VALÈNCIA. Año nuevo, vida nueva. Un dicho tan quemado como imperiosa es la necesidad del Levante de por fin estrenar su casillero de victorias. Ya no importa que el rival sea un Villarreal en plena escalada, que el escenario sea La Cerámica o que las bajas -entre lesiones, contagios y sanciones- golpeen los planes de Alessio Lisci. Si el técnico italiano todavía confía en la permanencia y no cree que para lograrla sea indispensable un milagro, es porque partidos como el de esta tarde aún otorgan cierto oxígeno a los granotas. Dos triunfos seguidos meterían al equipo de lleno en la pomada y ganar hoy dejaría para el próximo sábado una auténtica final ante el Mallorca. Aunue la victoria del Getafe ante el Madrid no ayude, del todo, a la hora de fantasear con un lunes de punto de inflexión.
Esa es la parte bonita del cuento, la de la esperanza cuando el levantinista dibuja sus propósitos de nuevo año. Pero ocurre en toda hoja personal de nuevas metas que uno sabe dónde están los puntos oscuros, las barreras. Aquellas situaciones que, de darse, rompen con la motivación de cumplir los deseos de la lista. Si hoy el Levante vuelve a contabilizar un rosco en su puntaje, la cuesta de enero se empinaría para abrir boca, y con ella la creencia de la posible permanencia. Por mucho que Alessio haya lavado la cara al grupo y el mercado pueda traer nuevas piezas al tablero, una derrota no solo mantendría al club hundido en el farolillo rojo, sino que seguiría minando la confianza en el milagro. No es que el Levante dejara entonces de tener opciones, pero cierto es que cada partido, desde hace tiempo, es una batalla límite.
"Cuando ganemos valoraremos nuestra situación, esas sensaciones que tengamos en ese momento serán las verdaderas", decía Alessio en una entrevista en PlazaDeportiva.com. Y el romano no ve el momento de por fin celebrar tres puntos. Le queda confianza en la parte titular de sus pupilos, advierte una mejora defensiva -el gran lastre de su Levante y los otros dos que se han visto en los últimos cinco años- y en ataque el engranaje del italiano ha encajado casi al primer toque. El once granota en La Cerámica, con permiso de los casos positivos en covid-19, no distará demasiado de lo propuesto en los últimos choques, en los que al equipo le ha faltado contundencia a raudales... pero no mucho más para cerrar sus partidos.
La parte trasera mantendrá sus figuras, con el foco puesto sobre el cogote de un Marc Pubill que ha conquistado el lateral diestro y que ya ha abierto una disputa seria por la posición con Miramón, Son y un Coke que cuenta poco. La sabida baja de Mustafi y el renqueante Postigo -casi tres meses out- se unen a las de Pepelu y Soldado por sanción. Por lo tanto, el centro del campo buscará nuevo pivote con el recuperado Radoja o un Malsa de regreso, y a partir de ahí se abrirá el abanico de posibilidades de Alessio para formar frente de ataque, con De Frutos y Morales como únicas posibilidades en las alas.
Mientras tanto, en Villarreal echan cuentas para saber qué jugadores no podrán ser de la partida por contagios. La entidad amarilla ha comunicado a Sanidad y a La Liga el número de casos positivos de su plantilla, como bien establece el protocolo remodelado en diciembre, pero no ha hecho pública ni oficial ninguna cifra. Aún así el Levante, salvo algún caso, no va a ciegas respecto a los jugadores con los que Unai Emery no podrá contar esta tarde, tal y como confirmó Alessio, Más allá de ellos, el vasco tiene tocados musculares: Rubén Peña es baja indefinida, y Danjuma, Coquelin y Paco Alcácer se encuentran entre algodones.
Aún así, con Gerard Moreno de nuevo en combate y liderando el Submarino, el Villarreal navega en su mejor momento del curso: cinco victorias seguidas en tres competiciones, en octavos de Champions League, con los dieciseisavos de Copa fechados el próximo jueves y a tiro de la posiciones europeas de la tabla liguera. Si los levantinos tienen la motivación -o más bien la soga en el cuello- por ganar si quieren asomar la cabeza, los groguets no guardan menos esperanzas de regresar a la pelea por las plazas nobles. Sus registros goleadores lo demuestran: 20 goles anotados en los últimos cinco partidos ante un Levante que, en esa misma muestra de encuentros, ha encajado 11. Todos en las últimas tres citas, en las que ha marcado nueve y no ha sacado nada en positivo. Un drama a solucionar de inmediato.
Como también lo es el balance de puntos extraídos de tierras castellonense en una década. La última victoria del Levante en La Cerámica data de 2011, cuando el estadio se llamaba El Madrigal y el Levante campeaba como líder de La Liga por los campos de España. Aquello acabó 0-3 y permitió a los granotas vivir toda una semana a la cabeza del campeonato nacional, porque en la siguiente jornada, además, volvió a ganar y agrandó su racha de choques sin perder hasta los 10. Menos de la mitad de los que ahora lleva consecutivamente sin ganar. Es tan histórica esa efeméride que el club celebró el decenio el pasado mes de octubre, ya con Paco López despedido y con Pereira en la nave. Poner fin a todo lo anterior es el propósito subrayado del nuevo derbi.
Alineaciones probables:
Villarreal CF: Asenjo o Rulli, Aurier, Albiol, Pau Torres, Estupiñán; Iborra o Capoue, Trigueros, Moi Gómez, Chukweze; Boulayé Dia y Gerard Moreno
Levante UD: Cárdenas, Miramón, Vezo, Duarte, Clerc, Radoja, Campaña, Bardhi, De Frutos, Morales, Roger
Árbitro: Hernández Hernández / Gil Manzano (VAR)
Estadio: La Cerámica (límite del 75% del aforo)
Hora: 19h