VALÈNCIA. Llegado el mes de enero los equipos que no hicieron bien los deberes en agosto se ponen en marcha. Salvo alguna deficiencia estructural muy clara en la plantilla la gran mayoría de clubes buscan gol en cuanto se abre la ventana de invierno para fichar.
Sin embargo es complicado que los equipos cambien sus dinámicas apoyados en la aportación de las soluciones a las que pueden acceder en un mercado limitado. Pocos o ningún equipo dejará salir un delantero que lleve una buena suma de goles, y si lo hacen el hecho obedece a unas cantidades de dinero al alcance de muy pocas entidades. Por tanto sólo se puede acceder a jugadores con cierta edad, de vuelta de casi todo o a aquellos que tienen un valor residual en las escuadras en las que militan.
Bien lo sabe el Valencia CF, quien pese a los tremendos problemas de sequía en su vanguardia (8 goles en liga entre 4 delanteros) ya advirtió desde un primer momento que iba a ser tremendamente complicado encontrar un parche efectivo para la punta de su ataque entre las opciones que ofrece el mercado en estas fechas.
No hace falta mirar muy lejos para asegurar que los fichajes de delanteros en el mercado de enero suelen sumar poco, al menos en la primera media temporada en la que llegan y en la que -en teoría- su rendimiento debe ser el punto de apoyo para ocasionar un cambio a mejor en la dinámica del equipo.
La única excepción sobresaliente que encontramos en ese aspecto fue hace 20 años. En la temporada 1997/98 con la llegada del rumano Adrian Ilie. Javier Subirats tuvo buen ojo para irse hasta el Galatasaray y fichar a un futbolista que le dio a Ranieri media temporada estratosférica. 12 goles en 17 partidos de liga que ayudaron al Valencia CF de pasar a estar inmerso en la lucha por el descenso a acabar accediendo a la copa de la UEFA vía el extinto camino de la Intertoto. Además, Ilie se compenetró a la perfección con el Piojo López y fue parte muy activa en una segunda vuelta de ensueño con triunfos en el Bernabeu, Camp Nou o San Mamés. Los siguientes años estuvieron presididos por su calidad, pero también por la inconstancia del rumano quien llegó a ganar la Copa del Rey del 99 o la liga del 2001 con Benítez en el banquillo. Desgraciadamente se podría haber disfrutado mucho más de un futbolista de tal magnitud si no fuera porque en demasiadas ocasiones recordaba a la definición que hizo famosa Hector Cúper refiriéndose a este futbolista "es un desperdicio de talento".
Hasta la temporada 2009/10 el Valencia CF no se decidió a buscar otro delantero en el mercado invernal. En esos once años los de Mestalla habían incorporado Desde defensas como Reveillere, centrocampistas como Aimar, Serban, Maduro o Banega y hasta un guardameta como César Sánchez. Pero hasta que no se fueron al Rubin Kazan a por Alejandro "el Chori" Domínguez, los de Mestalla no volvieron a apostar por otro refuerzo para la vanguardia.
A priori no parecía una mala elección la de Fernando Gómez. Aquel Rubin Kazan le había tocado la cara al Barcelona del triplete de Guardiola, y dentro de aquella escuadra, el argentino era una pieza indiscutible. Sin embargo, en Mestalla no encontró jamás su sitio. Unai Emery nunca acabó de ver clara la participación del argentino que no aprovechó las oportunidades que le dio el preparador vasco (sobre todo al principio, luego se le esfumó la confianza). Y el futbolista, acostumbrado a ser alguien importante allá dónde había estado, tampoco se encontró nunca satisfecho. Los trece partidos jugados no le dieron para ver puerta ni una sola vez. Es más, en el colmo de las desdichas, Mestalla sólo ha visto festejar en liga un gol del Chori Domínguez cuando vino con la camiseta del Rayo. Los de Vallecas ganaron en la 12/13 por 0-1 (el día del debut de Valverde en el banquillo local) y el tanto fue obra del argentino al transformar un penalti absurdo que le hizo su buen amigo el Tino Costa.
Algún contacto de Braulio Vázquez le avisó de un chollo en Brasil y más concretamente en el Gremio de Porto Alegre. Estamos en la temporada 10/11 y el Valencia CF ficha por una cantidad irrisoria (1´2 millones de euros) a Jonas Gonçalves.
El brasileño aterrizó en Mestalla para hacer frente al sobrenombre que traía desde su país natal "O detonador". Y si bien es cierto que tardó poco en celebrar su primer gol vestido de valencianista (lo hizo en su segundo partido para marcar en San Mamés el gol que le daba el triunfo a su nuevo equipo), sus números en aquella media temporada no alteraron ni lo más mínimo la marcha del equipo. Si bien es innegable el rendimiento que dio en los años sucesivos siempre por encima de la decena de dianas, Jonas en su primera media temporada anotó 3 goles en 13 partidos. A la larga aportó bastante, pero no se puede decir de ninguna manera que fuera un revulsivo en aquella primera media temporada tras su aterrizaje en enero del 2011 en Mestalla.
Tres campañas más tarde y en medio de un enloquecido mercado de invierno de la mano de Rufete, el Valencia CF contrató dos delanteros. Fue el año del fracaso en verano con la dupla Postiga-Pabón. Soldado se marchó en verano rumbo a Inglaterra y los millones que se dejó el Tottenham no sirvieron -ni de lejos- para cubrir su ausencia.
Era la campaña 13/14 y la irrupción en el primer equipo de Paco Alcácer sólo le daba al equipo de Pizzi para avanzar en Europa League, en liga se vagaba por la zona media de la tabla clasificactoria. Para intentar la mejoría, llegó cedido desde el Nápoles el chileno Edu Vargas. Su refuerzo fue más efectista que efectivo, los números no mienten: 3 goles en liga en 17 partidos. Al final de la temporada, volvió hacia Italia. Del otro delantero que vino en aquel mes de diciembre sólo diremos que fue Vinicius de Araujo. Mejor no comentar nada más.
Si "loco" fue el mercado invernal de la 13/14, se quedó en una balsa de aceite comparado con el de la 16/17. Vino Simone Zaza en compra aplazada por 18 millones de euros después de la dimisión el 30 de diciembre de Césare Prandelli (el entrenador que demandó su contratación) y tras la marcha también de Suso García Pitarch (el director técnico que había comenzado los contactos con jugador y Juventus para traerlo). Tras unos días de indefinición Alesanco y Vicente Rodríguez cerraron el acuerdo para que el italiano aterrizara en Valencia tras un periodo de infructuosa cesión en el West Ham de la Premier League.
Los números de Zaza en sus seis primeros meses son los mejores tras los de Ilie, aunque no sirvieron de mucho al Valencia CF (bueno, realmente sirvieron para acabar en terreno de nadie y salvarse del descenso en un año de locos). El de Policoro marcó 6 goles en 20 partidos en sus seis primeros meses en Mestalla. Especialmente remarcable el conseguido ante el Real Madrid en Mestalla que sirvió para derrotar por 2-1 a los de Zidane. La temporada siguiente -la anterior- su rendimiento aún fue mejor con 13 dianas conseguidas, pero su incompatibilidad de caractéres con Marcelino, hizo imposible la continuidad de uno de los ídolos de la grada (que hoy sigue echando de menos al corajudo punta italiano).
El último delantero en llegar en invierno no aportó gran cosa, salvo esperanza en su inicio. En enero del año pasado llegó cedido desde el Atlético del Madrid (otro producto defectuoso del outlet del Cholo) el argentino Luciano Vietto. El argentino fue una decidida apuesta de Marcelino, con quien rindió de una manera notable en la etapa en la que ambos coincidieron en Villarreal.
En Mestalla levantó espectación en su segundo partido tras marcarle 4 goles en Mestalla en la vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey a la UD Las Palmas. A partir de ahí, números residuales: 2 goles en 14 partidos, y sobre todo poca aportación en ninguna de las facetas que marcan el buen rendimiento de un punta. Acabado el periodo de cesión, el argentino volvió al Metropolitano.
Si se suman los goles conseguidos en los primeros meses de liga tras su llegada, a partir de Ilie (la excepción de los delanteros fichados en invierno), el resto de puntas que el Valencia CF ha fichado en los últimos 20 años (6 delanteros: Chori, Jonas, Vargas, Vinicius, Zaza y Vietto) se reparten 14 dianas entre ellos -y eso, que ayudan mucho a engordar la cifra los 6 de Zaza-. Es evidente que fichar delanteros en invierno es una tarea muy complicada que difícilmente soluciona a corto plazo los problemas de cara a la meta contraria.