VALÈNCIA. El Levante ha tenido esta temporada tres futbolistas cedidos con diferencias claras de sabores. Por un lado, la gran readaptación de Brugui a la Segunda División otorga al de Bàscara muchas de posibilidades de quedarse en la plantilla granota del próximo curso, también en la categoría de plata. Es el único de los jugadores a préstamo que ha rendido durante la campaña completa. Pablo Martínez y Álex Blesa marcharon en enero con sensaciones muy diferentes al término de sus respectivos periplos.
Roger Brugue: el catalán ha superado las expectativas en el Mirandés. Comenzó con ciertos problemas para hacerse con la titularidad a pesar de jugar desde la primera jornada a las órdenes de Lolo Escobar y pese a mostrar en el primer tramo de la temporada sus habilidades de cara a gol. En total, ha anotado ocho tantos esta temporada, seis de ellos en la primera vuelta, y con el cambio de entrenador mantuvo su rol en los onces iniciales que se había ganado con el primer técnico. Llegó Joseba Etxeberria al banquillo de Anduva y continuó siendo un fijo prácticamente en todas las citas. Brugui, con 25 años y un pasado poco experimentado en Segunda antes de la actual temporada, se ha ganado con creces el beneficio de la duda de cara a vestir los colores levantinistas el próximo curso. Miñambres le conoce, ha estado pendiente desde que aterrizó en Orriols y el ariete catalán formará parte de la pretemporada en el Levante, aunque sobre su figura también tendrá que arrojar luz su nuevo entrenador. Sea o no Alessio.
Pablo Martínez: es otro de los jugadores que pueden ser útiles para el Levante del próximo ascenso. Se le atragantó su primera temporada en la élite, también acusado por los vaivenes de resultados del cuadro levantinista en los primeros compases. Con Paco López tuvo cierta continuidad, pero el cese del técnico de Silla tras la octava jornada liguera dejó a Pablo a la expectativa del nuevo inquilino en el banquillo. Pereira siguió la línea de su predecesor y lo alineó como titular en su primer partido, ante el Getafe. Nunca terminó de explotar, perdió el rol de importancia con el entrenador pacense y a la llegada de Alessio se abonó a las suplencias. Fue rápida la decisión de buscar minutos lejos del Ciutat a modo de cesión y Segunda fue, sin duda, el mejor postor. Allí el centrocampista madrileño tenía muchas novias y fue a parar a un Huesca donde empezó como un tiro, pero en el que acabó otra vez perdiendo protagonismo con Xisco Muñoz al timón del cuadro aragonés. En tierra de nadie.
Álex Blesa: un caso muy particular. El valenciano tenía por contrato subir a las filas del primer equipo en la presente temporada y su esguince de rodilla en verano en medio de un amistoso de entrenamiento le impidió otear horizontes dentro de una plantilla con un importante overbooking -reconocido en público por Paco López- en la medular del equipo. Terminó quedándose y serigrafiando el '7' en su camiseta en el último segundo del mercado, cuando Sergio León puso rumbo a Valladolid y Koke Vegas rescindió su contrato. No jugó ni un minuto en Liga pero su potencial y su condición de perla de Buñol le hicieron encontrar hueco en Primera RFEF ya en invierno -en realidad, un salto de categoría para él después de liderar el Atlético Levante de la permanencia en Segunda RFEF de Alessio-. Fue el Castellón el club que se hizo cargo de parte de su ficha -no completa- para reforzar el elenco de Sergi Escobar. El problema para Blesa ha sido que no ha acabado de adaptarse a los planteamientos más enrocados del técnico almassorí, que inlcuso llegó a borrarle de una lista a horas de partir hacia Mallorca para un encuentro ante el Atlético Baleares. El centrocampista, de hecho, no ha acabado la temporada con el Castellón, requerido por Felipe Miñambres para el stage de tecnificación de El Saler de la pasada semana. Cortó su cesión antes de tiempo.