VALÈNCIA. Resulta hasta gracioso comprobar como Javier Tebas, el factótum de LaLiga, pasea su verborrea por cualquier foro en el que publicita las bondades de una competición venida menos a la que han superado paulatinamente en los últimos años la Ligue 1 francesa, la Serie A italiana y la Bundesliga. En el ranquin de gasto en fichajes del pasado verano, lidera, por supuesto, la Premier League inglesa y ha irrumpido con fuerza en tercer lugar, por detrás de Francia y por delante de Italia, la Saudi Pro League. La liga española es sexta en ese ranquin, a la cola de todas ellas. Tebas, como un mal comercial, en su discurso siempre se esconde en subterfugios para esconder la depreciación del producto que tiene que venderle al mundo.
Más chusco que la defensa de su producto es el auxilio a Peter Lim y la sarta de excusas para justificar la devaluación del Valencia CF, que va pareja a la de LaLiga EA Sports. La caída en la bolsa del fútbol es común en ambos activos.
Digo todo esto por la enésima aparición de Tebas al lado de otro Javier, Gómez, en otro evento propagandístico para justificar que Peter Lim dispone de financiación extra, al margen de los 80 millones del fondo CVC, para acabar el estadio dormido en la avenida de Cortes Valencianas; un monumento a la caída de la 'rajola' de 2008, que pinchó la burbuja inmobiliaria en nuestro país.
Las coartadas con las que Tebas alimenta el estómago de Peter Lim ante una audiencia exterior que, de manera mayoritaria, desconoce la realidad del Valencia, lo convierten en otro de sus campeones. En los últimos 15 días, Peter Lim ha sacado a la arena de combate a dos pesos pesados: Germán 'Pum' Cabrera, y Javier 'el Sheriff' Tebas. Y ambos, por dos vías diferentes, se enfrentan al bloqueo de las autoridades políticas de la ciudad que pesa sobre el nuevo estadio. "Algunos están enfadados con Peter Lim y entonces no se le quiere dar la licencia porque se le quiere boicotear, ya que con esa medida piensan que se va ir antes", explicó ayer el exmiembro de Fuerza Nueva. ¡Bingo, señor Tebas! Mientras no se comprometa a cumplir con la ciudad, ese estadio no se levantará. Y comprometerse le cuesta. Fíjese lo comprometido que está con el club.
Germán Cabrera es más discreto. Es otro tipo de púgil. En el ring, Tebas es pegador, Cabrera es estilista.
En el tablero de ajedrez de Singapur estas dos piezas van a derribar peones cuando empiecen a moverse. Es la estrategia. Los dos están descargando de presión a la asustadiza Layhoon Chan, que empieza a revolverse incómoda en la ciudad, incapaz de desenmarañar el ovillo del Nou Mestalla, si es que lo podemos llamar así.
Su última aportación a la propaganda del régimen de Singapur fue aquella videoentrevista en VCF Media de la que salió bañada en vaselina y... en descrédito.
Chan parece una muñeca troquelada en papel, una de esas con las que jugaba en mi niñez, ¡maldita edad! Un día la vistes con el traje de presentar a Pepelu, otro con el de vocera de Meriton Holdings, más tarde con el de presidenta adorable en la Academia. O con el de presidenta en el palco de Mestalla o con el de presidenta que entrega una tarta para celebrar un aniversario. Todo le sienta bien.
Pero, en el fondo, como aquellas muñecas, está desnuda.
Ya no la abrigan con el vestido de la dama de hierro de Meriton. La han desvestido de autoridad. El traje, cada vez más insustancial, más vulgar, lo troquela Peter Lim.
Y está cada vez más desamparada en un entorno que le resulta hostil e incómodo. Su lenguaje corporal grita que se quiere marchar pero Singapur no la escucha. Hasta que Lim se canse de vestirla. Gambito de dama.
Luis Furió ha vuelto a dar en el clavo en su dibujo para esta opinión. ¡Gracias, hermano!