse por lo que se le transmitió, pero estaba convencido de que tenía cualidades de sobra para abrir codos en esa medular. Y tenía razón pese a que el regreso de hombres clave en ese círculo central le obligará a demostrar todavía más que este jueves. Estas son las notas de PlazaDeportiva.com tras el Levante - Atlético de Madrid.
Aitor Fernández (5): Sin apenas trabajo. El balón pasa por debajo de sus piernas en el tanto de Cunha y en el de Griezmann está absolutamente empotrado en sus redes. Imposible para él. Más allá de eso, Aitor no tuvo que ensuciar sus guantes. El Atlético dominó en una primera fase del encuentro, pero sin más ocasiones sobre la meta del guipuzcoano que el propio gol inicial.
Son (5): Errático. El andaluz volvió a mostrar una cara oscura. En defensa estuvo dubitativo, no se entendió demasiado bien con Pier en las coberturas cuando los puntas del Atlético se posicionaban entre lateral y central, dejando al vértice sin marca cercana. En ataque, consiguió estirar al equipo, pero siempre le falló la última decisión. De su falta de convencimiento salieron varias 'medias oportunidades' del Levante. Destacó una en especial: cuando no logró ceder para Dani Gómez cuando encaraba a Oblak por delante de su perseguidor.
Vezo (7): El mejor de la línea de tres. El portugués, esta vez sí, estuvo fino en su tarea fetiche, ir al corte. Expeditivo y duro, las tuvo tiesas con su compatriota Joao Felix, a quien intentó encimar cuando recibía de espaldas cerca de sus dominios.
Duarte (6): Bien. Actuó en el vértice, como acostumbraba a hacerlo con Paco López cuando el de Silla optaba por la defensa de tres centrales. Estuvo bien, incluso tuvo en sus botas una ocasión que mandó a las manos de Oblak. Agradeció la escasa creatividad del rival en ataque.
Róber Pier (5): Temerario. No se entendió con Son y eso costó dudas sobre todo a la hora de sacar el balón. El gallego se la jugó en varias entregas y fue uno de los centrales que quedó mirando cómo Griezmann remataba a la red en 0-1. Acabó expulsado y será un problema para Pereira a la hora de montar defensa en la final del lunes contra el Granada.
Franquesa (5): Suficiente. El deber de sustituir a Clerc ya es complicado por defecto, pero es cierto que Franquesa estuvo menos participativo que en otros choques. Así como Son, aunque errático, sí desplegó las alas, al catalán se le vio más cauteloso.
Malsa (7): Este Malsa, sí. El internacional por Martinica regresó a un buen nivel en la medular granota. Sin Radoja, fue el ancla que necesitaba el equipo. Agresivo y atento en la anticipación. También con buen pie. Las 'peladas de cable' made in Malsa brillaron por su ausencia.
Pepelu (8): Partidazo. El dienense jugó en una posición más adelantada a la que acostumbra, enganchado incluso como interior cuando el Levante trató de estirarse. Detrás, Malsa trató de hacer de escoba mientras Pepelu buscó la conexión con la zona ofensiva. Y conectó. Demostró que sabe hacerlo. Su abanico va mucho más allá del de un mero pivote.
Bardhi (7): Está de vuelta. Ya dio señas de optimismo en Sevilla y ante el Atleti Bardhi se pareció al que maravilló años atrás en Orriols. El macedonio combinó desapariciones en el centro del campo con buenos tramos y, sobre todo, volvió al gol. Cogió galones y tuvo las agallas de ser el lanzador de penaltis sin Roger en el campo y con un Morales que no quiso ni mirar cómo disparaba ante Oblak.
Morales (7): Incansable. Le dieron de lo lindo, pero el Comandante no se arrugó -como era de esperar- pese a la agresividad colchonera con el hombre más peligroso del cuadro granota. No desaprovechó una oportunidad de correr ni siquiera cuando Bardhi anotó el penalti del empate y él, que había cedido el lanzamiento tras su fallo en Mallorca, recorrió todo el césped para ir a celebrarlo. Presente en la mayoría de ocasiones del Levante.
Dani Gómez (6): A rachas. Javi Pereira se empleó a fondo en la banda con el madrileño a base de indicaciones. Incluso Morales le abroncó por no ir a una cesión de Son donde él tenía que llegar. Sin embargo, en otros tramos del encuentro presionó y mostró compromiso, pero en la tarea del gol -o en la de disfrutar de ocasiones en sus pies- sigue sin presentarse al examen.
Miramón (5): Sobrio. El aragonés saltó al césped por Son y otorgó algo más de empaque defensivo que su compañero. Eso sí, no estiró tanto al equipo en un momento en que el Levante hacía bueno el empate... a 1.
Cantero (6): Provocó el penalti. No se vio a un Cantero que revolucionara el encuentro, pero sí estuvo en la photo finish. El canterano provocó el penaltid de Cunha, fue él quien fue al remate y estiró la pierna para que su toque rebotara en las manos del delantero colchonero.
Pablo Martínez (5): Comprometido. No tuvo demasiado tiempo pero lo que siempre se ve en el madrileño es compromiso, presión y gasolina.
De Frutos (5): Última intentona. El segoviano salió recién encajado el 1-2 y fue como un último halo de esperanza para tratar de buscar la contra. Lo hizo en alguna ocasión, aunque sin acierto final en la última decisión.
