VALÈNCIA. El Valencia recibe esta noche a un miura: el mejor Real Madrid de la temporada. Y lo hace después del gran esfuerzo de Amsterdam que, finalmente, ha terminado por pasar factura. Celades sigue apelando a la ilusión del grupo para ganar un partido que, pese al subidón de resultados y sensaciones, se pone cuesta arriba desde el principio.
Y es que la enfermería sigue siendo, más que un problema, una tónica habitual para el técnico andorrano. El de hoy será el enésimo partido en el que tendrá que construir un once de circunstancias o, al menos, contando con hombres con poco rodaje tras salir de lesión. Lo cierto es que el propio grupo está sabiendo sobreponerse a esas bajas y gestionar el desgaste durante el transcurso de cada encuentro.
Del puzzle en defensa al de la delantera
Si para el partido de Champions los dilemas de Celades llegaban en la retaguardia -la baja de Garay por sanción y la recuperación de Diakhaby le llenaban de dudas respecto a la zaga- hoy el rompecabezas está en la parte de arriba.
Gameiro no pudo terminar en Amsterdam y, aunque los partes médicos del Valencia no son demasiado explícitos, no podrá vestirse de corto hasta 2020. Los plazos para la vuelta Maxi Gómez son más o menos los mismos.
El frente de ataque valencianista tiene hoy un nombre por excelencia: Rodrigo Moreno. El hispano-brasileño atraviesa un gran momento, pero no es precisamente el hombre gol del Valencia. Para acompañarle, las opciones son Manu Vallejo o Rubén Sobrino, más allá de posibles inventos de última hora a los que no acostumbra el entrenador che.
Otra posibilidad es arrancar la contienda con un cambio de sistema. Kondogbia es la gran novedad en la lista y, junto con Coquelin y Parejo, podría volver a firmar un trivote con sensaciones más agrias que dulces -sobre todo cuando desaparece el de Coslada-. Aunque tras los retoques en el Ciutat de València y la sensación de empaque del equipo el martes, se antoja difícil la redistribución del 4-4-2 de cabecera.
Las demás bajas tampoco ayudan a ello. Cheryshev no ha llegado a la cita pese a que esta ha sido su segunda semana entrando con el grupo. En la sala de espera siguen Kang In Lee y el increíble caso de Gonçalo Guedes. En total son siete los heridos contando a Piccini y Cillessen-, más Mangala que se ha quedado fuera por decisión técnica.
Ante un Real Madrid extramotivado y con el clásico a cuestas
Si bien es cierto que los hombres de Zinedine Zidane viven con la sombra del clásico del próximo miércoles, el pinchazo del Barça en Anoeta otorga un plus de motivación al conjunto blanco. Si se salen con la suya esta noche, serán líderes en solitario antes de viajar a Barcelona y allí intentar poner tierra de por medio en La Liga.
Eso sí, fuera de la posibilidad de escalar en la tabla, el partido intersemanal es más un dolor de cabeza que un acicate para los madridistas. Casemiro está apercibido de sanción y es un futbolista insustituible para Zidane. Se nota cuando el brasileño no sostiene la medular merengue y jugar con el siguiente encuentro en la mente puede minar sus aspiraciones. El técnico francés tiene ahí su disyuntiva particular.
Ahora bien, el parte de bajas del Madrid también es largo. Marcelo sigue tocado y Mendy cumple ciclo, por lo que el lateral izquierdo tendrá que ser ocupado por Nacho o, en su defecto, Militao: dos centrales que no se caracterizan precisamente por un arranque veloz. Asensio, James y Hazard completan la lista de los que se quedan en la capital.
Peter Lim, de nuevo en Mestalla
El aliciente extrafutbolístico de la cita es, sin duda, la presencia del máximo accionista del Valencia en su palco privado de Mestalla. Desde mayo que el magnate singapurense no aparecía por la Avenida de Suecia y esta noche lo hará tras haberse sentado en el Johan Cruyff Arena a ver cómo el equipo añadía otra hazaña al zurrón.
La reacción del respetable una vez Lim se acomode en su butaca es otro de los puntos diferenciales de este duelo que, si de por sí suele ser caliente en la grada, puede ganar en decibelios en la previa del partido.