VALÈNCIA. El Valencia regala la clasificación al Atalanta. No hubo opciones de remontada. Los errores defensivos disiparon las posibilidades del equipo de Celades al minuto de partido. Diakhaby tuvo una noche para olvidar y cometió dos penaltis que condenaron una eliminatoria que ya necesitaba un milagro desde la ida.
Un minuto duró el Valencia sin meterse en problemas. Ilicic entró en el área y tras recortar a Diakhaby, fue derribado dentro del área. El propio delantero transformó la pena máxima y dejaba al Valencia al borde de la eliminación. Era el 0-1. Los de Celades necesitaban cinco goles para estar en octavos o cuatro para seguir vivos en el torneo. La primera del Valencia llegó a los ocho minutos. Rodrigo probó fortuna desde lejos y obligó a Sportiello a intervenir.
El Atalanta presionaba muy arriba dificultando la salida de balón del Valencia. El Valencia no perdió la fe. A los veinte minutos, Rodrigo encontró a Gameiro para que resolviera a la red y ponía el 1-1 en el marcador. Faltaban tres para igualar la eliminatoria. Cualquier descuido podía ser definitivo.
Pasalic cabeceó un córner al primer palo y rozó el segundo para los italianos. Rodrigo hizo la réplica con un disparo que se marchó alto. En el 41, Diakhaby volvió a cubrirse de gloria. Vaya noche del central. Cometió otro penalti con la mano y las pocas opciones se esfumaron. Ilicic hizo ‘doblete’ desde los once metros antes del descanso. El Valencia necesitaba cinco goles. En definitiva, más que un milagro.
Tras la reanudación, Celades sacrificó a Diakhaby por su mala actuación y metió a Guedes. Celades puso una línea de tres centrales con Kondogbia, Coquelin y Wass. A la desesperada. Ferran Torres buscó la igualada con un cabezazo que atajó Sportiello sin muchos apuros. El Atalanta intimidaba con el 1-2 y Freuler estrelló el balón en el larguero. El Valencia solo podía arriesgar y encontró el empate. Gameiro hizo el 2-2 tras un centro de Ferran.
En el 66, Ferran hizo el 3-2 al aprovechar una asistencia de Parejo. Las opciones seguían lejanas, pero la victoria era un premio a la entrega valencianista. Las defensas concedían y concedían. El partido era muy similar al de la ida. Zapata tiró con violencia y Cillessen hizo un paradón con el pie. En ese intercambio, Ilicic dejó todo más que sentenciado. Finalizó a la red el contragolpe y puso el 3-3. Era la noche del delantero del Atalanta, que firmó su 'póker' y colocó el definitivo 3-4.