VALÈNCIA. Una noche importante en el Ciutat de València. El Levante recibirá hoy al Cartagena con la posibilidad de, en caso de sacar un triunfo, dormir como líder de la Segunda División. No es un hito histórico ni tampoco un hecho demasiado noticiable dadas las seis jornadas que irán de competición a la conclusión de la jornada, pero sí un signo inequívoco de aquello por lo que tiene que pelear, sin discusión, la mejor plantilla de la categoría. De ganar, el elenco de Mehdi Nafti conseguirá amarrar la primera plaza con 12 puntos de 18 posibles, sin ninguna derrota y con permiso de Las Palmas, Alavés, Eibar y Albacete. La velada se presenta, como poco, motivante en Orriols, pues la gran autorización para ese liderato la ha de firmar el rival de hoy.
De lo contrario, las dudas volverían a sobrevolar el planeta granota. Porque no ha estado exento de titubeos el inicio de curso del Levante, aunque Nafti y los suyos hayan logrado ahogar cualquier recelo con músculo y superioridad. Para ojear la clasificación los domingos es demasiado pronto, no tanto para testar unas sensaciones crecientes en positivo en casa levantinista. Que el Ciutat "ha de ser un fortín" no solo lo dice el franco-tunecino: es algo que reside en la mente de los 25 del vestuario y los casi 12.000 que se acercan, hasta ahora, a cada cita en el coliseo blaugrana.
El técnico tendrá que removerse los sesos. Las buenas impresiones que ofrece la plantilla obligan a darle vueltas al once por mucho que el planteamiento frente al Efesé apunte a parecerse mucho al que inició la pasada jornada. Algunos puntos podrán cambiar: para empezar, no será Nafti quien se siente en el banquillo, sino su segundo, Pepe Bermúdez, después de la expulsión del preparador africano ante el Villarreal. En cuanto a la alineación, el lateral izquierdo y los extremos podrían arrojar caras distintas. Pepelu regresa, Campaña y Mustafi continúan en el dique seco, y la columna vertebral que sostiene al equipo en el arranque se presume inamovible.