VALÈNCIA. El estadio Ciutat de València dejó el fútbol de lado por un día para respirar rugby con motivo de la final de la Copa del Rey que entre al SilverStorm El Salbaor y el VRAC Quesos Entrepinares que protagonizaron una fiesta a la que se sumaron sus seguidores y todos los aficionados valencianos al rugby.
El momento inmediato a la final fue el del saque de honor que correspondió al ex jugador de rugby y personaje televisivo en el mundo de la cocina, Alberto Chicote.
La fiesta había dado comienzo mucho antes del inicio del encuentros cuando la afición se concentró en las zonas de ocio instaladas en las inmediaciones del campo del Levante UD en un ambiente de camaradería.
La cerveza fue protagonista en la fiesta previa al inicio del encuentro en el que las gradas se veían pobladas por grupos de aficionados de los principales clubes valencianos, identificados con sus respectivas camisetas.
Integrantes de club como Abelles, CAU, Valencia, Tatami, San Roque, Montcada, UCV o otros clásicos del rugby valenciano poblaban las gradas en una muestra de apoyo dl rugby valenciano a la disputa de la final en la ciudad.
También destacaban los grupos de seguidores de los dos clubes contendientes, llegados desde Valladolid para presenciar la final. Chamizos y queseros apoyaron desde bastante antes del inicio del encuentro a sus respectivos equipos durante la fase de calentamiento previo al partido.
El terreno de juego lucía de forma espectacular con su nueva fisonomía rugbística, preparada en menos de veinticuatro hora con la colocación de los palos y la delimitación del terreno de juego en la tarde del sábado.
Así tuvo que ser, pues el estadio ha vivido el fin de semana más intenso de sus cincuenta años de existencia, pues el viernes se jugó el encuentro de fútbol Levante-Sevilla, en el que el equipo local aseguró con un triunfo por 2-1 la permanencia en Primera División en un 99,9 por ciento, como ha dicho su entrenador, Paco López.
Para el sábado a las 13:00 se fijó el derbi de fútbol femenino de la Liga Iberdrola entre el Levante UD y el Valencia CF (0-1), que congregó 14.000 aficionados de ambos clubes y solo después de la conclusión de ese encuentro se ultimó la preparación del encuentro.
El partido se disputó sobre un césped en magníficas condiciones para un partido del máximo nivel y la máxima intensidad.