Eliminados el día que no se mereció

VALENCIA. Ha habido infinidad de partidos en esta desastrosa temporada del Valencia CF en los que el conjunto de Neville ha perdido por méritos propios. Contra el Ahtletic, en Mestalla, los valencianistas merecieron muchísimo más. Merecieron clasificarse para los cuartos de final de la Europa League porque fueron mucho mejor que los bilbaínos en todas las fases del partido. Sin embargo, un gol de Aduriz tras una clara mano de Susaeta envió al traste una maravillosa noche para el valencianismo que otra vez se marchó a casa decepcionada, tocada y casi hundida al ver como su equipo se queda con el único objetivo de salvar la categoría, con lo duro que eso suena, en este curso.

El partido empezó con un ambiente de gran cita europea pese a lo lejos que estaba el equipo de una final. El aficionado pese a ser una tarde festiva en la ciudad, por las Fallas y la Ofrenda a la Virgen de los Desamparados, no le falló a su equipo y le volvió a meter la gasolina extra que necesitaba para intentar remontar la eliminatoria. Muy pronto se pusieron las cosas de cara con el gol de Santi Mina. Negredo empezó la jugada abriendo un buen balón para Gayà, que volvió a dar su mejor versión, el valenciano la puso al segundo palo para que Rodrigo Moreno se la cediera a Negredo que fusiló un remate que Herrerín sólo pudo dejar en el área pequeña y allí apareció Mina para empujarla a la red. Fue el empujón definitivo para que el equipo y la grada se dieran la mano y volaran juntos hasta el final. Que por desgracia fue triste para todos.

El Valencia CF de Neville fue por primera vez desde que llegó el inglés un equipo fuerte, intenso, con muy pocos errores en defensa y eléctrico en ataque con varios jugadores dando su mejor versión del año, principalmente Rodrigo Moreno o un desconocido Vezo jugando como lateral derecho y siendo básico en las mejores llegadas de ataque del equipo blanquinegro casi durante todo el partido. Santos tuvo varios despistes en defensa que se quedaron en susto e hizo un golazo de gran rematador de cabeza. El brasileño se durmió en el tanto de Aduriz pero llevó el delirio a la grada con su gol. Mestalla, y los miles que lo vivieron desde cualquier rincón que fuera el estadio, vieron  como con más de una hora por delante el equipo estaba clasificado para cuartos.

Mestalla disfrutó, saltó vibró y sobre todo se lamentó viendo como sus jugadores perdonaron el tercero en muchas ocasiones claras. Primero André Gomes, luego Negredo y más tarde Gayà no pudieron batir a Herrerín y convertir el tercer gol que hubiera obligado a los vascos a hacer dos goles. Las ocasiones fueron claras pero no supo matar la eliminatoria y en el minuto 71 tras una clarísima mano de Susaeta que se la puso en la frontal a Raúl García para que el navarro de primeras le pusiera un balón a Aduriz que el 'veinte' rojiblanco no desaprovechó. El fútbol era injusto en ese momento con los valencianistas y el italiano Orsato cometió un grave error que mandó a casa al Valencia CF. Quedaban casi veinte minutos y los valencianistas lo intentaron. Paco Alcácer la tuvo. Una gran acción de Parejo para Negredo le dejó al valenciano una pelota franca para batir al portero del Athletic pero Herrerín taponó con el cuerpo el remate y echó por tierra la opción. El equipo lo siguió intentando hasta el final y en el 94 Mina controló un balón en la frontal del área y lo tumbaron.

Era la última opción. Mestalla coreó el nombre de un Parejo al que había abroncado en su entrada al césped. El madrileño tuvo la ocasión pero su disparo se marchó desviado. Ahí murió el partido y seguramente la temporada para el Valencia CF que sólo peleará ahora por sumar lo antes posible los cinco o seis puntos que le hacen falta para asegurar la permanencia. El valencianismo se marchó muy tocado y teniendo la sensación de que el fútbol no había sido justo. Y sí, el fútbol no fue justo con el equipo fr Mestalla pero cuando un equipo se acostumbra a no competir habitualmente y a ser peor que sus rivales es complicado, o casi imposible, conseguir ser un equipo ganador el día que uno quiere.