VALÈNCIA. Para empezar a hablar del espinoso tema de todo lo acontecido en Cádiz creo importante hacerlo puntualizando y enumerando las aristas más sobresalientes del asunto (todas, es evidentemente imposible). Así que comenzaré por la acción.
Dejar bien claro que aquí lo que hay es un presunto agresor por insulto racista (Juan Cala) y un presunto agredido (Mouctar Diakhaby).
Estuvo tras el incidente y hasta el descanso en el terreno de juego y a los pocos minutos de su sustitución apareció en uno de los palcos en distendida charla con sus compañeros. Muy en shock, no parecía.
Durante los instantes en los que el juego estuvo detenido habló en determinadas ocasiones con Álvaro Cervera con la mano delante de la boca, tapándosela. Según el entrenador cadista para decirle que él no había insultado a nadie y para pedirle que no lo cambiara hasta el descanso ¿Y para eso se tapa la boca? ¿Qué había que ocultar a las cámaras? (además la cara de Cala en los minutos en los que el Valencia CF abandonó el terreno de juego fue "el espejo del alma". Hay gestos que hablan sin palabras)
Álvaro Cervera no sustituyó al presunto agresor hasta el descanso y el encuentro se reanudó con el equipo presuntamente agredido y el jugador presuntamente agredido, el Valencia y Diakhaby, fuera del terreno de juego y con el presunto agresor y el equipo en el que juega, con su presencia sobre el campo.
Álvaro Cervera dijo que él creía a Cala en su afirmación de no haber insultado a Diakhaby. Pero no aclaró si considera a Diakhaby un mentiroso, si cree que tiene problemas de oído o enajenación mental a la vista de su reacción, olvidándose del partido y marchando a por Cala para pedirle explicaciones con el balón en juego.
El lamentable comunicado del Cádiz. No por apoyar a su futbolista (era lo esperable, aunque lo hace con la boca pequeña) sino por hablar de un posible insulto racista como "lances propios del juego entre los jugadores". Es decir como si fuera una falta, una entrada, un regate o un caño.
La cortedad de miras del colegiado al amonestar a Diakhaby con cartulina amarilla sin intentar ser consciente de lo que estaba sucediendo a su alrededor. Los colegiados -aunque sea por experiencia- saben a la perfección cuando está sucediendo algo que se les puede haber escapado-. Por encima de los reglamentos está la empatía, y la que mostró el señor Medié Jiménez fue absolutamente nula.
Movistar, RFEF y La Liga dicen que no hay imágenes sobre lo sucedido (a la hora de escribir estas líneas ya comienzan a circular por redes imágenes con un audio, como poco, estudiable). Cabe preguntar a la realización de Mediapro (para su retransmisión) y al Var si esa toma de detrás de la portería es la única de la que disponían. Si eso es así, deben explicar el método para analizar en el VAR los fueras de juego, y cómo tiraban las líneas. Conclusión: todos sabemos las órdenes que da La Liga para "preservar la buena imagen" de la competición. Y una gran mayoría tenemos la sensación de que los primeros que debieran tener interés por esclarecer los hechos no parecen está demasiado interesados en ello. Que el protocolo de La Liga distinga entre insultos "graves" y "muy graves" en el tema del racismo destapa el tamaño de la coña marinera de este protocolo. Aquí no caben medias tintas, no debería haber grados en un asunto como el de los insultos xenófobos.
Que Cala vaya a hablar 48 horas después del incidente suena más a estrategia (asegurarse de que no le han cazado en ninguna imagen y poder reclamar la presunción de inocencia, e incluso victimizarse) que a explicación o a exposición de los hechos.
Y entiendo que este punto es muy subjetivo. Pero no le creo capaz de inventarse algo así y de salirse del partido pasando de la pelota sin haber ocurrido nada.
Cualquier acción que tome el Valencia CF de defensa a su futbolista y en contra de la xenofobia debe ser apoyada y aplaudida.
Y dicho todo esto, creo que Meriton (que no el Valencia CF) volvió a estar torpe y a actuar mal. Y lo creo porque decirlo no es quitarle importancia a lo que hizo Cala, ni desviar el foco de la culpabilidad. Se puede decir perfectamente que el ritmo de la vacunación contra el COVID en España es lento, y eso no significa ni que las vacunas sean malas, ni que el causante del desastre que estamos viviendo deje de ser la enfermedad. El resto, demagogia paniaguada. Es momento de hablar de la reacción.
El Valencia debe desvelar inmediatamente "quién" les amenazó y "cuál" fue el contenido de la amenaza ¿Fue el colegiado (la RFEF lo niega y aporta hasta nombres de testigos de la conversación, ergo su coartada es más sólida -al menos, por el momento-) o fue otra persona de otro estamento? ¿La amenaza era de tres puntos o de "algo más"? ¿Qué era ese "algo más"? La quíntuple negativa de Gracia a responder en rueda de prensa y el hecho de filtrarlo el club luego a determinados medios sin nadie que saliera a dar la cara y a sostener esta denuncia, resta credibilidad al discurso del club y es una política comunicativa nefasta.
Si Meriton tuviera una estructura con gente de fútbol, sabría que -caso de proceder a sancionarlo-, eso nunca sería de hoy para mañana. O sea que cuando saliera esa sanción, muy probablemente los tres puntos sustraídos no supondrían nada. Y caso de suponer ¿Ustedes creen que algún organismo descendería al club estando ya en otra temporada con los calendarios y las divisiones ya hechas? Eso no se lo cree ni el que asó la manteca.
Meriton se movió torpemente en el momento de los hechos. No se atreve a toserle a La Liga y a Tebas, y no se habla con la RFEF (sin embargo, cuando se cruza con algún miembro de Federación, Anil le dice que "hay que arreglar esto, hemos de suavizar las relaciones". Y eso, al mismo tiempo que se tiene demandada a la Federación, no parece muy factible). No hay nadie que pueda llevar a cabo esas negociaciones en el momento.
Meriton es el primero que deja sólo a Diakhaby poniéndolo como motivo para volver al terreno de juego "El jugador, que ha recibido un insulto racista, ha pedido a sus compañeros que vuelvan al campo a luchar. TODOS CONTIGO, MOUCTAR", es lo que puso el club en su twitter ¿Y si Diakhaby no hubiera dicho que estaba de acuerdo? (estaba en su perfecto derecho), se le hubiera señalado como el culpable de la posible sanción federativa?
Meriton deja sola a la plantilla cargándola con la toma de una decisión QUE DEBE SER ÚNICA Y EXCLUSIVAMENTE TOMADA POR EL CLUB, JAMÁS POR LOS JUGADORES. Es una decisión, la de no volver al campo, difícil de tomar; no lo niego. Pero esas decisiones las debe tomar la cúpula de mando del club. Los jugadores no estaban en Cádiz porque decidieron ir hasta allí. Fueron por las obligaciones del club, y los que allí mandan no aparecieron en el que pudo ser uno de los momentos más importantes de los últimos años del fútbol mundial Y no aparecieron porque ninguno de ellos tiene el poder suficiente para tomar esas decisiones. Son todos recaderos del máximo accionista, y ya sabemos que la velocidad de reacción no es lo suyo.
Distinguir entre la plantilla y Meriton. LA PLANTILLA ESTUVO PERFECTA ABANDONANDO EL TERRENO DE JUEGO. Fue Meriton quien la dejó sola a la hora de tomar una decisión que correspondía a los que mandan en la entidad. Los intentos de Murthy de que Diakhaby dé una rueda de prensa (cuando Murthy no da una entrevista en España desde septiembre de 2019) y su aparición para leer un texto en un vídeo del club es la del bombero que aparece cuando sólo quedan los rescoldos del incendio: tarde y mal. Hay muchos motivos para sentirse orgulloso de estos jugadores y su reacción, y ninguno para aplaudir a los que se escondieron e hicieron que se perdiera mucho más que tres puntos en Cádiz.