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Marcelino elogió al delantero gallego y de paso le envió una andanada verbal a Batshuayi

Rodrigo se ofuscó en la noche voraz de Santi Mina 

9/11/2018 - 

VALÈNCIA. Brotes verdes en el 50 por ciento de la delantera del Valencia CF. La zona más cuestionada de la plantilla desde el inicio de la competición recupera sensaciones en la mitad de sus integrantes. Santi Mina y Rodrigo Moreno con goles, acciones combinativas y velocidad, refrescaron la zona de finalización del equipo del murciélago frente al agresivo grupo del Young Boys en una noche de Champions que empezó feliz y se cerró con una ducha de agua fría tras la victoria en Turín del Manchester United del faltón Jose Mourinho.

Rodrigo Moreno recordó al del curso pasado en movilidad y asociación. Pese a no marcar, el hispano-brasileño participó en dos de los tres goles que consiguió el Valencia. El jugador se asoció con Carlos Soler y disfrutó de los espacios que generó el combativo Santi Mina. Hasta la fecha, el partido ante el Young Boys es de los más completos que ha disputado el atacante en este ejercicio.

RODRIGO SE MARCHÓ SERIO Y SIN FESTEJAR

Pese a su buen partido, Rodrigo no se marchó contento de Mestalla pese a la victoria y al contexto de alegría general que se desató en el estadio cuando el permisivo árbitro rumano István Kóvacs pitó el final. En un comportamiento que llamó la atención, el jugador se acercó a la grada numerada descubierta cuando finalizó el encuentro para regalar su camiseta de juego. Luego cruzó el centro del campo mientras sus compañeros celebraban y, serió y cabizbajo, fue de los primeros en ganar el túnel de vestuarios. 

Exigente consigo mismo, el jugador barruntaba que horas después podía quedarse fuera de la convocatoria de Luis Enrique ya que su racha con el Valencia dice que sólo marca un gol en 16 partidos oficiales cuando el curso anterior en Liga había anotado ya siete tantos. El momento goleador de Borja Iglesias y el de Álvaro Morata lo hacían ser pesimista. Dándole vueltas a esa idea en la cabeza y cavilando sobre su temporada se aisló del festejo y se marchó sin pensar que luego su comportamiento sería cuestionado en la gradería del estadio y en redes sociales por no aplaudir desde el centro del campo. La steadycam de la tele que ofreció el partido y la fotógrafa de Plazadeportiva.com, Carla Cortés, captaron la secuencia del recorrido del futbolista. Según fuentes cercanas al jugador, Rodrigo no se percató de que su soledad podía tener una lectura negativa en un jugador que llevaba el brazalete de capitán.

Al día siguiente su talante en Paterna era diferente. Antes de saltar a entrenar con el equipo, en cita marcada para las 12 de la mañana, Rodrigo recibió la noticia de que Luis Enrique volvía a contar con él. En una temporada negra, dentro del contexto general del colectivo, la llamada del seleccionador supone un consuelo para un jugador que parece angustiado por la responsabilidad que se exige a sí mismo. El mayor crítico de Rodrigo es el propio Rodrigo, dicen los que lo conocen. Con España lleva dos goles. Allí ha encontrado refugio a la mala dinámica que ha atravesado con el Valencia. Le esperan Croacia y Bosnia Herzegovina. Ya se ha citado con sus porteros. Antes, con el Getafe en un partido que huele a vendetta.

LOS ABRAZOS DE SANTI MINA 

Al contrario de lo que sucedió con Rodrigo, el que sí celebró fue Santi Mina. El jugador fue el último en ganar la zona de vestuarios. Primero levantó los brazos y aplaudió al público por su apoyo, luego se abrazó con la mayoría de compañeros y del personal del primer equipo y, finalmente, empezó a atender un buen número de entrevistas. Su momento es excelente. Después de estar un mes lesionado y de partir, de nuevo, en la última posición de la parrilla de delanteros, el gallego ha vuelto a darle un vuelco a su situación y se ha colocado en el primer lugar de los cañoneros del murciélago. En una semana y tres partidos ha hecho cuatro tantos: dos ante el CD Ebro y dos ante el Young Boys. Antes del partido, la estadística decía que el Valencia sólo había marcado un gol en los 42 remates que había realizado en las tres anteriores jornadas. Mina, en una noche voraz, maquilló esas cifras negras.

Los números de Santi Mina son exactamente los mismos que llevaba tras once jornadas de Liga el 4 de noviembre del año pasado, cuando hizo el tercer gol de penalti en la victoria por 3-0 en Mestalla ante el Leganés: cuatro goles. Marcelino lo sustituyó en el minuto 68. La pregunta es si repetirá de nuevo en Getafe. El jugador está preparado. "Tenemos un recuperador que se llama Alberto que es excepcional, que te mete muchísima caña porque su misión es que cuando vuelves de una lesión no se note los minutos que llevas sin jugar. Le estoy agradecido", comenta Mina que añade que está "contento con los cuatro goles que llevo en estos últimos partidos. Ahora a seguir trabajando y aportando lo máximo para mi equipo y si el finde tengo que volver a jugar porque el míster así lo decide, ahí estaré un partido más".

LA ANDANADA DE MARCELINO A BATSHUAYI

Marcelino lleva un par de semanas, desde el duelo de Berna ante el Young Boys, disciplinando a sus delanteros. La titularidad seguida de Santi Mina en tres partidos, que podían ser cuatro si también aparece en el once de Getafe, es un aviso para Batshuayi y Gameiro, que han pasado a ser suplentes porque su rendimiento y su actitud no convencen al técnico, responsable de sus fichajes.

El entrenador del Valencia aprovechó su argumentación sobre la aportación de Santi Mina para enviarle una andanada verbal a Batshuayi y Gameiro, su otra pareja de delanteros, y, fundamentalmente, al individualista internacional belga. "Yo intento ser siempre ser justo. Para mí esto de si un jugador es el último o el primero hay que demostrarlo en cada entrenamiento y en el campo y hoy le hemos dado continuidad a su trabajo. Desde que llegó en Copa, metió dos goles, trabajó y se esforzó. Juega para el equipo no para él, que también creo que es muy importante y mientras siga así con ese trabajo intentaremos ser justos y colocarlo en el once". El mensaje entre líneas al internacional belga, fue claro. Fue el segundo que le envío el entrenador en la noche del miércoles. El primero fue no darle ni siquiera la posibilidad de calentar en la banda. El punta elegido para sustitur a Mina fue Gameiro, que tampoco aprovechó sus más de 20 minutos en el campo.

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