VALÈNCIA. Pilar Bernabé desnudó las vergüenzas de Meriton. Que para mi gusto ya son demasiadas. La concejala de Deportes del Ayuntamiento de València desveló que el club no ha cumplido las modificaciones del pabellón de Benicalap, por lo que no se puede aprobar el proyecto. O sea, otro despropósito más (por decirlo de manera suave) de los gestores que Peter Lim tiene en Mestalla. Esta es la penúltima de Murthy y sus secuaces. Digo la penúltima porque cada semana, los de Singapur, nos sorprenden con alguna noticia desagradable que supera con creces la anterior. Primero fue el despido de Pablo Mantilla al frente de la Fundación. Luego, el polideportivo. Pero la próxima puede ser cualquier renuncia jamás imaginable.
Esta que ahora comienza es la última semana antes del inicio del nuevo curso futbolístico 21-22. Lo único que espero, deseo, es que Meriton deje tranquilo a Pepe Bordalás y su grupo de trabajo. Que la próxima noticia que lea en Plaza no sea que Murthy no cumple lo que le prometió al entrenador, como ya sucedió con Javi Gracia el año pasado, o que asistamos al inesperado traspaso sorpresa de algunas de las señas de identidad del equipo. Cuidado. Si alguien tiene que abandonar Mestalla, se me ocurre una amplia lista de jugadores en la que no están ni Gayá ni Carlos Soler, por ejemplo. Tengamos la fiesta en paz, por favor.
La verdad es que no estoy del todo tranquilo. Bordalás ya ha levantado el dedo para preguntar por el central que exigió y parece que Omar Alderete ya está de camino. Aunque eso evidencia que Murthy trata de agradar al entrenador, conociendo a Lim, es muy posible que todo pueda saltar por los aires en cualquier momento. Bordalás es un tipo de acusada personalidad. De los que no se anda con chiquitas. Es muy serio en su profesión. De lo contrario, no habría llegado donde ha llegado sin que nadie le haya regalado nada. Por eso, no ha sido de extrañar que ya haya apremiado al club para tener al menos un defensa con el que comenzar a trabajar en esta pretemporada. Y que, conociendo ya al nuevo inquilino del banquillo, su insistencia pueda dar frutos en breve. Ojalá.
Hace unas semanas, Bordalás ya dejó muy claro cual iba a ser su libro de estilo para Mestalla desde el próximo día 7 de julio. El técnico explicó que 106 goles en contra era una cifra demasiado elevada para cualquier equipo que se precie. El manual para recuperar el ADN del Valencia está muy claro. El alicantino lo sabe de sobra. Hay que comenzar por el a-e-i-o-u futbolístico. Es decir, cerrar la portería desde el minuto uno. Incluso en los amistosos. Para eso, además de contar con Cillessen como guardameta, el entrenador quiere poder comenzar a trabajar con la defensa que será titular a lo largo de la temporada. Y Alderete, petición expresa suya, tiene pinta de que será un fijo en el once. Si desde este inicio de pretemporada se sientan las bases para evitar la sangría de goles en contra, ya tendremos mucho avanzado.
Tengo muchos amigos que me hablan de descenso. Están muy preocupados por la próxima temporada. Incluso se están preparando para lo peor. Miren, igual me aferro demasiado al efecto Bordalás como a un clavo ardiendo. O peco de excesivo optimismo. La verdad es que no creo que el Valencia vaya a pasar apuros para salvar la categoría. Es cierto que habrá que esperar a ver la composición definitiva de la plantilla para centrar los objetivos reales del equipo. Pero aún a riesgo de equivocarme, y con lo atrevido que supone la apuesta de escribir antes de hora, creo firmemente que mejoraremos la nota lograda el curso anterior. No veo al Valencia en Europa. Pero creo que estaremos más cerca que lejos de esos puestos de privilegio. Me la juego.